Apenas una milésima de segundo es lo que dura el presente.
El presente…, esa delgada línea que separa lo qué ha sido, del qué será; no más que un momento; lo que dura un lamento por lo que dejamos atrás. Pero qué más da.
Confundimos lo reciente con lo presente, y no lo es; es pasado.
Confundimos lo inmediato con lo presente, y no lo es; es futuro.
Pero qué más da.
Estoy escribiendo, y mientras lo hago soy consciente que cada tecla que pulso, pasa a formar parte del pasado, mientras que la siguiente, aún pertenece al futuro que vendrá.
Tal vez el presente tan solo exista en el mundo de las ideas, y dure lo que dura el tiempo atrapado en un pensamiento.
Nada y todo. Un bucle del que no podemos escapar.

