La tortilla de patata
que se vaya preparando;
de momento, está tranquila,
aún no la han atacado;
pero vista la carrera
que llevan los adversarios
de cuánto suene a español
parece que están tardando.
Se lo digan a los toros
el ibérico espectáculo
favorito de estas tierras
sepa el cielo desde cuando;
la caza, también molesta
¡y no son vegetarianos!
pero el caso es combatir
todo lo que huela a hispano.
Si ya, la misma palabra,
“España” les da tal asco
que vomitan al oírla,
para qué seguir hablando.
Si algún psiquiatra intentara
estudiar a fondo el caso
no le arriendo las ganancias;
habrá de ser internado
entre gritos, convulsiones,
por la boca, espumarajos,
y con muy poca esperanza
de poder recuperarlo.
Además, y esto es más grave,
al parecer, han pillado
al mandamás, la tortilla
nombrarla, ¡arriba las manos!
ya tenemos a las puertas
un nuevo y próximo atraco.
Cuándo este manjar dudó
un sí o un no, encebollado
echémonos a temblar
este hombre no deja sano
cuánto se le pone a tiro
pues fue para sopesarlo
si, son cebolla o sin ella,
será más fácil cargárselo.
Un ruego a la Presidenta,
que está, de Madrid, al mando:
como es seguro, le sobra,
ya sabe, el certificado,
que al Valle de los Caídos
de ser todo derribado,
con la firma que le niega
podría haberse librado,
haga el favor, no lo tire
sirva, al menos, para algo.
Declare usted la tortilla
bien que sea preservado,
no sé si por Patrimonio
de la Humanidad, acaso,
o si no, por ser con mucho
el más hispánico plato.
Jure usted que en Altamira
ya se ponían morados
a comerla a dos carrillos
¡porque no tenían cuatro!
Esta gente, en ignorancia,
son sobresaliente alto
y, para ellos, en España
desde antes de los romanos
hasta Felipe González
la Historia nuestra, está en blanco
pues que en todos esos siglos
no hubo nada destacado…
Si, además, a eso se suma
que están más que acostumbrados
a tragar carros, carretas,
bulos, pseuso-Medios, fango…
Señora Díaz Ayuso,
sírvase pronto firmarlo
antes de que la tortilla
la prohíban, porque es algo
que está al caer; corra usted
o en ayunas nos quedamos
de un plato, por español,
van a descatalogarlo.
Por favor, que no que entere
Feijóo, que acostumbrado
ante el mortal enemigo
a doblar el espinazo,
lo mismo nos sale el tío
con que el legal propietario
del plato que está en peligro
es el mismísimo Estado
y no tienen competencia
para de su fin, salvarlo.
Vaya nuestro agradecimiento
entusiasta, anticipado,
y, si al final, se decide
reciba el más recio aplauso.
Si de nuevo nos fallara,
no quisiera ni pensarlo…
pues qué quiere que le diga,
una más…no sería extraño.
