Las subastas, buena cosa
para quien compra y quien vende;
el uno saca buen precio,
el otro, certeza tiene
de que adquiere pieza auténtica
no le dan gato por liebre
que, sobre todo, en el Arte
no es raro, más bien frecuente,
hábiles falsificadores
su trampa, a menudo, tienden;
y es difícil descubrirla
que originales parecen.
Pagará un poquito más:
comisión que, legalmente,
va a la Empresa que trabaja
en garantizar los trueques.
Y así, tan contentos todos,
aquel negocio florece
desde hace cientos de años
pues nunca faltan clientes.
Lo malo es que la canalla,
que al fraude tenderá siempre
ha tomado buena nota
de las subastas decentes
para, dándoles la vuelta,
falsificación ofrecen
sin garantía mejor
¡son muchos los que la creen!
que su palabra de honor,
un honor del que carecen.
Y llegados al Poder
tras pucherazo evidente
subastan hasta a sus padres
si acaso los conocieren.
País de las maravillas
en que lo mejor sucede,
de beneficio y mejora,
la boca bien se les llene
Reyes Magos generosos
todo le vale a esta gente
que, al no tener intención
de cumplir lo que prometen
no paran de deslumbrar
a millones de inocentes
con exquisitas palabras
las que a diario les mienten.
Así, juegan con ventaja:
el timado, nunca acepte
quedar como un gilipuertas
como mal menor, prefiere
al ver que se mean en él
salir del paso con “¡llueve!”
También subastan España
a no sé los mercaderes
que, tras comprarla a buen precio
acabar con ella quieren.
De que lo están consiguiendo
pocas dudas hoy nos queden:
invasión, ruina mediante,
como todo el Continente
está desapareciendo
a ritmo más que creciente.
Anulan las Elecciones
si el que gana, no conviene;
ilegalizar Partidos,
pocos, que les hagan frente,
es algo que está al llegar;
siguen promulgando Leyes
¡adiós a las libertades!
derechos desaparecen,
España está sin futuro
pues entregó su presente
a una panda de chorizos
que, además de incompetentes,
llena su alma de odio
el llanto y crujir de dientes
nos espera por cobardes
pues todo pueblo merece
aquello por lo que lucha
da igual si cae o si vence.
Rendida sin combatir,
subastada, España muere.
