Fue Raúl del Pozo quien concluía su columna en El Mundo, publicada en el número correspondiente al pasado 14 de julio, con una afirmación radical: “Pero la fama del PSOE de ser un partido machista y putero no se la quita nadie”. De este modo ponía punto final el maestro de columnistas a su magnífico texto.
Son los medios de comunicación los que de forma abundante informan a las gentes de como el sexo-mercancía se filtra por las rendijas informales y opacas de las estructuras de la entidad política a la que hacía referencia Raúl del Pozo en su espléndida columna..
Con rubor en ocasiones, y también en forma de cómicos y jocosos chascarrillos populares, recuerdan los españoles a personajes como Tito Berni, Koldo, Ábalos y otros muchos. Ciudadanos eficacísimos en lo que respecta, según nos informan los medios de comunicación, en el establecimiento de los flujos comerciales adecuados entre los proveedores de las sexuales mercaderías y los consumidores de las mismas en el seno del partido político del cual Raúl del Pozo decía que “la fama de ser un partido machista y putero no se la quita nadie”.
Esta fama entre el común de las gentes, como es natural, piensan los dedicados a la prospectiva electoral, no beneficia al PSOE.
Quizás este convencimiento le ha llevado a don Pedro Sánchez Pérez Castejón, que como el lector sobradamente conoce es el Presidente del Gobierno de España y Secretario General del Partido Socialista Obrero Español a emprender una cruzada. Una campaña mediante la cual transformar la imagen pública que su partido tiene de “machista y putero” en el espectro social hispano.
.Ya ha anunciado que será en septiembre cuando la primera batalla dará comienzo. Pero eso no quita que, en forma de declaración de principios, ya se hayan producido las primeras escaramuzas.
Nos enteramos por la prensa de que don Pedro, con un insospechado arrojo, ya ha llevado a término una primera arremetida contra el prostibulariado español anunciando “en un acto improvisado con mujeres que se dispone a reformar ahora los estatutos de su partido para que el consumo de prostitución sea, directamente, un motivo de expulsión. Algo que se concretará con la reformulación del Código Ético y que las feministas del partido llevan años reclamando”.
Y no satisfecho con este primer y bizarro ataque al prostibulariado nacional ha llegado a proclamar con gallarda galanura que“…desde el PSOE consideramos que el sistema prostitucional es una expresión de violencia contra las mujeres e incompatible con los principios de los derechos humanos y la ética democrática, ya que implica tratar a las mujeres como objetos o mercancías y no como sujetos de derechos. Nos declaramos abolicionistas de la prostitución porque defendemos un modelo social que luche por la desaparición de las causas que obligan a las mujeres a prostituirse, por ser incompatible con el modelo social que proponemos, de igualdad y de respeto a la dignidad de las personas, y de defensa de los derechos humanos de las mujeres”.
Pero no hemos de ser ilusos. Es muy difícil que las gentes mediocres valoren de forma adecuada los bizarros arrestos que siempre al héroe acompañan.
Ya se han comenzado a escuchar rumores, extendidos por aquellos que solo de la raquítica mezquindad entienden, de que en los interiores de estas declaraciones se respira un tufillo hetero-patiarcal. Un soterrado machismo que ya en su columna nos hace ver Raúl del Pozo. Un alejamiento de las formas expresivas determinadas por el leguaje inclusivo. Un retrotraerse a la contemplación binaria y retrograda de la sexualidad humana.
¡Las mujeres! ¿De qué extrañas influencias bebe Pedro? Se preguntan irreverentes quitándole el tratamiento al líder incuestionable ¿En qué oculto y no inclusivo recoveco quedan opacados los mujeros y lis mujeris? ¿Por qué hacer caer la pesada carga del colosal edificio prostibular español sobre las mujeres?. ¿Acaso no gozan de la ciudadanía española lus mujerus? ¿Es que los hombres/as/is/os/us no son españoles?
Recuerdan con melancólicas añoranzas a Irene, la inefable ministra, que con aquello de las niñas, los niños y les niñes tan generosamente contribuyó a la fortuna de tantos.
Recuerdan en sus oscuros cenáculos la Ley 4/2023 de 28 de febrero, para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI. aprobada pòr el gobierno al que Pedro preside en cuyo articulado se precisa que la sexualidad de cada ciudadano reposa en el acto volitivo que, tras proceso arduo sin duda, de discernimiento le conduce a la elección de aquella (sexualidad) con la que sus anhelos se identifican, y en virtud de este introspectivo discernir, y tan solo asentado en el deseo del sujeto, habrá de ser inscrito en el Registro Civil. ¿Posee Pedro, se preguntan mutuamente, datos concretos, fiables y seguros de la sexualidad, que tras un profundo proceso reflexivo, tiene asumida cada uno/a/e/i/u de los trabajadores/as/is/os/us componentes de la fuerza laboral en cuyos esfuerzos cotidianos se asienta el esplendoroso sector prostiticional español? ¿Por qué Pedro solo en las mujeres lo cimenta? Se preguntan una y otra vez con voz desolada y triste
-Quizás -se escucha que dicen unas voces llenas de amargura- esta contemplación de la sexualidad humana binaria, retrógrada y con aromas añejos de trasnochados fascismos, haya contribuido a forjar la fama del PSOE machista a la que el otro día hacía referencia Raúl del Pozo en su columna de El Mundo.
Los expertos en demoscopia en cuyos consejos se asienta la cruzada presidencial proyectada para el mes de septiembre comienzan a tener dudas. Pero aunque dudan, callan.
No solo las vertientes más extremas de la progresía política del Estado muestran su escepticismo. Llegan noticias de que los segmentos no binarios del poderosísimo sector prostibular toman posiciones. Una nota de prensa hizo saltar las alarmas: “Un trabajador sexual de Mallorca afirma a El Confidencial que varios miembros del partido socialista local han solicitado sus servicios mientras proponían leyes abolicionistas de la prostitución”.
Pero poco después llego lo que ya no era una señal de estar dispuestos a la guerra, sino que era un contra-ataque con disparos a la línea de flotación.
Desde OTRAS (Organización de Trabajadoras Sexuales), manifestaban:“…el PSOE no tiene credibilidad ni autoridad para legislar sobre trabajo sexual, porque una y otra vez ha demostrado que sus intereses para con nosotras no tienen que ver con preocupaciones sobre nuestras condiciones laborales, vitales o sanitarias, sino con intereses de otra índole. Tal y como dice la proclama que las trabajadoras sexuales solemos corear en las manifestaciones por nuestros derechos: “Folláis con nosotras, votáis contra nosotras”.
No solo están muy enfadadas las/es/is/os/us prostitutas/es/is/os/us españolas/es/is/os/us con el PSOE, sino que, tal y como publican algunos medios, las prostitutas/es/is/os/us españolas/es/is/os/us están indignadas/es/is/os/us puesto que “no entienden que el Gobierno promueva un modelo abolicionista para regular sus actividades, y a la misma vez altos dirigentes las contacten para tener sexo. Se muestran “indignadas” por verse vinculadas a la trama corrupta destapada en las filas socialistas, y “rechazan” el reciente anuncio de la ministra de Igualdad, Ana Redondo, para votar en septiembre otra propuesta de ley que busca ilegalizar la prostitución”.
El caso es que a estas alturas no son pocos los ciudadanos progresistas que ante las manifestaciones de don Pedro Sánchez Pérez Castejón han quedado circunspectos por el machismo que en ellas les parece percibir reduciendo de modo ominoso el desempeño de la actividad prostitucional al ámbito exclusivo de las mujeres.
En fin. Ya veremos en qué queda el dichoso entuerto surgido ante los fervientes anhelos de infiltrar las entrañas del PSOE con el suero de la virtuosa castidad.
Pero don Pedro Sánchez, en su cruzada en pos de la virtud en el seno de su partido, como veíamos más arriba, cala más hondo. Don Pedro Sánchez amenaza a aquellos miembros/as·es/is/us de su partido con la expulsión en caso de no abandonar los hábitos prostitucionales a los que algunos/as/es/is/us de ellos/as/es/is/us han sido conducidos/as/es/is/us por su desordenada concupiscencia.
Esta medida constituye, en sí misma, una amenaza al sector prostibulario pues afectaría gravemente a sus flujos dinerarios. Pero arrastra con ella una problemática más profunda. Mas intensa en los ámbitos sociológicos.
La puesta en marcha de tal medida ha cubierto a la sociedad española con un velo de misterio. Los españoles todos se preguntan y no aciertan a lograr una respuesta que satisfaga su curiosidad. ¿De qué medios se valdrá la dirección del PSOE para revertir una libidinosa y prostitucional tendencia? ¿Qué instrumentos serán utilizados en la evaluación de la querencia prostibular? ¿Cuál será la nota de corte que defina la expulsión de un miembro/a/e/i/u? ¿Tendrá la expulsión por putero/a/e/i/u algún tipo de eximente o sanción sustitutoria?.
Hay gentes que dicen que bastaría con implantar en todos los/as/es/is/us miembros/as/es/is/us del partido un electrodo subcutáneo en las zonas pudendas a fin de que reaccione a las estimulaciones ambientales prostibularias produciendo la correspondiente descarga eléctrica.
Este método no impediría la incursión en los espacios prostibulares, pero de forma tajante eliminaría la culminación de los objetivos perseguidos con tal inmersión. Aunque, eso sí, dejaría la puerta abierta a calumnias por parte de los/as/es/is/us compañeros/as/es/is/os/us que pretendieran obtener, previa desacreditación, la misma o similar prebenda perseguida por el injuriado.
Este método es considerado por los algunos expertos consultados muy efectivo, pero no exento de riesgos. Me dice un médico amigo que podría darse el caso de la tumefacción de las partes pudendas en el caso de reiterada y pertinaz itineración prostibularia.
Otro amigo mío, que es electricista, me comenta que a causa de las espasmódicas danzas producidas en el sujeto/a/e/i/u por las descargas eléctricas, se podrían dar contactos involuntarios con los miembros/as/es/is/os/us de la plantilla del burdel, siendo origen estos, tanto de infundios malintencionados nacidos, tanto de malos quereres en el seno del partido, como de lesiones neurológicas en el trabajador/dora/dore/dori/doro/doru sexual contactado con posible, aunque no deseado, riesgo de electrocución.
Todos los expertos consultados me informan de que esta medida acarrearía un incremento en la situación deficitaria de la Seguridad Social, puesto que se produciría un aumento sustancioso de los accidentes laborales por electrocución libidinosa inducida.
Los españoles, ante la cruzada emprendida por don Pedro Sánchez en búsqueda de la virtuosa castidad en el seno de su partido, se preguntan y no aciertan a dar respuesta a las incógnitas que en sus mentes aparecen con respecto a la instrumentalización en la que, tan abnegada labor, ha de asentarse.
Todo es misterio. Todo es incertidumbre. Todo es interrogante. Un cosmos en forma de pregunta se cierne sobre las aturdidas mentes españolas.
¿Cómo se podrá revertir tendencia lupanar tan señalada? España toda permanece inquieta. La zozobra inunda las instituciones. La sociedad parada. Las industrias quietas. El puterío amedrantado callado y mudo. Como figuras fantasmagóricas recorren los oscuros cielos ibéricos los rostros de Koldo, de Tito Berni, de Cerdán, de Ábalos. Todo es silencio.
Hay personas que afirman que no es precisa la implantación subcutánea de un electrodo. Que la mera inserción de un chip con un terminal en la central del Partido bastaría. Todo son dudas. Todo son elucubraciones. Quizás con el apoyo técnico de la NASA. No sé. Nadie sabe.
El tiempo pasa. Septiembre está cerca. La cruzada se prevé bravía y esforzada.
Se filtran rumores de que el apasionado y bermejo capullo que en el logotipo del PSOE aparece sujeto por un puño enérgicamente cerrado, será sustituido por una orquídea nacarada enfajada en unos dedos sutiles de tacto aterciopelado, como símbolo de casta y albina virtud. Abrazados la flor perla y los sedosos dedos por un pergamino medieval en el que se puedan leer los versos que en su día declamara el poeta:
¿Qué es poesía?
dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul
¿Qué es poesía?
Y tú me lo preguntas.
¡Poesía… eres tú!»
Pero bueno, los que de esto saben, dicen que, con esto de la cruzada, don Pedro, al que ya se le empieza a conocer como “el Cruzado” en algunos círculos, seguro que gana las próximas elecciones.
Y ganara las próximas elecciones don Pedro ¡claro que sí! porque esa será la voluntad del pueblo que, al toque por soleares, a su propia muerte canta.
