En España el cinismo y la desvergüenza tienen rostro y nombre propio : Pedro Sánchez. El presidente — ese que se pasea por los escenarios internacionales con tal de vender su falsa aureola de “líder humanitario”– en su reciente comparecencia desde Moncloa anunció el pasado lunes , 8 de septiembre, con gran desparpajo y semblante franciscano 160 millones de euros en ayudas para Gaza. Mientras tanto, aqui — en su propio país–cuatro de cada cinco familias arrasadas por la DANA siguen sin ver un solo euro. Ni un mísero céntimo de ese maná presupuestario que el Gobierno prometió con la alegría del que no paga con su bolsillo, sino con el ajeno, pero que nunca llega a su destino.
No hablamos de anécdotas ni de casos aislados, sino de un viciado y reiterado patrón: promesas solemnes, fotos con chaleco en primera línea de la tragedia, mega titulares de propaganda, y después…¡ nada de nada!. Ahí están los vecinos de La Palma –que tras perderlo todo bajo la lava del volcán de Cumbre Vieja– llevan ya cuatro años esperando unas ayudas que nunca llegaron ni llegarán y, si , por un casual, llegasen…lo harían tarde, mal, nunca y arrasadas por la burocracia socialista. La misma estafa moral se repite hoy con las víctimas de la DANA: familias que lo han perdido todo, que esperan, que llaman a las puertas de la administración… y reciben silencio o papeles interminables como respuesta.
La doble moral de Sánchez y su Gobierno clama al cielo. Para fuera –para su propaganda personal e internacional– lo que haga falta, pues siempre hay dinero: Gaza, Marruecos, Ucrania o cualquier otro escenario que le permita erigirse en “estadista global y humanitario»; para dentro –para los españoles que pagan sus impuestos– a parte de que, si necesitan ayuda …que la pidan, solo les queda el olvido, el abandono, el silencio y el desprecio. ¿Qué justicia cabe en un presidente que prefiere enviar millones al otro lado del Mediterráneo mientras deja a sus compatriotas tirados en el barro, las cenizas o en el agua sucia de sus casas inundadas…?
Esto no es solidaridad, es un insulto a todos los españoles. Es la utilización obscena del dinero de todos para alimentar el ego de un gobernante que no cree ni en España ni en sus ciudadanos. Es pura inmoralidad y una gran desvergüenza política sin precedentes. Los palmeros, los damnificados por la DANA, los miles de españoles que ven sus vidas destrozadas, no tienen cabida en la «fotográfica» agenda para la galería y, mucho menos, en la «económica» de Sánchez. Solo le sirven de atrezo temporal, de escenario de lágrimas para el momento de la visita televisada. Después, el abandono…el olvido y el ruidoso silencio.
¡Que no nos engañen! : mientras las familias españolas siguen esperando, Sánchez ya tiene la vista puesta en la próxima foto internacional, en el próximo titular que le presente como un adalid de la cooperación y de la paz . Todo ello con dinero público y que se niega a invertir en los suyos. Ese es el genuino rostro de su progresista y megalómana politica: un vacío y falso escaparate hacia fuera, y un rico erial de abandono hacia dentro.
Pedro Sánchez no gobierna para España ni para los españoles, solo lo hace para satisfacer su voraz y megalómano ego, para su propaganda política de puertas afuera y sobretodo, para mantenerse en el poder a cualquier precio. Y mientras tanto, quienes realmente deberían ser su prioridad, quienes lo necesitan de verdad —los damnificados por la DANA, por el volcán de La Palma, por las múltiples y voraces incendios recientes— siguen esperando unas ayudas que nunca llegan, a pesar de haberlas pedido a gritos.
Si buscamos una definición con una sola palabra, la que mejor define su actitud es la de «FELONIA». Porque «traicionar» a los tuyos mientras se pavonea de solidario y empático con los de fuera, no es solo una inmoral indecencia: es la prueba de que España le importa a Sánchez lo mismo que a un turista –de mochila y alpargatas– el país que atraviesa en tránsito… ¡absolutamente NADA!
