La actitud «comprensiva» con el mundo abertzale, incluyendo a ETA, vuelve a colear en torno a Podemos tras conocerse el fichaje del abogado y exvocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) José Manuel Gómez Benítez.
El catedrático de Derecho Penal, adscrito durante años a los sectores políticos y judiciales del PSOE, tiene tras de sí un polémico rastro de trapos sucios vinculados a su labor como negociador con la banda terrorista entre 2006 y 2007.
Gómez Benítez, persona de la máxima confianza de Alfredo Pérez Rubalcaba, no sólo representa todo lo contrario de la «nueva política» que ha pregonado Podemos a lo largo de estos meses. Es que, además, ha sido señalado por procedimientos que, sin ser ilegales, tampoco resultan muy limpios.
En ese sentido, cabe destacar que las actas de las reuniones con los emisarios del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, incautadas en operaciones antiterroristas posteriores, ponen de relieve que Gómez Benítez fue el encargado de transmitir que se estaba haciendo todo lo posible por evitar que la organización juvenil abertzale Jarrai fuese considerada por la Justicia como parte del entramado etarra.
Algo que tenía suma importancia si se tiene en cuenta que numerosos militantes de Jarrai daban el salto a integrarse en las filas de los comandos de ETA. De ahí que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado la considerasen como su principal vivero.
Junto a esto, en su momento, y a través de lo señalado, también se puso de manifiesto que Gómez Benítez llegó a usar el «chivatazo» del bar Faisán como prueba de que el Gobierno hacía todo lo posible por no irritar a la banda terrorista durante las negociaciones, según señaló El Mundo.
Al hilo de ese papel, cabe preguntarse hasta qué punto la designación, a propuesta del PSOE, de Gómez Benítez como vocal del CGPJ no fue un pago a sus servicios como negociador con ETA.
De Villarejo al abogado de Tania
El problema para Podemos es que, una vez más, vuelve a repetirse la política de comprensión hacia el mundo abertzale. Y ya no son tan sólo los encajes de bolillos del secretario general para justificar ciertos discursos pasados o la presencia del directivo de EKIN Eneko Compains -dos años en prisión preventiva por pertenencia a ETA, por lo que se encuentra a la espera de juicio- en el libro coordinado por Iglesias sobre Juego de Tronos.
A esto hay que sumarle otros ejemplos como el exfiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo -fustigador de la «tortura» del Estado español y tan comprensivo con los representantes políticos abertzales- o la también fichada Tania Sánchez, que eligió como abogado a un secuestrador de Emiliano Revilla por cuenta de ETA, Gonzalo Boye.
