FEIJÓO ATACA A SALAZAR Y PONE EN ENTREDICHO LA CREDIBILIDAD DE SÁNCHEZ

Núñez Feijóo arremete con todo contra el exasesor de Pedro Sánchez y retrata la hipocresía del PSOE: “Paco Salazar es un guarro”

El presidente del PP tacha de "guarro" al exasesor de Moncloa tras conocerse denuncias por acoso sexual y actitudes machistas registradas en el canal interno del PSOE

Contundente.

Alberto Núñez Feijóo ha llevado a cabo este martes una de sus intervenciones más duras contra el Gobierno y el PSOE, en un desayuno informativo organizado por La Razón. Junto al presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, el líder del Partido Popular no dudó en calificar a Paco Salazar, exasesor de Pedro Sánchez en Moncloa, con rotundidad:

«Si lo que dicen los medios es cierto, es evidente que el señor Salazar es un guarro, y un guarro no puede ser asesor de cabecera del presidente del Gobierno».

La declaración de Feijóo se produce justo después de que elDiario.es revelara detalles sobre dos denuncias formales presentadas en el canal interno del PSOE contra Salazar, quien desempeñaba el cargo de secretario general de Coordinación Institucional. Las acusaciones, que datan de julio y agosto pasados, describen un patrón sistemático de acoso sexual, comentarios inapropiados y actitudes denigrantes hacia mujeres jóvenes bajo su supervisión. El líder popular ha encontrado en estas revelaciones la oportunidad ideal para criticar la gestión del Ejecutivo socialista y cuestionar la coherencia del discurso progresista del PSOE.

Los pormenores que incomodan

La gravedad del caso radica en la naturaleza de los comportamientos señalados en las denuncias. Una de las empleadas que trabajó directamente con Salazar relata que el ambiente laboral era «irrespirable» y que su actitud «destilaba misoginia y baboseo en cada comentario disfrazado de broma». Los testimonios documentan un patrón que va más allá de simples comentarios inadecuados: Salazar salía del baño sin abrocharse completamente la cremallera, hacía alusiones sobre la vida sexual de sus subordinadas, solicitaba que le mostraran el escote y realizaba observaciones sobre sus cuerpos y vestimenta. Cuando alguna empleada mostraba descontento, preguntaba públicamente si había dormido mal por tener relaciones sexuales.

Lo más perturbador es que estas conductas parecían dirigidas exclusivamente a las mujeres. Los hombres bajo su mando recibían advertencias claras sobre no acercarse a «las niñas de Paco», una expresión que evidenciaba la percepción posesiva que Salazar tenía sobre sus subordinadas femeninas. Una denunciantes relata cómo Salazar exhibía a las mujeres de su equipo ante altos cargos visitantes como si se tratara de una demostración de poder. Todo esto lo presentaba como «bromas», una justificación que muchas víctimas utilizan para normalizar conductas que son profundamente traumáticas.

El escándalo adquiere dimensiones aún más preocupantes al examinar lo ocurrido tras la presentación formal de estas denuncias. Ambas mujeres acudieron al canal habilitado por el PSOE entre julio y agosto, confiando en que su partido actuaría con seriedad. Sin embargo, durante cinco meses no obtuvieron respuesta alguna desde Ferraz, sede del partido. Aún más alarmante fue descubrir que sus denuncias habían desaparecido del sistema informático diseñado para protegerlas. Tras ser confrontado por elDiario.es, el PSOE admitió haber experimentado «una interrupción momentánea» del acceso; una expresión eufemística que oculta una realidad mucho más incómoda: las denuncias se borraron.

Esta desaparición ha encendido la ira de Feijóo. El líder popular ha destacado la contradicción entre lo que proclama públicamente el PSOE sobre igualdad y lo que sucede tras bambalinas. El 25 de noviembre pasado, el partido lanzó la campaña «Calladita no estás más guapa» por motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Apenas una semana después, mientras Feijóo emitía sus declaraciones, se revelaba que ese mismo partido había silenciado denuncias por acoso sexual dentro de sus filas. «Escriben en las pancartas ‘Calladita no estás más guapa’ y luego silencian supuestos acosos sexuales dentro del partido», criticó Feijóo con una ironía evidente.

Dardo a Sánchez

Pero Feijóo no se limitó a criticar a Salazar; utilizó este caso para cuestionar lo que considera un patrón en la gestión del presidente Sánchez. Recordando el caso de José Luis Ábalos, exministro bajo investigación por presuntos delitos relacionados con corrupción, argumenta que Sánchez siempre necesita tener cerca a alguien con antecedentes problemáticos: «El señor Sánchez siempre necesita un delincuente cercano para gobernar». Esta acusación es seria; implica que Sánchez rodea su gestión con personas cuyo comportamiento cuestionable o ilícito le permite mantener control.

Este argumento tiene un objetivo político claro: erosionar la credibilidad presidencial no solo respecto a este caso concreto sino también en términos generales. Al vincular a Salazar con Ábalos, intenta construir una narrativa donde el presidente aparece como alguien tolerante con personas problemáticas o incluso dependiente de ellas para ejercer su autoridad. «En definitiva, ya no hay ninguna credibilidad en el señor Sánchez», sentenció Feijóo.

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