Esta fiscal futura empieza mal su camino. Si en lugar de comprometerse a desempeñar su cargo empieza haciendo la pelota, ya sabemos que acabará en algún tejado. El oficio de fiscal es sagrado, porque hay que tener en cuenta que soporta el peso de todo el país. En ningún momento lo supo entender su antecesor y por eso acabó de mala manera, y ahora solo falta que su sucesora siga por el mismo camino.
Algo bueno tenía que tener el felonato y es que ahora ya sabemos todos, excepto Feijóo, que hay que cambiar todo, yendo por partes, de modo que deberían estar unos cuantos trabajando sobre la Constitución, aunque no sean los que se encarguen luego de cambiarla. De momento, lo importante sería ver qué cosas hay mal y qué cosas faltan.
Peramato se ha de encargar de la Fiscalía General del Estado, pero hay que partir de la base de que con este gobierno y este presidente todo está llamado al fracaso. Por tanto, lo primero que tenía que haber hecho es no aceptar el encargo. Puesto que sí lo ha aceptado, ya sabe que su nombre pasará a formar parte de la lista de los grandes fracasados nacionales. Parece mentira, pero es una realidad que se observa día a día, que gentes con una capacidad demostrada no la usen para averiguar la verdad, lo aconsejable, lo conveniente, sino para asegurarse sus lentejas y las de sus posibles descendientes.
No podemos evitar que libremente escoja su camino, aunque la vía elegida perjudique a toda España, porque en su día no nos percatamos de los manifiestos defectos de las leyes que nos ponían ante los ojos. Vamos viviendo con una Constitución que nos perjudica, un Tribunal Constitucional que sobra y es una farsa, unos sindicatos alimentados por la izquierda, unos intelectuales sometidos al poder… Hay que hacer grandes cambios.