Existen claros indicios de que el hijo fue el autor del crimen y que le encubrió el padre
Han llegado a los juzgados de Vía Alemania este sábado por la tarde con un intervalo de media hora cada uno. Primero el padre y luego el hijo. Ambos iban con el rostro cubierto.
Ante el juez Joan Catanay el primero ha negado ser el autor de la muerte de su esposa, María Luisa Perún, de 60 años, cuyo cuerpo fue encontrado desangrado en la mañana del pasado jueves en el pasillo del octavo piso del número 23 de la calle Rosselló i Caçadors de Palma.
El joven, Antonio L.l., de 20 años, ni se ha dignado a contestar a las preguntas. Las continuas contradicciones en que ha incurrido durante las últimas horas han conseguido bloquearle del todo.
Tras una comparecencia de apenas media hora, el anciano de 82 años de edad ha quedado en libertad provisional, acusado de un delito de encubrimiento. Deberá desembolsar 6.000 euros, cantidad que ha dicho tenía en su domicilio, hasta donde ha sido escoltado por la Policía con el ánimo de recogerlo.
El hijo ha sido acusado a su vez de un presunto delito de homicidio, y el titular del juzgado de instrucción número 1 ha decretado para él prisión incondicional, una vez se tienen claros indicios de que fue el autor del golpe en la cabeza que acabó con la vida de su madre, acto que llevó a cabo ayudado de unas mancuernas y de un cable.
Como se recordará los dos implicados tardaron cuatro horas en dar la alarma tras el suceso, indicando en un primer momento que la infortunada se había caído accidentalmente yéndose a golpear con un jarrón. Las evidencias tumbaron tal afirmación, aunque se ignora el detonante de la tragedia.