España atraviesa una contradicción alarmante en su mercado laboral.
Las empresas requieren ingenieros con urgencia para gestionar la inteligencia artificial, la digitalización y la transformación industrial. Sin embargo, son cada vez menos los jóvenes españoles que se decantan por estas carreras.
Esta situación refleja a la perfección una crisis silenciosa que afecta a uno de los sectores más vitales para el futuro económico del país.
Aunque los grados en ingeniería representan el 24% del total de titulaciones universitarias en España, enfrentan un problema estructural: un descenso en las vocaciones, tasas de abandono preocupantes y, lo más grave, que más de la mitad de estos grados no habilitan legalmente para ejercer la profesión.
El panorama del sector es contundente.
Según datos de Randstad Research, la ocupación de ingenieros creció un 11% durante 2024, alcanzando los 377.000 profesionales en el país, muchos de ellos con contratos indefinidos y salarios superiores a la media.
Estas cifras pueden parecer alentadoras al principio, pero ocultan una realidad más intrincada: mientras la demanda sigue aumentando, la oferta de nuevos talentos se está debilitando. Se estima que el sector necesita alrededor de 200.000 trabajadores adicionales para cubrir la demanda actual, una cifra que resalta el enorme desafío que enfrenta la industria española.
Un mercado laboral en expansión, pero vulnerable
Los datos sobre empleo en ingeniería pueden resultar engañosos si se examinan superficialmente. Aunque 2024 mostró ese crecimiento del 11% en ocupación, el cuarto trimestre del año evidenció un descenso del 1,8%, impulsado principalmente por una caída del 2,8% entre los ingenieros superiores.
Además, las contrataciones de ingenieros disminuyeron notablemente en 2024, con casi 8.000 contratos menos que en 2023. La reducción fue especialmente marcada entre los ingenieros técnicos en electricidad, electrónica y telecomunicaciones, donde cayó un 16,9%.
El desempleo también presenta una tendencia preocupante. Los ingenieros eléctricos, electrónicos y de telecomunicaciones vieron un aumento del paro del 24,2%, siendo el incremento entre los ingenieros de telecomunicaciones aún más alarmante: alcanzó un 45,9%.
Estos datos sugieren que aunque el sector crece en términos globales, existen áreas vulnerables que generan incertidumbre sobre la estabilidad de estas tendencias positivas.
A pesar de esto, la demanda por talento STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) no ha dejado de crecer.
En efecto, se prevé que durante los próximos cinco años surjan aproximadamente 70 millones de nuevos puestos de trabajo a nivel mundial relacionados con telecomunicaciones, inteligencia artificial y transición energética. En España, un notable 67% de los ingenieros en telecomunicaciones afirma haber encontrado empleo inmediatamente después de finalizar sus estudios; además, el 96% considera que su profesión les proporciona estabilidad económica.
Las ramas de Ingeniería Industrial y Construcción muestran una tasa de empleabilidad del 82,8% y un impresionante 90,5% en contratación indefinida.
Las especialidades más demandadas
No todas las ramas de ingeniería tienen igual peso en el mercado laboral. La Ingeniería Informática se posiciona como líder indiscutible ante la creciente digitalización que afecta a casi todos los sectores económicos.
Las empresas buscan profesionales capaces de programar, gestionar sistemas informáticos y diseñar infraestructuras seguras. Los graduados en esta área encuentran oportunidades laborales prácticamente en cualquier sector.
Por otro lado, la Ingeniería Industrial también destaca como altamente solicitada; combina conocimientos técnicos con habilidades en gestión operativa y mecánica. Estos expertos son esenciales para mejorar procesos productivos y pueden desempeñarse en sectores variados como energía, automoción o alimentación.
Particularmente relevante es el auge de los ingenieros con perfil comercial, quienes integran habilidades técnicas con visión empresarial y competencias administrativas. Este perfil actúa como intermediario entre equipos técnicos y áreas comerciales; su capacidad para traducir soluciones técnicas a estrategias empresariales resulta crucial para liderar proyectos dentro del marco globalizado actual.
Los ingenieros de datos son igualmente demandados; su trabajo es fundamental especialmente en sectores como banca y sanidad donde contribuyen a decisiones estratégicas significativas. Para el año 2030 se anticipa un crecimiento considerable en roles relacionados con tecnología; esto incluye especialistas en Big Data e Inteligencia Artificial. Asimismo, aquellos vinculados a iniciativas verdes como ingenieros ambientales o energías renovables son cada vez más buscados.
La caída de las vocaciones
Aquí radica el verdadero desafío. A pesar de que el mercado clama por ingenieros urgentemente, el sistema educativo español no está formando suficientes profesionales para satisfacer esta demanda. Las vocaciones hacia las carreras técnicas disminuyen cada año mientras las tasas de abandono continúan elevándose dramáticamente. Este fenómeno ocurre justo cuando las industrias enfrentan retos sin precedentes: inteligencia artificial, automatización y digitalización generalizada.
La brecha se hace evidente también desde una perspectiva de género. En instituciones como Comillas ICAI, las mujeres constituyen el 40% del alumnado en ingeniería; esta cifra es notablemente superior al promedio nacional donde apenas alcanzan un 20% en ingeniería general y solo un escaso 12% en telecomunicaciones. Esta desigualdad amplifica aún más el problema relacionado con la escasez del talento necesario.
Curiosamente, muchas empresas españolas están invirtiendo recursos en formación dual y microcredenciales con el fin de mitigar esta falta. El 89% del tejido empresarial cuenta con titulados universitarios entre sus empleados; además tres de cada cinco organizaciones han contratado a recién graduados durante los últimos dos años. No obstante estas iniciativas son solo parches temporales ante una herida mucho más profunda: el desinterés creciente entre los jóvenes por estudiar disciplinas técnicas.
Perfiles clave para el futuro
El mercado no solo busca cantidad sino también calidad. Los ingenieros mejor valorados son aquellos que combinan competencias técnicas avanzadas junto a habilidades lingüísticas y familiaridad con metodologías ágiles; además deben ser capaces de trabajar eficazmente en entornos multiculturales mientras muestran un compromiso hacia prácticas sostenibles. Aquellos profesionales que integran técnica con comunicación efectiva y visión estratégica serán los más solicitados hacia finales de esta década.
La experiencia internacional juega un papel diferenciador crucial. Las empresas involucradas en proyectos internacionales buscan perfiles adaptables capaces no solo de gestionar equipos distribuidos sino también cumplir normativas diversas. En España, sorprendentemente un alto porcentaje (73,4%) de los ocupados dentro del ámbito ingeniéroso se localizan únicamente en cinco Comunidades Autónomas: Madrid (25,7%), Cataluña (19,1%), Andalucía (9,6%), País Vasco (9,5%) y Comunidad Valenciana (9,5%). Esta concentración geográfica pone al descubierto una distribución desigual tanto de oportunidades como empresarial.
El reto del relevo generacional
A pesar de ser relativamente joven como campo profesional; la ingeniería enfrenta retos significativos respecto al relevo generacional futuro. Desde mediados del año pasado se ha mantenido estable una mayoría dentro del grupo etario joven aunque ha habido un notable aumento entre aquellos profesionales comprendidos entre los 45 y 54 años; lo cual puede generar tensiones demográficas importantes para el sector. Cuando estos trabajadores lleguen a jubilarse será aún más palpable la escasez crítica relacionada con nuevos talentos emergentes.
Las universidades españolas intentan abordar este desafío. Instituciones como Comillas ICAI, con su larga trayectoria formando ingenieros desde hace más de un siglo sigue logrando tasas impresionantes (97%) entre sus egresados respecto a empleabilidad superando así ampliamente promedios nacionales similares. Un alto porcentaje (80%) participa activamente dentro programas internacionales mientras cerca medio centenar colabora directamente con proyectos comunitarios o sociales relevantes. Además mantienen acuerdos establecidos con más de tres mil empresas tanto nacionales como internacionales así como casi dos centenares convenios académicos alrededor del mundo.
Sin embargo incluso estas instituciones reconocidas no pueden remediar completamente lo que parece ser un problema sistémico: escasez vocacional persistente . La combinación letal entre altas tasas abandonos , existencia títulos no habilitantes , junto creciente desinterés juvenil hacia disciplinas técnicas genera condiciones adversas amenazando competitividad futura española frente desafíos globales clave tales cómo inteligencia artificial , energías renovables o digitalización masiva .
El panorama resulta paradójico pero claro: nunca antes hubo tanta necesidad real por parte empresas españolas hacia ingenieros , nunca salarios ofrecidos fueron tan competitivos ni oportunidades laborales tan vastas . Y sin embargo , nunca tantos jóvenes han mostrado menos interés por cursar estas profesiones . Esta contradicción marca fuertemente crisis silenciosa tanto educativa como empresarial que debe atenderse urgentemente si no quieren quedar rezagados ante revolución tecnológica global inminente .
