Romper con lo que funciona y con lo que todo el mundo entiende.
Ese es el objetivo del Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez, dinamitar cuestiones que no estaban en discusión.
Y algo tan sencillo como evaluar a los estudiantes con calificaciones numéricas era, hasta la fecha, algo tan natural como beber agua.
Pero el departamento de Pilar Alegría, titular de Educación, pretende acabar con ese sistema de colocar una cifra concreta en las notas de los alumnos de colegios e institutos para dejarlo solo en Insuficiente, Suficiente, Bien, Notable o Sobresaliente, pero sin poner un coeficiente.
Asimismo, también se quita por parte de la responsable educativa del Ejecutivo sanchista la posibilidad de que los alumnos más brillantes puedan presumir de tener en su expediente una matrícula de honor o algún tipo de mención honorífica.
El primero en oponerse a ese nuevo método de calificar a los estudiantes fue el Gobierno de la Región de Murcia, presidido por el popular Fernando López Miras.
Y ahora es Madrid quien se suma a esa iniciativa de mantener en esos niveles educativos que las calificaciones sigan presentando un valor numérico del 0 al 10.
Los resultados de la evaluación se relacionarán con las calificaciones, de tal forma que se indicará insuficiente (IN) para las calificaciones con valores entre 1 y 4, suficiente (SF) para la calificación con valor 5, bien (BI) para la calificación con valor 6, notable (NT) para las calificaciones con valores 7 u 8 y sobresaliente (SB) para las calificaciones con valores 9 o 10.
LA BATALLA DE LA HISTORIA
Igualmente, la Comunidad de Madrid tampoco va a dar su brazo a torcer en lo tocante a la impartición de la asignatura de Historia.
El departamento de Enrique Ossorio se arrima a las recomendaciones de la Real Academia de la Historia, el Consejo de Estado y el Consejo Escolar del Estado al proponer un enfoque cronológico y lineal de la asignatura, con el aprendizaje de hechos históricos concretos, tanto de la actualidad como del pasado.
Evidentemente, se trata de una nueva colisión con el Ministerio de Educación, que en su currículo se centra en la Historia Contemporánea, haciendo especial hincapié en el siglo XX.
En Madrid, por el contrario, los alumnos de la ESO tendrán que hacer aprender a estudiar y confeccionar mapas físicos y políticos y estudiarán el Románico, la Edad Media en la Península Ibérica, el Al-Andalus, la Corona de Castilla y la Corona de Aragón, los Reyes Católicos, el descubrimiento de América, los Austrias, Carlos V y Felipe II, La Guerra de los 30 Años, los Habsburgo, la Guerra de la Independencia, Isabel II, La Restauración, las guerras mundiales, la crisis del 29, la Guerra Fría, Alfonso XIII… y hasta lo más actual.
