El Grado en Ciencias Políticas es una oportunidad formativa interesante para aquellos estudiantes que realmente se sienten atraídos por la actividad política y la gestión pública. No obstante, estos estudios no están pensados de manera exclusiva para quienes quieren ejercer un cargo público como políticos, sino para todas las personas que ven en estas actividades un futuro laboral interesante.
Prácticamente cada día vemos en medios de comunicación, tanto en prensa, radio y televisión, como en los nuevos formatos audiovisuales, a expertos que analizan la actividad política. Son los llamados politólogos, y su trabajo consiste, de manera muy resumida, en estudiar cómo se relacionan las políticas públicas para ofrecer distintas soluciones a los problemas de la sociedad.
Fue el filósofo Aristóteles el que ya resumió aquello de “el ser humano es político por naturaleza”. Y no le faltaba razón, pues aunque la política esté muy denostada actualmente, más por temas que aluden a partidos políticos que a la disciplina en sí, su labor para la sociedad es vital, ya que se encarga de organizar a las comunidades de humanas y poner el foco en cómo distribuir los recursos.
Muchos expertos también vinculan estrechamente la política con la economía, ya que esta última ciencia trata de asignar recursos que siempre son limitados. Sea como fuere, hoy te mostramos qué salidas profesionales tiene un politólogo, o lo que es lo mismo, hacia dónde puede dirigir su carrera laboral un graduado en Ciencias Políticas.
La gestión pública desde la política activa
El primer escenario es el más obvio. Hay quien decide estudiar Ciencias Políticas porque realmente tiene un compromiso activo con la sociedad y se ve con opciones de representar a la población desde la política.
Cuando un graduado en Ciencias Políticas llega a un cargo electo elegido bajo sufragio universal es algo así como hacer de esta representación una especie de tecnocracia. A menudo se oye en muchos círculos que los consejeros de determinadas ramas: educación, interior, cultura y deportes, administraciones públicas, medio ambiente… deben conocer esa parcela para gestionar mejor los recursos.
Sin embargo, esa idea también tiene sus detractores, ya que al final el político tiene a su cargo a numerosos técnicos que sí están especializados en esos temas, y son los que intentan ajustar a la legalidad las decisiones que sí toman los políticos.
Como conclusión, no está de más que un político conozca de cerca el área en el que toma decisiones. Sin embargo, su labor es más de gestión que atender a cuestiones técnicas. Por tanto, es aconsejable que también se especialice en esos conocimientos, con por ejemplo un Máster en Gestión Pública. Este tipo de estudios universitarios superiores también son de gran utilidad para los politólogos.
Analista político y especialista en comunicación política
Este es el gran escenario donde se mueven muchos graduados en Ciencias Políticas. Su labor consiste en analizar la realidad política y social, las dinámicas de los actores políticos, los resultados electorales y las opiniones y valores de los ciudadanos.
Del mismo modo, esta tarea también la pueden realizar en la Administración Pública o en los partidos políticos. En el primer caso su labor va desde implementar nuevos objetivos a través de las leyes o proponer medidas para que los políticos en activo tomen las decisiones finales.
La segunda fórmula, la de trabajar en partidos políticos, tiene como finalidad hacer llegar a las organizaciones los mensajes oportunos para desarrollar su ideología política. El término popular de argumentario, las ideas que lanzan los representantes políticos en su día a día, y que repiten de manera parecida todos los miembros de esa fuerza, es obra de los politólogos. Este trabajo tiene su culmen en la planificación y gestión de estrategias de comunicación electorales y las campañas previas a las elecciones.
Consultor nacional e internacional
Una tercera salida interesante es trabajar como consultor, tanto a nivel nacional e internacional. Aquí no hablamos del ámbito político de manera directa, sino poner sobre la mesa los conocimientos para prestar servicios en áreas sociales o económicas en empresas o en organizaciones no gubernamentales.
En las ONGs, por ejemplo, los politólogos pueden ejercer funciones de intermediación con las instituciones locales, promover la ayuda humanitario o servir de nexo de unión con las administraciones en situaciones de emergencia. Por otra parte, también es una opción interesante formarse como agente de desarrollo local y de igualdad o trabajar como gestor en organizaciones sociales.
El último espacio que pueden ocupar los politólogos es el de docentes, es decir, hacer llevar los conocimientos adquiridos a alumnos que quieran formarse en estas áreas. Además, no solo pueden tratarse temas políticos, sino que aquí se abren escenarios como la gestión pública, las relaciones entre el mundo de la empresa y el sector administrativo público o las conexiones que existen entre las finanzas, la economía, los mercados y las instituciones de gobernanza.
