La ola de calor registrada en agosto de 2003 en la Península Ibérica provocó un aumento del consumo que llevó a que el precio medio de la electricidad en el mercado diario de producción (‘pool’) se incrementara en un 24,3 % durante ese mes, hasta los 3,958 céntimos de euro por kilowatt-hora (kWh), frente a los 3,184 céntimos de media del mismo mes de 2002, según datos del Operador del Mercado Eléctrico (OMEL).
Dicho aumento de consumo puede ocasionar cortes de suministro, que pueden ser paliados mediante el uso de energías alternativas, en especial, la energía solar, según wp.
A partir de ese año, para evitar los efectos adversos de las altas temperaturas, la Federación Española de Municipios y Provincias, en colaboración con el IMSERSO, Cáritas y Cruz Roja, estableció un Convenio de Colaboración destinado a informar al ciudadano, sobre todo a los sectores de mayor riesgo.
Por otro lado, las olas de calor pueden causar muertes por hipertermia, especialmente entre los ancianos.
Si, además, se produce una sequía que seca la vegetación, las olas de calor pueden provocar incendios forestales.
Por último, las olas de calor prolongado pueden causar una gran disminución del caudal de los ríos, lo cual podría, a su vez, disminuir drásticamente la producción de energía hidroeléctrica en los países donde esta forma de energía resulta fundamental.
Cada año se repite la misma historia, o incluso pesadilla, con la llegada del calor, según recoge 20minutos y comparte Manuel Trujillo para Periodista Digital.
Las casas se calientan y aquellos que por motivos económicos no pueden permitirse instalar aire acondicionado o están en contra de él – ya que contamina y puede ser perjudicial para la salud- sufren esepecialmente las consecuencias.
Recopilamos algunos consejos sencillos y económicos que te ayudarán a desafiar a las asfixiantes temperaturas del verano aunque no tengas aire acondicionado.
Cerrar puertas y bajar persianas
Parece algo básico, pero muchas veces no prestamos suficiente atención y no seguimos esta pauta de manera adecuada.
Para evitar que tu hogar parezca un horno, debes estar pendiente de las horas a las que está expuesto al sol. En esos momentos, procura mantener las persianas bajadas y las ventanas incluso cerradas. Con ello, lograrás que el fuerte calor de la calle no entre.
Por el contrario, cuando llegue la noche aprovecha para ventilar tu casa, subir persianas y abrir ventanas, permitiendo crear corrientes de aire que refresquen las habitaciones.
Dormir en las plantas inferiores
El momento de dormir es uno de los más complicados cuando nos enfrentamos a altas temperaturas y conciliar el sueño puede convertirse en un logro imposible de alcanzar.
El aire caliente sube, por lo que las plantas bajas suelen estar un par de grados más frías que las superiores. No todo el mundo cuenta con esta posibilidad, pero si puedes permitirte dormir en sótanos o en pisos inferiores, tu sueño lo agradecerá.
Emplear sábanas de algodón
También para facilitar el sueño debemos prestar atención a las sábanas.
Estas son un elemento que está en contacto directo con nuestra piel durante la noche. Por ello, en la época estival debemos apostar por tejidos hechos con materiales naturales como el algodón, que son los más transpirables.
Revisar nuestras bombillas
Aunque la venta de bombillas incandescentes y de focos halógenos está prohibida, aún algunas personas los siguen utilizando. Estos consumen más y generan mucho más calor que las bombillas LED.
Ahora tienes otro motivo para emplear este tipo de bombillas, que evitarán que tus habitaciones alcancen temperaturas aún más elevadas.
Probar el truco del hielo
Lograr que el aire de nuestro ventilador se asemeje más al del aire acondicionado es posible con este sencillo truco. Para ello, debemos llenar un cuenco de metal con hielo y colocarlo delante del ventilador.
Cuando el hielo se vaya derritiendo, el ventilador recogerá ese aire frío de la superficie consiguiendo una agradable y fresca brisa.
Evitar encender electrodomésticos
Los electrodomésticos son aparatos que irradian calor con su funcionamiento.
Hoy en día dependemos de muchos de ellos, pero es recomendable reducir o evitar su uso en la medida de lo posible, especialmente durante las horas de más sol.
Rodearse de plantas
Son muchos los beneficios que aporta tener plantas en nuestro hogar. Desde el exterior pueden ayudar a que los rayos del sol incidan con menos fuerza sobre tu casa, y desde el interior pueden ser capaces de refrestar tus habitaciones.