LA SUPERVIVENCIA DEL FELINO MÁS RÁPIDO

En vivo y en directo: un minúsculo antílope cazado por un hambriento guepardo

Los velocistas de la sabana y su carrera contra la extinción

A cualquier amante de los safaris le suena la leyenda: un destello dorado atraviesa la hierba alta y, en menos de lo que tarda en sonar el clic de la cámara, la persecución ha terminado.

El protagonista, el guepardo (Acinonyx jubatus), es capaz de acelerar de 0 a 96 km/h en apenas tres segundos, superando a cualquier coche de calle en el arranque.

Y sí, entre carreras y siestas, este felino ha protagonizado más de una anécdota surrealista, como aquella vez en la que uno saltó al asiento trasero de un vehículo de safari en el Serengeti, dejando a los turistas con el corazón a mil por hora.

Por suerte, el felino ni se inmutó: simplemente buscaba sombra.

Anatomía del campeón de velocidad

El secreto del guepardo reside en su extraordinario diseño. Su cuerpo es largo y delgado, con extremidades traseras musculosas, columna vertebral flexible y una cola que actúa como timón en pleno sprint.

Las garras, semi-retráctiles, le proporcionan tracción extra, mientras que su corazón y pulmones, de tamaño generoso, aseguran el aporte de oxígeno necesario para esas carreras de infarto.

Sin embargo, la velocidad tiene un precio: tras una persecución, el guepardo necesita varios minutos para recuperarse y, a menudo, debe defender su presa de otros depredadores más fuertes como leones o hienas.

¿Cómo caza el guepardo a los antílopes?

La estrategia de caza del guepardo es un espectáculo de precisión.

Utiliza su aguda vista para detectar a las presas, generalmente antílopes jóvenes o gacelas, a varios cientos de metros.

Se aproxima sigilosamente hasta situarse lo más cerca posible, escondido entre la vegetación. Cuando la distancia es óptima, inicia una persecución a toda velocidad, capaz de cambiar de dirección con agilidad para anticiparse a los giros de la presa.

En apenas veinte segundos y tras recorrer unos 300-400 metros, si tiene éxito, derriba a su objetivo y lo asfixia mordiendo el cuello. Después, debe devorar su comida rápidamente para evitar que otros carnívoros le roben el botín.

La amenaza de la extinción: causas y consecuencias

A día de hoy, 31 de agosto de 2025, la situación del guepardo es crítica. Se estima que quedan menos de 7.000 ejemplares en libertad, y la tendencia sigue a la baja. Las principales amenazas son:

  • Pérdida y fragmentación del hábitat: La expansión agrícola y ganadera reduce los espacios abiertos que el guepardo necesita para cazar.
  • Disminución de presas: La caza excesiva y la competencia con el ser humano por recursos naturales dejan al felino sin alimento suficiente.
  • Conflicto con humanos: Al vivir fuera de áreas protegidas, muchos guepardos entran en contacto con fincas y granjas, donde son perseguidos por atacar ganado o simplemente por suponer una amenaza potencial.
  • Caza furtiva y tráfico ilegal: El comercio de guepardos como mascotas exóticas, sobre todo cachorros, sigue siendo una lacra difícil de erradicar.

En Namibia, por ejemplo, el 90% de los guepardos vive fuera de zonas protegidas, lo que aumenta el riesgo de enfrentamientos con los humanos. Allí, incluso la caza deportiva está permitida bajo ciertas condiciones, y se expiden permisos anuales para dar muerte a estos felinos.

¿Es el guepardo peligroso para los humanos?

Pese a su fama de depredador letal, el guepardo es, paradójicamente, uno de los grandes felinos menos peligrosos para las personas. Los ataques documentados a humanos son extremadamente raros y, generalmente, se producen cuando una madre defiende a sus cachorros. Su comportamiento es más tímido y reservado que el de otros felinos; de hecho, suelen evitar el contacto con los humanos siempre que pueden. Su naturaleza no agresiva se debe, en parte, a su especialización para la velocidad y a su escasa capacidad de lucha frente a animales más grandes o fuertes. Por esta razón, la observación de guepardos en safaris es relativamente segura, siempre y cuando se respeten las distancias y no se interfiera con su comportamiento natural.

La caza del guepardo: entre la persecución y la leyenda

A lo largo de la historia, el guepardo ha sido víctima de la caza, tanto por deporte como por protección del ganado. En la antigüedad, fue domesticado para la caza en la India y el norte de África, donde acompañaba a la realeza en partidas cinegéticas. Hoy, la caza furtiva y la caza legal por parte de ganaderos siguen suponiendo una amenaza considerable. La situación se complica en países donde la fauna salvaje es considerada propiedad privada: los propietarios pueden decidir dar muerte a los guepardos si los consideran peligrosos para sus animales domésticos.

Perspectivas de futuro y esfuerzos de conservación

El futuro del guepardo depende de la implicación internacional y local en la conservación de su hábitat y en la educación de las comunidades rurales. Diversas organizaciones trabajan para reducir el conflicto entre humanos y guepardos, promoviendo el uso de perros pastores y otras medidas no letales para proteger el ganado. Paralelamente, se lucha contra el tráfico ilegal y se realizan campañas de sensibilización para reducir la demanda de mascotas exóticas. Sin embargo, la recuperación de la especie requiere, sobre todo, la preservación de grandes espacios naturales donde pueda cazar y reproducirse en libertad.

Datos curiosos sobre el guepardo

  • Un guepardo adulto puede consumir hasta 10 kg de carne en una sola comida, aunque lo habitual son piezas mucho más pequeñas.
  • Los cachorros nacen con una especie de melena grisácea que les ayuda a camuflarse y a parecerse a la mofeta mielera, un animal temido por muchos depredadores.
  • El rugido no forma parte de su repertorio: el guepardo emite una serie de sonidos agudos, parecidos a chirridos o maullidos.
  • Aunque son velocistas formidables, su resistencia es limitada: tras una carrera, necesitan descansar más de media hora para recuperarse.

En la sabana, cada carrera puede ser cuestión de vida o muerte, pero la mayor batalla del guepardo se libra fuera de las pistas: la de lograr sobrevivir en un mundo cada vez más pequeño y fragmentado.

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