Mariano Rajoy, que va a ganarle como representante del Estado la guerra pacífica al independentismo catalán, se diría que se inspiró en la máxima de Sun Tsu: “El supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar”.
Las leyes a las que esperó Rajoy y su inacción calculada están consiguiendo que “el enemigo se consuma en sus contradicciones”, como recomendaba el general chino hace 2.600 años.
La fanática y gran agitadora presidenta del Parlamento catalán, Carme Forcarell, se retractó ante un juez de sus juramentos independentistas, con lo que Rajoy parece haber cumplido otra sentencia suntzuniana: “Un general alcanza la perfección cuando rinde a su enemigo o logra que huya sin presentar batalla”.
El 1 de octubre, el día del falso referéndum independentista, Rajoy cometió un grave error…
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