En una reciente entrevista con el medio australiano Who, Nicole Kidman ha decidido abordar uno de los temas más delicados de su vida personal: la relación con sus hijos adoptivos, Isabella y Connor, fruto de su matrimonio con Tom Cruise.
La actriz, normalmente reservada sobre este aspecto de su vida, ha revelado con una sinceridad inusual que ambos «han elegido ser cienciólogos» y ha compartido su filosofía como madre ante esta situación.
«Son adultos. Son capaces de tomar sus propias decisiones. Han elegido ser cienciólogos y, como madre, mi trabajo es amarlos», ha declarado la protagonista de Big Little Lies en unas declaraciones que han sorprendido por su franqueza.
Kidman, quien se ha caracterizado siempre por mantener su vida familiar lejos del escrutinio público, añadió:
«Soy un ejemplo de esa tolerancia y creo que no importa lo que haga tu hijo, el niño debe tener amor y tiene que saber que hay amor disponible».
Una historia de amor y separación marcada por la Cienciología
La relación entre Tom Cruise y Nicole Kidman comenzó en 1989 durante el rodaje de Días de Trueno, convirtiéndose rápidamente en una de las parejas más mediáticas de Hollywood. Él ya era entonces una estrella consolidada gracias a éxitos como Top Gun, mientras que ella comenzaba a labrarse un nombre en la industria americana.
Durante su matrimonio, la pareja adoptó a dos niños: Isabella en 1992 y Connor en 1995. Sin embargo, tras su divorcio en 2001, ambos hijos decidieron quedarse a vivir con su padre y seguir el camino de la Cienciología, religión a la que Cruise pertenece desde 1986. Este hecho marcó un punto de inflexión en la relación de Kidman con sus hijos, creando un distanciamiento que ha perdurado durante años.
La influencia de la Cienciología en la separación de la pareja ha sido ampliamente comentada. Esta corriente religiosa, fundada en 1953, es conocida por su estructura cerrada y las exigencias que impone a sus miembros, incluyendo la ruptura de lazos con personas ajenas al culto. Según algunas fuentes, Cruise llegó incluso a intervenir el teléfono de su entonces esposa para espiarla con ayuda de la Iglesia.
Dos vidas paralelas: los hijos de Nicole Kidman
La vida de los cuatro hijos de Nicole Kidman representa dos realidades completamente distintas:
- Isabella Jane Cruise (31 años): Artista y diseñadora que vive en Londres con su marido Max Parker, con quien se casó en 2015 en una ceremonia a la que su madre no fue invitada, a pesar de encontrarse en la misma ciudad trabajando en teatro.
- Connor Cruise (29 años): Reside en Miami y se dedica a la pesca deportiva. Tuvo una breve carrera como actor y DJ, pero actualmente prefiere un estilo de vida más privado.
- Sunday Rose (15 años) y Faith Margaret (13 años): Las hijas biológicas de Kidman con su actual esposo, Keith Urban, con quienes mantiene una relación cercana y protectora, intentando criarlas lejos del escrutinio mediático.
Curiosidades sobre la relación de Kidman con sus hijos adoptivos
El distanciamiento entre Nicole Kidman y sus hijos adoptivos ha generado numerosas situaciones llamativas a lo largo de los años:
- La última fotografía pública de Nicole junto a Isabella y Connor data de 2007, lo que evidencia el prolongado distanciamiento.
- Según algunas fuentes, los hijos ni siquiera se refieren a ella como «mamá», un detalle que refleja la profundidad de la ruptura familiar.
- A pesar de la distancia, recientemente Isabella mostró un gesto de acercamiento hacia su familia materna al reaccionar con un corazón a una publicación de Sunday Rose, su hermanastra, en redes sociales.
- Cuando Isabella se casó en 2015, Tom Cruise no asistió a la ceremonia pero se hizo cargo de todos los gastos del enlace.
- La película Eyes Wide Shut de Stanley Kubrick, en la que participaron juntos Cruise y Kidman, es considerada por muchos como un punto de inflexión en su relación personal, coincidiendo temporalmente con el inicio de su crisis matrimonial.
Los 5 factores que marcaron la relación de Kidman con sus hijos adoptivos
- La influencia de la Cienciología: La pertenencia de Tom Cruise a esta organización y la posterior adhesión de sus hijos creó una barrera ideológica con Kidman.
- El divorcio de 2001: La ruptura matrimonial supuso un antes y un después en la dinámica familiar, con los hijos optando por quedarse con su padre.
- La nueva familia de Nicole: Su matrimonio con Keith Urban y el nacimiento de sus hijas biológicas estableció una nueva realidad familiar para la actriz.
- La distancia geográfica: Con Isabella viviendo en Londres, Connor en Miami y Nicole dividiendo su tiempo entre Australia y Estados Unidos, el contacto regular se ha dificultado.
- La discreción mediática: La política de Kidman de no hablar públicamente sobre sus hijos adoptivos ha contribuido a mantener la situación en un halo de misterio.
A pesar de todas estas circunstancias, las recientes declaraciones de Nicole Kidman muestran una actitud de aceptación y amor incondicional hacia sus hijos, independientemente de las decisiones que hayan tomado. «Creo que eso es muy importante, porque si se le quita a un niño en cualquier relación, en cualquier familia, creo que está mal. Así que ese es nuestro trabajo como padres, ofrecer siempre amor incondicional», concluyó la actriz.
Esta postura de tolerancia y respeto hacia las decisiones de Isabella y Connor refleja la madurez con la que Kidman ha afrontado una de las situaciones más dolorosas de su vida personal, convirtiéndose, como ella misma afirma, en «un ejemplo de tolerancia» en un contexto familiar complejo y marcado por fuertes diferencias ideológicas.
