SECULARIZACIÓN ACELERADA EN LA SOCIEDAD ESPAÑOLA

El catolicismo en España pierde un 35% de fieles mientras crece el cabreo con la Iglesia y los obispos

Solo el 55% de los españoles se identifica como católico frente al 90% de los años setenta, según revela un reciente estudio de Funcas

La Religión y el cabreo con la Iglesia y los obispos
La Religión y el cabreo con la Iglesia y los obispos. PD

Relevante lo sucedido con el Valle de los Caídos, pero de eso hablaremos más adelante.

La España que durante siglos fue considerada uno de los bastiones del catolicismo mundial experimenta una transformación radical en su relación con la fe.

Un reciente estudio del centro de análisis de datos Funcas revela que solo el 55% de la población adulta española se identifica actualmente como católica, una cifra que contrasta dramáticamente con el 90% registrado en la segunda mitad de los años setenta. Este descenso del 35% evidencia un acelerado proceso de secularización que está reconfigurando el panorama religioso del país.

El fenómeno, lejos de ser una simple fluctuación estadística, representa un cambio estructural en la sociedad española. La identidad católica no está siendo reemplazada por otras confesiones religiosas, sino que cede terreno principalmente a posiciones de indiferencia religiosa, agnosticismo o ateísmo. Según los datos analizados, el 15,9% de los españoles se declara abiertamente ateo, frente al 10,3% de hace una década, mientras que un 10,9% se identifica como agnóstico y un 13,6% como indiferente o no creyente.

La juventud lidera el cambio

El retroceso en la identificación católica afecta a todos los segmentos de la población, pero es especialmente pronunciado entre las nuevas generaciones. De acuerdo con los datos de la Encuesta Social Europea analizados por Funcas, en 2002 el 60% de la población entre 18 y 29 años se declaraba católica, cifra que ha experimentado una caída significativa en 2024.

Esta tendencia queda reflejada también en el reciente informe del Pew Research Center publicado el 26 de marzo de 2025, que sitúa a España a la cabeza de los países europeos con mayor porcentaje de adultos que han abandonado su religión de infancia. Un 35% de los adultos españoles que fueron criados como cristianos ahora se describen como religiosamente desvinculados, un fenómeno que, aunque también se observa en otros países occidentales como Suecia, Alemania y Reino Unido, alcanza en España su expresión más intensa.

Impacto en las tradiciones y prácticas sociales

La pérdida de influencia del catolicismo se manifiesta claramente en aspectos cotidianos de la vida social española. Dos indicadores resultan particularmente reveladores: el desplome de los matrimonios católicos y la reducción en la matrícula de la asignatura de religión en las escuelas.

En 2023, apenas el 18% de las bodas entre personas de distinto sexo se celebraron por el rito católico, un contraste dramático con la práctica totalidad de ceremonias religiosas en 1976 y con el 76% registrado aún en el año 2000. Este cambio evidencia una profunda transformación en las costumbres familiares y sociales de los españoles.

En el ámbito educativo, la proporción de alumnos de Primaria matriculados en religión católica ha descendido del 85% en el curso 1998-1999 al 56% en 2022-2023. En los centros públicos, el descenso es aún más acusado, pasando del 81% al 44%. Incluso en la red privada, donde la enseñanza religiosa sigue siendo mayoritaria, la matrícula ha experimentado una caída del 91% al 82%.

Diferencias territoriales significativas

La secularización no avanza de manera uniforme en todo el territorio español. Según datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) analizados por la agencia PR apablo.com, Cataluña, País Vasco y Galicia se sitúan como las comunidades autónomas con menor número de creyentes y católicos practicantes.

Galicia destaca especialmente, con un 83,7% de sus habitantes que aseguran no practicar ninguna religión. Dentro de este grupo, el 35% se declara ateo, el 19,1% agnóstico, el 13,5% indiferente y el 16,1% no creyente. Solo el 16,3% de los gallegos practica activamente una religión, siendo católicos practicantes el 15% y creyentes de otra religión apenas el 1,3%.

La práctica religiosa, en mínimos históricos

Más allá de la identificación religiosa, la práctica activa del catolicismo también se encuentra en niveles históricamente bajos. Según el último barómetro del CIS, solo el 17,3% de quienes se identifican como católicos se consideran practicantes, mientras que el 35,5% se reconoce como católico no practicante.

En términos de asistencia a actos religiosos, únicamente el 11,9% acude a misa todos los domingos y festivos, y un 4,8% lo hace varias veces por semana. En contraposición, el 26,1% admite no asistir nunca a estos oficios, salvo por motivos sociales como bodas o funerales, y otro 23,4% casi nunca lo hace.

El factor generacional

El componente generacional resulta determinante en esta transformación religiosa. La cifra de ateos se ha triplicado en las últimas décadas: mientras solo el 8% de los mayores de 70 años se considera ateo, entre los jóvenes de 18 a 29 años esta cifra alcanza el 25,6%. También ha crecido significativamente el número de agnósticos.

Además, incluso entre los jóvenes que se declaran practicantes y creyentes, la asistencia a ritos religiosos muestra una tendencia claramente a la baja. Solo el 13,6% de los jóvenes entre 18 y 29 años y el 12,9% de aquellos entre 30 y 39 años practican una religión, cifra que crece progresivamente en los rangos de edad posteriores hasta alcanzar un 37,7% de practicantes a partir de los 70 años.

La Iglesia ante el desafío de la secularización

El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), el Arzobispo Luis Argüello, ha reconocido abiertamente esta realidad durante su discurso inaugural en la 127ª Asamblea Plenaria de la CEE celebrada el 2 de abril de 2025. En sus palabras, «la España católica ya no existe» y ha pasado el tiempo en que un español podía considerarse católico solo por su nacimiento en el país.

Argüello subrayó que la Iglesia ya no puede dar por sentada la conversión o iniciación al catolicismo de los españoles, dado el creciente distanciamiento de la religión en la sociedad actual. Esta transformación radical ha provocado la desconexión de los ciudadanos con el catolicismo, dejando atrás la antigua concepción de la religión como parte intrínseca de la identidad nacional.

A pesar de la pérdida de fieles, la Iglesia católica mantiene una fuerte infraestructura y un respaldo económico significativo. En la campaña de la renta del año 2024, correspondiente al ejercicio fiscal de 2023, las declaraciones a favor de la Iglesia católica permitieron una asignación de 382,4 millones de euros para esta institución, lo que representa un incremento del 6% respecto al año anterior.

Este contraste entre el descenso de fieles y el mantenimiento de recursos plantea interrogantes sobre el futuro papel de la Iglesia en una sociedad cada vez más secularizada, donde las nuevas generaciones parecen alejarse progresivamente de las tradiciones religiosas que durante siglos definieron la identidad española.

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