César Valero, dominico y predicador

«Debemos transmitir la Palabra con sencillez, claridad y belleza»

"Para predicar debemos tener un ojo y un oído en la Palabra de Dios, y otro ojo y otro oído en el periódico del día"

La cruz de Jesús fue consecuencia de una vida concreta de cercanía y liberación de todo ser humano

Dominico, sacerdote y responsable de varios cursos de comunicación y predicación, César Valero reconoce, en una entrevista con Religión Digital, que la Iglesia no siempre comunica bien su mensaje. «No deja de ser doloroso escuchar a personas aburridas al salir de nuestras celebraciones», afirma, y sostiene que «si bien durante largos siglos la Iglesia ha hecho una gran labor evangelizadora y comunicadora, en este momento presente, al menos algunos responsables tendrían que afinar y esforzarse por transmitir la Palabra con mayor nitidez y la mayor cercanía posible con la sociedad que nos rodea y nos observa».

Falta alegría, indica César Valero. Alegría y una mayor presencia del «tono pascual«, para saber transmitir «que estamos envueltos en una buena noticia». «Nos llega el eco de que muchos salen aburridos de la misa, y toda la vida cristiana debería ser una vivencia de gozo, de fiesta, de quienes sabemos que el punto de llegada es Cristo resucitado». Sin embargo, en ocasiones, se da más importancia a la condena, la prohibición, la muerte.

En este sentido, el dominico incide en que «no podemos olvidar la cruz de Jesús de Nazaret, pero sobre todo porque fue la consecuencia de una vida concreta de cercanía y liberación de todo ser humano». Sin olvidar su preocupación por el pecado, Valero propone que «seamos capaces de desterrar el sufrimiento de la vida de los demás».

Porque, como afirman los dominicos, «a la hora de predicar deberíamos tener un ojo y un oído en la Palabra de Dios, y otro ojo y otro oído en el periódico del día. Ésta es la clave de la predicación, que no puede prescindir de la palabra ni de la realidad que estamos viviendo». Eso implica, para el comunicador del mensaje, una sólida preparación bíblica y teológica, pero también «estar muy atentos a lo que pasa en el mundo». Y ser creativos.

Y el uso de un lenguaje «más directo e inteligible. Tendríamos que hablar siempre con sencillez y claridad. El que habla sencillo, lo entiende todo el mundo. Si lo haces a un alto nivel, corres el riesgo de que ni siquiera el catedrático te entienda». Para César Valero, son tres las claves: «sencillez, claridad y belleza«.

¿Es capaz la Iglesia de comunicar en la sociedad de hoy? César Valero es optimista, aunque asume que se necesita «más cualificación. Es éste un horizonte en el que hemos de crecer en presencia y también en eficacia«. Y teniendo mucho cuidado a utilizar ciertos términos alejados de la realidad.

La clave es el cómo», afirma, tajante. Hablando de las polémicas expresiones de Juan Antonio Martínez Camino (fuera de la comunión, herejía, pecado mortal…), Valero incide en que «la doctrina está clara, y debe seguir estándolo, pero hay que tener cuidado en la forma de transmitirlo, con un enfoque en lo positivo y no en lo negativo. Así evitaríamos la desazón que se da en buena parte de la sociedad creyente.

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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