Manos Unidas se une a Mensajeros de la Paz y Cáritas Española
(Jesús Bastante).- Manos Unidas se unió al selecto grupo de personas e instituciones galardonardas con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, el «Nobel» de la solidaridad en el ámbito latinoamericano. Tras un intenso debate, el jurado presidido por el presidente de Asturias, Vicente Álvarez Areces, anunció que la ONG católica se alzaba con el galardón, imponiéndose en la final a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y a la birmana Daw Aung San Suu Kyi. Manos Unidas ha convocado una rueda de prensa para valorar este premio.
La candidatura de Manos Unidas fue presentada por la Conferencia Episcopal española y contó, desde el principio, con el apoyo decidido de las otras dos organizaciones de la Iglesia que han recibido anteriormente dicho galardón: Mensajeros de la Paz y Cáritas Española. Se le concede el Príncipe de Asturias en un año muy especial, el de su 50 aniversario.
La candidatura, propuesta por el secretario general de la Conferencia Episcopal Española, Juan Antonio Martínez Camino, recibió 6.300 apoyos entre los que figuran anteriores galardonados como Teresa Berganza, el padre Ángel García, Eduardo García de Enterría, Somaly Mam, Miguel Indurain y Federico García Moliner, así como misioneros, obispos y superiores de comunidades religiosas de todo el mundo.La campaña de Religión Digital recabó casi 3.100.
Manos Unidas nació en 1960 a partir de una petición de la FAO que demandaba campañas de concienciación para luchar contra el hambre, pero no adoptó el nombre actual hasta 1978. Pronto amplió sus objetivos, sumando al hambre otros problemas de la sociedad contemporánea, como la pobreza, la malnutrición, la enfermedad, la falta de instrucción, el subdesarrollo y sobre todo, las causas de todos estos males.
La vinculación de Manos Unidas a la Iglesia católica es evidente, así como su trabajo por la consecución de un mundo más justo y solidario. Prueba de ello son la infinidad de proyectos en todo el mundo, y las miles de personas que se han beneficiado de ellos. Un trabajo movido por el impulso del Evangelio y el convencimiento de que la justicia social es imprescindible para la construcción del Reino.
Las otras dos finalistas también concurrían con auténticas opciones y valores para ser designadas. La OIT celebrará su centenario en 2019. Esta asociación se creó tras la segunda guerra mundial -fue uno de los acuerdos del Tratado de Versalles- para defender a los trabajadores en todos los ámbitos. Desde la seguridad laboral hasta igualdad en el empleo entre hombres y mujeres, pasando por la defensa de la dignidad. Entre sus cometidos, figura el de favorecer el diálogo entre empleadores y empleados.
Tras la segunda guerra mundial, la OIT se convirtió además en la primera agencia especializada de las Naciones Unidas. Desde este foro, se encarga de supervisar las relaciones laborales de los países miembros. Esta entidad es, además, la responsable del programa del trabajo decente, elaborado para completar los Objetivos del Milenio.
Por su parte, la birmana Daw Aung San Suu Kyi, cabeza visible de la oposición birmana, premio Nobel de la Paz y que actualmente cumple una condena de tres años de arresto domiciliario. ¿El motivo? Alojar en su domicilio durante dos noches a un ciudadano norteamericano que según el Gobierno del país surasiático quebró la normativa de seguridad ciudadana. La persecución del régimen birmano a esta opositora motivó la condena de la ONU.