Con su apertura, inflamada por el Espíritu del Concilio Vaticano II, se hizo amigo respetado de alejados, increyentes, agnósticos y desencantados
(Marco Antonio Velásquez).- Hoy, doblan las campanas por un gran hombre y profeta de nuestro tiempo. Entre repiques despierta la memoria agradecida de esa infinidad de hombres y mujeres ávidos de Absoluto. Es la pascua del cardenal Carlo María Martini SJ, arzobispo emérito jesuita de la mayor diócesis de Europa, Milán.
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