La cárcel de Dueñas que inicia su andadura en 1997 tiene actualmente 1251 presos, de muchas nacionalidades y religiones
(Euquerio Ferreras, Verbo Divino).- En la mañana del 3 de octubre de 2011, seis presos del Centro Penitenciario La Moraleja, han visitado la Comunidad de los Misioneros del Verbo Divino en Dueñas.
Se ha realizado esta visita como conclusión de un taller sobre limpieza, dado por una ONG y patrocinado por la Caixa.
En un amigable diálogo, con un café de fondo, conducidos por la mano experta de Amaya, trabajadora social, los seis presos conocieron la Casa de Espiritualidad. Tres de ellos pusieron en práctica el taller de limpieza en el jardín con la colaboración
de Euquerio.
Las diversas nacionalidades estuvieron presentes en este encuentro: dos españoles, un italiano, un marroquí, un rumano y un francés.
Durante el año, Cáritas de Palencia en el chalé que tiene, ofrece la posibilidad de que algunos, con permiso autorizado por un juez del Centro penitenciario, gocen de algunos días fuera de la prisión. En este albergue reciben alojamiento completo y visitan la ciudad de Palencia si lo desean. Esta actividad de Cáritas funciona gracias al voluntariado. Dos verbitas, Juan Antonio y Martín, colaboran con ellos.
La cárcel de Dueñas que inicia su andadura en 1997 tiene actualmente 1251 presos, de muchas nacionalidades y religiones. Entre ellos 412 españoles. 260 internos trabajan remunerados en el centro penitenciario.
Y la música suena de fondo, en la voz de Nacha Guevara y el texto de Paul Eluard.
Por los dientes apretados.
Por la rabia contenida.
Por el nudo en la garganta.
Por las bocas que no cantan.
Por el beso clandestino.
Por el verso censurado.
Por el joven exilado.
Por los nombres prohibidos
yo te nombro, Libertad.
La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos. Con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y se debe aventurar la vida . (Miguel Cervantes)
El mundo moderno aparece a la vez poderoso y débil, capaz de lo mejor y de lo peor, pues tiene abierto el camino para optar entre la libertad o la esclavitud, entre el progreso o el retroceso, entre la fraternidad o el odio. El hombre sabe muy bien que está en su mano el dirigir correctamente las fuerzas que él ha desencadenado y que pueden aplastarle o salvarle. Por ello se interroga a sí mismo. En realidad de verdad, los desequilibrios que fatigan al mundo moderno están conectados con ese otro desequilibrio fundamental que hunde sus raíces en el corazón humano.
Son muchos los elementos que se combaten en el propio interior del hombre. A fuer de criatura, el hombre experimenta múltiples limitaciones; se siente, sin embargo, ilimitado en sus deseos y llamado a una vida superior.
¿Qué es el hombre? ¿Cuál es el sentido del dolor, del mal, de la muerte, que, a pesar de tantos progresos hechos, susbsisten todavía? ¿Qué valor tienen las victorias logradas a tan caro precio? ¿Qué puede dar el hombre a la sociedad? ¿Qué puede esperar de ella? ¿Qué hay después de esta vida temporal?
En 1965, Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes, 8-9
Muchos rostros, un solo corazón. Un mosaico de colores con algún azulejo roto.
Con la presencia del otro caminante, el de Galilea, que también visita, alegra y cuestiona.