Es muy posible que, hoy en día, Jesús les dijera lo mismo a un buen porcentaje de instituciones, jerarcas, ritos y doctrinas: "No sé quiénes sois"
(José Luis Cortés, en Ciclo C -RD/Herder-).- ¿Por qué atribuir las invectivas de Jesús contra la sinagoga solo a la sinagoga de entonces (saduceos, fariseos, levitas…=? ¿Es que ahora esos reproches no son también aplicables a la Iglesia (oficial) de Jesús en lo referente al ansia de honores, títulos y primeros puestos?, ¿o en cuanto al sometimiento a las leyes sin espíritu?, ¿o quizás en lo que respecta a la dureza de corazón con los «pecadores, publicanos, prostitutas…»? Es muy posible que, hoy en día, Jesús les dijera lo mismo a un buen porcentaje de instituciones, jerarcas, ritos y doctrinas: «No sé quiénes sois». Simple y llanamente, porque no se parecen en nada a él.
Y si todos ellos se indignan, si dicen que exageramos o que quiénes somos nosotros para criticar, o que Dios lo quiso así… Pues no… por más teólogos que condenen al silencio, por más visitadores censores que envíen alrededor del mundo, por más denuncias que recojan de los profesionales de la de nuncia, por más insultos y miserias que vuelquen en las redes. «No os conozco».
Si lo juzgásemos nosotros, si fuera nuestro criterio, quizá fuera discutible (aunque, ¡es tan evidente!), pero es el Evangelio el que les acusa y condena. ¡Ay de nosotros si no lo denunciamos!
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