No se pueden realizar procedimientos de preparación del cuerpo del difunto, que el féretro debe permanecer sellado y que el traslado debe realizarse conforme al reglamento de la Policía Sanitaria Mortuoria
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha mostrado sus condolencias a la familia, compañeros y amigos del sacerdote español Manuel García Viejo, fallecido este jueves por el virus del ébola. Rajoy muestra sus condolencias a la familia, compañeros y amigos del sacerdote García Viejo.
Rajoy se ha pronunciado así en un ‘tuit’ publicado en su cuenta personal de ‘Twitter’ y que él mismo ha escrito, ya que está firmado con las siglas ‘MR’. «Consternado por el fallecimiento de Manuel García Viejo. Mis condolencias a su familia, compañeros y amigos. Descanse en paz. MR», ha señalado.
También el líder del PSOE se sumó a las condolencias por la muerte de García Viejo. En su cuenta de Twitter, Pedro Sánchez apuntó «Un abrazo para la familia del misionero fallecido, Manuel García Viejo. DEP».
Por su parte, el secretario general y portavoz de la CEE, José María Gil Tamayo, publicó en su cuenta de Twitter «nuestro pesar por la muerte por el Ébola del H. Manuel García. Su ejemplo de amor evangélico a los demás como misionero es su mejor herencia.
A García Viejo no se le puede realizar una autopsia, debido a la elevada carga viral de los fluidos corporales, y que deben ser incinerados, como así lo establece el protocolo de actuación ante estos casos.
Además, en el procedimiento de actuación del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) del Ministerio de Sanidad, el cual se consensuó con los responsables de alertas sanitarias de las comunidades autónomas y acordó en la Ponencia de Alertas en la cual participan los responsables de todas las autonomías, establece que los cadáveres de personas fallecidas por esta enfermedad debe limitarse a personal entrenado.
Asimismo, en el texto se señala que no se pueden realizar procedimientos de preparación del cuerpo del difunto, que el féretro debe permanecer sellado y que el traslado debe realizarse conforme al reglamento de la Policía Sanitaria Mortuoria.
Finalmente, el protocolo de actuación determina que los cadáveres de las personas fallecidas por el virus del ébola deben ser incineradas y sin embalsamar.