"Vivimos en medio de una cultura cada vez más pagana"

Bergoglio pidió a San Cayetano «protección» ante tanta violencia

Se busca "relegar a Jesucristo a la sacristía y no querer que se meta en la vida pública"

También le pidió a San Cayetano que proteja "nuestra esperanza" para así "no bajar los brazos, ni tirar la toalla, ni pensar que no vale la pena, que en este país no se puede"

En un momento en que la sociedad está muy sensibilizada por hechos delictivos de singular violencia, la problemática de la inseguridad se coló en la tradicional celebración de San Cayetano, patrono del pan y del trabajo. En la misa central oficiada en las puertas del santuario del barrio porteño de Liniers, delante de numerosos fieles, el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, imploró ayer protección al santo ante «la inseguridad que produce tanta violencia desatada en nuestra sociedad». Lo cuenta Sergio Rubin en Clarin.

Las palabras de Bergoglio fueron pronunciadas luego de que -entre otros hechos luctuosos- una joven embarazada fuese baleada tras retirar dinero de un banco, en La Plata. Y de que el bebé que estaba gestando muriera tras una batalla por sobrevivir. Así, el cardenal se hizo eco de la gran preocupación por la inseguridad que mostraron los fieles en sus peticiones y que se reflejaron en el lema de la festividad de este año: «San Cayetano: Caminamos con fe pidiendo tu protección».

Pero no fue la única protección que le pidió al santo delante de los fieles que, formando la habitual fila esperaban para entrar al templo. También le rogó para que «protejas, conserves y aumentes nuestra fe» ante un ambiente, a su juicio, cada vez menos religioso. Porque, dijo, «vivimos en medio de una cultura cada vez más pagana». Fue la segunda vez en dos meses que expresa esta preocupación. Ya lo había hecho en junio, con ocasión de la fiesta de Corpus Christi.

Para Bergoglio, se vive con frecuencia como si «Jesucristo no existiera», se busca «relegarlo a la sacristía y no querer que se meta en la vida pública, negando tantas cosas buenas que el cristianismo aportó a nuestra cultura». Y pidió no sucumbir a ciertos cambios culturales y mantenerse fieles a los valores cristianos. También le pidió a San Cayetano que proteja «nuestra esperanza» para así «no bajar los brazos, ni tirar la toalla, ni pensar que no vale la pena, que en este país no se puede».

El ingreso de fieles al santuario había comenzado el viernes a la medianoche, cuando se abrieron las puertas. No son pocos los que año a año procuran contarse entre los primeros en entrar. Y hasta se instalan varios días antes en carpas levantadas en las inmediaciones. Como siempre ocurre, la primera en ingresar fue Delia Noris Lensina, una peluquera de 67 años que desde hace 29 años recorre de rodillas el trayecto final.

Hay dos colas: la rápida, que es sólo para entrar al templo, y la lenta, para poder tocar el vidrio que protege la imagen del santo. Este año, que la concurrencia se favoreció por caer la fiesta fin de semana y por temperaturas amigables, se estima que la cola rápida demandó seis horas, y la lenta 15.

 

 

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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