Es necesario favorecer, en Brasil y en cualquier lugar, un espíritu de abertura para comprender las diferencias y quebrar la intolerancia
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(Luis Miguel Modino, corresponsal en Brasil).- En una sociedad donde la influencia eclesial es cada vez más marginal es necesario encontrar caminos que hagan posible que la Buena Noticia del evangelio esté más presente en la vida de la gente.
Evangelizar el mundo urbano es un desafio que las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs) de Brasil han asumido como propósito a seguir, proceso que debe desembocar en el 14º Intereclesial de las CEBs, que tendrá lugar en Londrina, Paraná, del 23 al 28 de enero de 2018.
Para reflexionar sobre estos aspectos ha sido celebrado de 25 a 26 de enero en la misma ciudad el Seminario Nacional de Asesores. Unos cien participantes han reflexionado sobre diferentes aspectos que pueden ayudar a que las comunidades de base, esparcidas por todo el país, puedan acometer esta misión de evangelizar el mundo urbano, especialmente las periferias, donde la presencia de la Iglesia católica se ha hecho cada vez más efímera.
Partiendo de un análisis sociológico, Pedro Ribeiro de Oliveira, constata que la sociedad actual se ve amenazada por una política económica que aumenta la desigualdad, un proceso que puede llevarnos a una guerra nuclear y un constante agravamiento de la crisis climática. La respuesta que se exige a las CEBs, si quieren continar viviendo su testimonio profético, es actualizar el anuncio del Reino de Dios, denunciando la instrumentalización de la Biblia, consolando al que sufre y organizando a las bases.
En Brasil, como en muchos países tradicionalmente católicos, el número de quien dice pertenecer a esta Iglesia, es todavía más de la mitad, pero la vivencia religiosa es muy diversificada. Ante esta situación, el sociólogo se pregunta, ¿cómo puede la Iglesia mantiene la unidad y solidaridad de una comunión tan diversificada?
Para llevar a cabo esta evangelización del mundo urbano, especialmente de las periferias, el Papa Francisco, desde que fue escogido obispo de Roma, propuso como modelo a seguir la Iglesia en salida. El gran desafío, en opinión de Ribeiro de Oliveira, es cómo encontrar apoyo para este nuevo modo de ser Iglesia en una institución donde muchos continúan anclados en un sistema que promovió la restauración de la identidad y que estuvo presente en la vida eclesial por más de tres décadas. Por eso, no duda en afirmar que sería ilusorio pensar que el Papa por sí sólo va a conseguir concretizar esta Iglesia en salida. A esto se une el hecho de que él solamente tiene autoridad moral y que sus actitudes causan malestar en sectores eclesiales que no olvidan la Iglesia de cristiandad.
Según el sociólogo, será posible sacar a la Iglesia de la sacristía y llevarla al espacio público, ser verdaderamente una Iglesia en salida, si el proyecto fuese asumido por los obispos, contando con el apoyo de la comunidad católica. Aquí aparece otra problemática, que es que aquellos que creen en la Iglesia en salida, hoy son minoría en el universo católico.
Al diálogo ad intra se une el diálogo ad extra. En el caso de Brasil, la diversidad y complejidad religiosa existente es enorme. En opinión de la también socióloga Solange Rodrigues, es preocupante el enfrentamiento, cada vez más presente, por cuestiones religiosas. Nadie puede olvidar que atrás de las diferentes religiones hay seres humanos, que sufren, que sueñan con un mundo nuevo.
Es necesario favorecer, en Brasil y en cualquier lugar, un espíritu de abertura para comprender las diferencias y quebrar la intolerancia. Esto nunca va a significar que hay que abdicar de la propia identidad religiosa y sí dialogar para contruir el camino de la paz. Por eso, preguntaba a los participantes del seminario si quien está en las comunidades eclesiales de base busca la aproximación y colaboración o la competición y concurrencia.
La tan hablada Iglesia en salida, en opinión de la biblista Tea Frigerio, Asesora Nacional de las Comunidades Eclesiales de Base de Brasil, encuentra su fundamento bíblico en las comunidades paulinas, pues él es el primer misionero del mundo urbano, que creará la Iglesia en las casas, como modelo alternativo.
La misión de Pablo da continuidad a lo que había sido iniciado por Jesús, que en opinión de la biblista, vino al mundo para reconstruir las relaciones de solidaridad que nacían en las casas y que habían sido perdidas en el sociedad judaica y en la greco-romana. Es lo que Lucas, seguidor de la escuela paulina, plasmará en su Evangelio bajo los conceptos de camino-casa-mesa, y que encuentra su mejor ejemplo en el pasaje de Emaús.
En la Iglesia paulina se vive la circularidad de los bienes, del poder, del saber, de los afectos, con un cuerpo sólo de miembros, sin cabeza. Todo ello fundamentado en la gratuidad y el amor por los últimos, adoptando la misión como tarea fundamental de la Iglesia.
De las palabras de Tea Frigerio, se pueden deducir paralelos entre las comunidades paulinas y las comunidades eclesiales de base. En ambos casos son poca cosa, numérica y cualitativamente, ante el poder civil y religioso, forman parte de un proyecto alternativo de sociedad y de vivir la fe, alimentan la utopía, anuncian el Evangelio de la libertad en un mundo de esclavitud social y religiosa.
Del mismo modo, ambas son sistemas de convivencia alternativa, donde los crucificados, que son la revelación más fuerte de Dios, tienen vida, y donde el prestigio social es consecuencia de la solidaridad con los desprotegidos.
La ciudad siempre fue lugar donde muchos viven al margen de la sociedad. Por eso, las CEBs deben preguntarse si quieren contribuir para que las ciudades sean realmente espacios habitables, casa para quien no tiene casa, espacios de inclusión, derechos y ciudadania, superando la tentación de encerrarse, aceptando trabajar en común y organizándose en favor de la vida.
Desde el análisis sociológico y la fundamentación bíblico-pastoral en las comunidades paulinas, las CEBs de Brasil son desafiadas a encontrar el camino para avanzar en un proyecto que ayude en el seguimiento de Jesús como discípulos y discípulas, perdiendo el miedo a lo nuevo y descubriendo los elementos elementos positivos que están presentes en el mundo urbano.
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