Al menos tres protestas diferentes se sucederán entre este sábado y el domingo en el marco de la visita que Benedicto XVI protagoniza a Barcelona, después de la celebrada este jueves en la plaza de Sant Jaume y que concentró a cerca de 2.500 personas bajo el lema ‘Yo no te espero’.
Las protestas, surgidas de colectivos con sensibilidades diferentes como anarquistas, organizaciones homosexuales o feministas, coinciden en su petición a las administraciones públicas de que no participen en exceso de los eventos, si bien cada una adopta matices propios.
La primera de las protestas que espera al Papa es la que el sindicato anarquista CGT tiene convocada para este sábado a partir de las 15.00 horas frente a la Catedral de Barcelona, muy cercana al Palacio Arzobispal donde está previsto que se instale el Pontífice tras llegar de Santiago de Compostela.
El sindicato, que amagó en un principio con una huelga en los autobuses de la ciudad, ha convocado la concentración en protesta por la influencia que las religiones –en un sentido amplio– juegan para que la sociedad adopte «formas sumisas ante las injusticias» y por fomentar creencias como el miedo, el culto a lo desconocido, la sumisión y la irracionalidad.
El domingo será el turno de colectivos homosexuales y feministas. Los primeros han anunciado que se repartirán por el recorrido que el ‘papamóvil’ realizará hasta la Sagrada Familia, previsto entre las 9.00 y 9.30 horas, para mostrar su rechazo ante los postulados eclesiásticos acerca de la sexualidad.
La oposición al condón y al matrimonio homosexual serán los dos elementos principales en torno a los que gire la protesta, que cristalizará en una exhibición de besos entre personas del mismo sexo.
Finalmente, y con la posibilidad de otras protestas o incidentes puntuales, el Colectivo de Mujeres Feministas contra el Papa ha señalado que se concentrarán hacia las 11.00 horas del mismo día en la Plaza Universitat.
Las tres protestas coincidirán en el tiempo con un nuevo paro de los Ferrocarriles de la Generalitat (FGC), quienes en el marco del conflicto que mantiene con el Govern por el recorte del 5% de sus sueldos han precisado que el domingo solo circularán la mitad de los convoyes, y únicamente en las horas puntas.
A tenor de lo sucedido en la protesta del jueves, no se esperan manifestaciones violentas ni enfrentamientos con los cuerpos de seguridad que blindarán los lugares por los que pase el Papa.
Del mismo modo, el clima social no es el mismo que el de 1982, cuando Juan Pablo II también visitó Barcelona. Entonces era superior el porcentaje del 65% de catalanes que se declaran católicos, según el último barómetro del Centro de Estudios Sociológicos (CIS), que en el caso de esta comunidad se sitúa por debajo de la media española.
Asimismo, tampoco está previsto que nadie acabe detenido por protestar contra la visita. En 1982, 32 personas fueron detenidas cuando pegaban carteles contra el viaje papal «por injurias a la religión y la Iglesia católica».
