Lamenta haber sido engañado por Ball, quien le pareció una persona encantadora

Carlos de Inglaterra niega haber influido en la investigación sobre el obispo pederasta

"Mi corazón está con las víctimas del abuso"

Carlos de Inglaterra niega haber influido en la investigación sobre el obispo pederasta
Carlos de Inglaterra

En 2015, Ball, de 86 años, fue encarcelado durante dos años y ocho meses por abusar sexualmente de dieciocho adolescentes y hombres jóvenes durante treinta años entre las décadas de los setenta y los noventa

El príncipe Carlos de Inglaterra afirmó hoy que no trató de influir en la investigación policial sobre el obispo de la iglesia anglicana Peter Ball, condenado en 2015 por abusar sexualmente de dieciocho menores y hombres jóvenes.

En una declaración leída hoy por la abogada Fiona Scolding durante la última sesión de una comisión de investigación independiente sobre el caso Ball, el príncipe Carlos desmintió haber ejercido presiones sobre miembros de la Policía «en 1992 o 1993», una afirmación que calificó como «falsa».

«En ningún momento intenté influir en el resultado de ninguna de las investigaciones policiales sobre Peter Ball y tampoco instruí o alenté a mi personal a hacerlo», señaló.

En su declaración de seis páginas con fecha del 10 de julio, el heredero al trono británico dijo sentir un «profundo pesar», ya que, junto a otras personas, fue «engañado» por Ball, a quien dijo que había invitado varias veces, desde 1993, a dar la comunión en su casa y que le parecía «una persona interesante y encantadora».

«Sigue siendo una fuente de lamento personal profundo que fui uno de los muchos que fueron engañados durante un largo período de tiempo sobre la verdadera naturaleza de las actividades del señor Ball», apuntó.

En 2015, Ball, de 86 años, fue encarcelado durante dos años y ocho meses por abusar sexualmente de dieciocho adolescentes y hombres jóvenes durante treinta años entre las décadas de los setenta y los noventa.

El primogénito de la reina Isabel II explicó que el clérigo le comunicó que estaba envuelto en «alguna forma de ‘indiscreción» que en 1993 le llevó a dimitir de su puesto como obispo de Gloucester (Inglaterra), pero que no fue hasta su condena en 2015 cuando -aseguró- conoció los verdaderos motivos de la renuncia.

«Los acontecimientos posteriores demostraron sin lugar a dudas, para mi profundo pesar, que yo, junto con muchos otros, habíamos sido engañados», recalcó.

Tras su renuncia, el primero en la línea de sucesión al trono británico relató que el religioso y su hermano Michael, que más tarde también se convertiría en obispo, se quedaron sin hogar y contaban con poco dinero, por lo que fueron sus inquilinos de 1997 a 2011.

«Ocasionalmente enviaba pequeños regalos en forma de dinero a los hermanos, como lo hago con muchas personas necesitadas, y luego surgió el interés de Peter Ball en convertirse en inquilino de una propiedad del Ducado de Cornualles», dijo.

El heredero de la monarquía británica resaltó su «profundo pesar» por el comportamiento del clérigo y mostró su apoyo a las víctimas.

«Mi corazón está con las víctimas del abuso. Aplaudo su valentía mientras reconstruyen sus vidas y, a menudo, ofrecen un apoyo incalculable a otras personas que han sufrido», sostuvo.

RD/Agencias

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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