En un país con casi 90 millones habitantes, de los cuales el 89 por ciento son musulmanes sunitas, cerca del 10 por ciento, coptos ortodoxos y solo un 0,1 por ciento, católicos
(Jesús Bastante/Agencias).- «El Papa nunca pensó en renunciar al viaje justamente porque quiere estar presente allí donde hay situaciones de violencia, de conflicto. Y viaja justamente porque Egipto necesita de alguien que anuncie la paz y que intente operar por la paz». El secretario de Estado, Pietro Parolin, dio ayer las claves del 18 viaje apostólico de Francisco, que acaba de partir desde Fiumicino hasta El Cairo. Antes, visitó a los niños refugiados en el Centro Astalli.
Las palabras de Parolin a L’Osservatore Romano dan buena cuenta de la relevancia, y el riesgo, de la visita del Papa al país de las pirámides, en el que cristianos y musulmanes padecen los estragos del terrorismo del Estado Islámico, y tratan de construir sociedad en los escombros de la «primavera árabe» y los radicalismos.
En esta misión, el papel de los líderes religiosos se antoja tanto o más importante que el reservado a los políticos. Así lo asumió el propio Francisco en el videomensaje que envió al pueblo egipcio esta semana: «Viajo como un mensajero de la paz en un mundo desgarrado por la violencia ciega«, señaló Bergoglio.
A las 10,54 horas, el avión papal salió de Fiumicino con destino a El Cairo, adonde se prevé aterrice en torno a las dos de la tarde. Allí, 26 horas de un viaje intenso, con dos visitas de cortesía pero de una relevancia inusual: al presidente de la República y al Gran Imán de Al-Azhar. Posteriormente tendrá lugar el encuentro del Pontífice con las autoridades y la visita de cortesía a Su Santidad el Papa Teodoros II. Al término de la misma, se dirigirán juntos a la cercana Iglesia de San Pedro y Pablo, donde el pasado mes de diciembre tuvo lugar un atentado. Allí realizarán una oración ecuménica por los cristianos asesinados.
El sábado 29 de abril, el Papa Francisco celebrará la Santa Misa a la 10.00 horas y almorzará con los obispos egipcios y el séquito papal. A las 15.15 horas presidirá un encuentro de oración con el clero, los religiosos, las religiosas y los seminaristas.
En las peticiones para la Misa, publicadas por la Santa Sede, se recoge una en francés «por todas las víctimas de la violencia y del terrorismo en el mundo«, en concreto, por «los mártires de Egipto», y se reza por «los emigrantes y refugiados que han tenido que abandonar sus países por la guerra».
Tras la ceremonia de despedida, el Pontífice emprenderá a las 17.00 horas el vuelo de regreso a Roma. La llegada al aeropuerto romano de Ciampino está prevista a las 20.30 horas.
Se trata de la segunda vez que un Papa pisa tierra egipcia. El primero fue Juan Pablo II en el año 2000, en el marco de una peregrinación jubilar. Ahora, Egipto se prepara para acoger nuevamente a un Pontífice, en esta ocasión en medio de un clima de tensión.
El pasado 9 de abril, dos atentados contra dos iglesias coptas de Tanta y Alejandría provocaron la muerte de más de 40 personas en medio de las celebraciones del Domingo de Ramos. Como consecuencia, el Parlamento de Egipto aprobó la imposición del estado de emergencia durante un periodo de tres meses.
A pesar de esta situación, el Papa Francisco se desplazará durante su visita a El Cairo en un coche normal, no blindado, porque no hay preocupación, según ha informado el portavoz vaticano, Greg Burke.
«El Papa está tranquilo, no es ingenuo, conoce la situación en Egipto, sabe qué pasó con los coptos en los últimos años, especialmente durante el Domingo de Ramos, pero también quiere dar una señal positiva. En la medida de lo posible, le gusta la normalidad, por ello se mueve con un coche normal cubierto», explicó Burke en declaraciones a Radio Vaticana recogidas por Europa Press.
Si bien, habrá dos momentos en los que el Pontífice se desplazará en un ‘coche de golf’, es decir, descubierto: durante la misa del sábado para estar en medio de la gente, y durante la reunión en el seminario, cuando habrá un momento de oración con los sacerdotes, seminaristas y religiosos.
Durante la visita de dos días, Francisco pronunciará cinco discursos, empezando por el que dirigirá a los participantes de la Conferencia internacional sobre la paz, en la que intervendrá también el Gran Iman de Al Azhar.
El obispo copto católico de Ismayliah, Makarios Tewfik, ha precisado en declaraciones a Radio Vaticana que «sin duda esta visita es un nuevo paso en la apertura hacia los hermanos musulmanes» y, al mismo tiempo, «un estímulo para la Iglesia ortodoxa copta que sufre el martirio con tantos sucesos últimamente».
En un país con casi 90 millones habitantes, de los cuales el 89 por ciento son musulmanes sunitas, cerca del 10 por ciento, coptos ortodoxos y solo un 0,1 por ciento, católicos, el Papa Francisco llega con la intención de transmitir un mensaje en favor de la paz y de la construcción de puentes, del diálogo interreligioso y ecuménico, según ha precisado el portavoz vaticano.