Una España de menos a más para conseguir su tercer oro y olvidar la pesadilla de 2014

La selección española de baloncesto se coronó este domingo por tercera vez en su historia campeona de Europa, un éxito labrado por un equipo que fue de menos a más durante el torneo y que consiguió olvidar del mejor modo posible la enorme decepción que supuso ‘su’ Mundial del año pasado, donde no alcanzó ni siquiera el podio.

España volvió a reinar en Europa como ya hiciese en 2009 y en 201, con cierta similitud con el torneo continental de hace seis años, el primero bajo el mando de Sergio Scariolo. Entonces, el combinado nacional también perdió en su estreno ante Serbia y a punto estuvo de ser eliminada a las primeras de cambio pero acabó ganando a Gran Bretaña. En la segunda fase, una nueva derrota contra Turquía, pero a partir de ahí ya nadie pudo pararle, apabullando a todos sus rivales.

En esta ocasión, la actual subcampeona olímpica no ha sido arrolladora y ha tenido que mostrar mas carácter y competitividad en la hora de la verdad que el enorme talento con el que ha contado en otros años, aunque Pau Gasol ha sido el auténtico referente y ‘motor’ de un equipo capaz de sobreponerse a las adversidades.

Con las bajas de jugadores como Navarro, Marc Gasol, Calderón o Ricky Rubio antes de iniciar la competición, Scariolo vio como también perdía por problemas físicos a Alex Abrines, uno de sus mejores tiradores exteriores, aumentando las dudas sobre el potencial en esta faceta del equipo español.

Serbia, actual subcampeona mundial, demostró que España no era tan amenaza desde fuera y puso la primera piedra en el camino con una victoria por 80-70, lograda en los minutos decisivos y tras un mal partido de la campeona del mundo en 2006 desde fuera y en el rebote, y con los llamados a ser referentes ante las bajas por debajo de su nivel.

Sin tiempo a pensar en este primer revés, la selección logró 24 horas después su primer triunfo tras arrollar a Turquía por 77-104, pero tras el día de descanso el futuro se ensombreció con la segunda derrota ante la talentosa Italia, donde Danilo Gallinari y Marco Belinelli dejaron en evidencia la defensa hispana (98-105).

El combinado de Scariolo sacó adelante el teórico trámite ante Islandia (73-99) para jugarse el todo o nada ante la Alemania de Dirk Nowitzki en Berlín. Los españoles lo tuvieron controlado el partido antes de volver a mostrar sus dudas y evitar una incómoda prórroga gracias a que Schroeder fallase el último de sus tres tiros libres (76-77).

Pese a las dos derrotas y la sensaciones ofrecidas, España finalizó segunda del grupo más duro del Eurobasket para tener un cruce un tanto más asequible ante Polonia en los octavos de final. Los polacos demostraron que su rival no andaba tan fino y crearon multitud de problemas hasta que surgió imponente la figura de Pau Gasol, que se fue hasta los 30 puntos, con 6//7 en triples, y por fin un atisbo de la defensa que se esperaba en el cuarto final.

La victoria por 80-66 ante el combinado centroeuropeo dio el pase a los cuartos donde esperaba un oponente de mucha entidad como Grecia, con la que se volvieron a revivir ‘viejas batallas’. En un partido duro, España se agarró a la pista y, una vez más, a Pau Gasol, para derribar a los invictos griegos por un ajustado 73-71.

La defensa estaba al alza y la doble campeona de Europa la iba a necesitar para superar el reto de la anfitriona Francia y los 28.000 espectadores que abarrotaban el espectacular pabellón de Lille. Un año después de los franceses, sin Tony Parker, Nando de Colo ni Joakim Noah, endosasen una dura derrota en el BarclayCard Center de Madrid, dejando fuera a un equipo con todas sus figuras de las semifinales de ‘su’ Mundial, ahora le tocaba el turno a los de Scariolo de tomarse la revancha.

Fue una semifinal dura y que trajo por fin la mejor versión de España, principalmente atrás, donde sostuvo sus opciones junto al soberbio partido de Pau Gasol, autor de 40 puntos y líder indiscutible en los momentos decisivos. Llull y Ribas frenaron a Parker y De Colo y, pese a la sangría en el rebote defensivo, el combinado nacional se agarró a la pista, y tras una prórroga, acalló el Pierre Mauroy (80-75). La gloria tras un camino duro esperaba el domingo, pero la selección ya estaba embalada y Lituania no pudo pararla.

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