El luso ha logrado modificar a su gusto algunas reglas básicas del campeonato
José Mourinho es el jefe de todo.
Eso escribe Javier Martín en ‘El Economista’ y -según el periodista- debe de pensar el técnico merengue no sólo por sus enormes poderes dentro del Real Madrid (sólo el presidente y el director general acumulan más atribuciones que él), sino también por la manera cómo ha logrado imponer sus criterios en un órgano ajeno al que le paga y por el que trabaja: la Federación Española de Fútbol (RFEF)
Desde que ‘The Special One’ llegó a Madrid, poco a poco, paso ha paso, ha ido creando pequeños y grandes conflictos que, con la perspectiva del tiempo, han surtido efecto.
El luso ha logrado modificar a su gusto algunas reglas básicas del campeonato.
La RFEF ha acabado plegándose a sus presiones y las del Real Madrid hasta en seis puntos fundamentales mutados al gusto del técnico merengue. Estos son esas cinco conquistas.
1.- El indulto de la polémica
Empecemos por lo más reciente: el indulto por el caso del ‘dedazo’. Desde que en agosto de 2011 Mourinho introdujera su dedo en el ojo de Tito Vilanova, el asunto ha dado muchas vuelta y ha tenido muchos episodios. El primero de todos ello sucedió cuando, al acabar el partido, ‘The Special One’ se mostró indignado por la actitud del banquillo culé.
Según su versión, Vilanova les había provocado durante todo el partido. Su reacción fue sólo una respuesta a insultos gruesos llegados del entonces asistente de Guardiola. El argumento caló en la directiva y Florentino Pérez se puso manos a la obra.
El presidente madridista presionó a Villar y juntos acordaron un pacto que recortaría la sanción de los tres partidos previstos a sólo dos. Así se ratificó oficialmente. Sin embargo, para Mourinho el castigo seguía siendo exagerado.
Por ello volvió a presionar a los suyos para que obtuviera el perdón definitivo. Tras meses de vericuetos internos y de conversaciones entre todas las partes, ayer se salió con la suya. Estará en el banquillo del Real Madrid durante los dos duelos de la Supercopa que se disputará este verano.
2.- Clásicos espaciados
La asamblea general de la RFEF celebrada ayer dio también para más demostraciones de la influencia que tiene Mourinho. Por ejemplo, con el cambio que sufrió el calendario de la Primera División.
Los Clásicos, tal y como había pedido el entrenador blanco, se jugarán antes que en temporadas anteriores para evitar que aparezcan entre las eliminatorias más importantes de la Liga de Campeones.
En la temporada pasada, por ejemplo, el duelo del Camp Nou, quedó encuadrado a medio camino de las semifinales europeas.
Así las cosas, esta circunstancia provocó la ira del luso, que solicitó a la directiva del Real Madrid que pidiera cambiar la norma, ésa que hacía que los Clásicos se jugaran en el tramo final de la primera y segunda vuelta para dar más emoción (y por lo tanto audiencia televisiva) al campeonato. Dicho y hecho. La directiva presionó y el cambio se ejecutó. Segundo logro del portugués.
3.- Horarios de la Liga
El tercero de estos ‘éxitos’ fue uno de los más trabajados. Durante su primera temporada en el Real Madrid, José Mourinho se quejó en múltiples ocasiones por cómo se distribuían los horarios.
Según su visión, su equipo salía siempre perjudicado en comparación con el FC Barcelona. Esto es, consideraba que siempre jugaba después del eterno rival o en días que favorecían el descanso de los culés, al contrario que lo que sucedía con los madridistas.
Tras acusar a la Federación, a la Liga e incluso a Mediapro y su presidente, Jaume Roures, el año siguiente todo cambió. El Real Madrid comenzó a jugar muchos fines de semana antes que los culés y, en algunas ocasiones, favoreciendo su descanso entre partido de Champions y partido de Champions.
4.- El turno de los Clásicos
En aquella primera temporada, Mourinho también se quejó por el orden de los Clásicos. No entendía por qué en las últimas diez temporadas apenas un par de estos partidos se había jugado en el Bernabéu y el segundo en el Camp Nou.
Según su versión, este primer duelo sale, casi siempre, a favor del equipo que juega en primer lugar en casa, con lo que logra una importante ventaja en el resto del campeonato.
Aquel primer Clásico de su historial como técnico merengue se saldó con el famoso 5-0, con lo que, tras semejante accidente, presionó para que el siguiente duelo se jugase en el Bernabéu. Y lo logró.
La RFEF introdujo un matiz en el sistema del sorteo del calendario que favorecería la alternancia en la disputa de estos partidos. El año siguiente, el primer duelo se jugó en Madrid y el segundo, en el Camp Nou.
Esta temporada el péndulo cambia de nuevo el orden. Primer en Cataluña, más tarde en la capital.
5.- Designaciones arbitrales
Sus polémicas con los colegiados han sido tema habitual semana sí, semana también. Especialmente virulento durante su primera temporada, el luso logró su objetivo: que aquellos colegiados que no le gustaban no pitaran al Real Madrid. Ejemplo: Paradas Romero.
El colegiado que lo expulsó por primera vez en un duelo de Copa del Rey no volvió a pitar a los merengues hasta año y medio después cuando, contra el Villarreal, volvió a ‘liarla’ con tres expulsiones (entre ellas las de Özil o Sergio Ramos).
La revocación solicitada por el portugués funcionó, eso sí, solo de forma temporal.
Algo parecido ocurrió con Teixera Vitienes. El árbitro que les pitó la vuelta de cuartos de final de Copa del Rey contra el Barça fue objeto de su ira.
Además del famoso capítulo del recibimiento en el parking del Camp Nou, el luso pidió que no les volviera a pitar. Dicho y hecho. La revocación se hizo efectiva. Otro colegiado más que añadir a los vetados por Mourinho.
6-. Decisiones arbitrales
Tras un año entero quejándose por cómo los ‘trencilla’ pitaban en contra del Real Madrid, la actitud de los colegiados comenzaron a ser más calmada ante el equipo merengue.
Así, por ejemplo, se ha pasado de los trece errores de Parada Romeros (el capítulo más famoso de sus quejas en España), a decisiones polémicas a favor del Real Madrid como el no penalti de Higuaín en Valencia, el de Sergio Ramos en Sevilla ante el Betis o el de Pepe en Getafe se une a los fuera de juego no pitados ante el Mallorca o las expulsiones rigurosas a favor de los merengues.