Sorprendente columna la que se marca este 12 de septiembre de 2013 el director de Sport, Joan Vehils. Da la sensación que -una vez más, el famoso dicho de «la pela es la pela» vuelve a cobrar fuerza. Dicho periodista asegura que, en el día de la ‘Vía Catalana’, al haber muchos manifestantes que lucieron la segunda equipación del Barça -la de la senyera- eso hizo que la camiseta culé se revalorizara ante tantas cámaras pendientes de la cadena y, por ende, el nombre del patrocinador–El protagonismo catarí de la camiseta del Barça–.
[…] Un club capaz de lucir la senyera en su segunda equipación pero con el logotipo de Catar en el pecho, un club, en definitiva, que es más que un club. Sin quererlo, el protagonismo que ayer adquirió el Barça no fue por el paso de la cadena por el Camp Nou, lo fue por esa camiseta.
Desconozco si los catarís saben lo que es el derecho a decidir, si lo ignoran o, por contra, si andan preocupados por los derroteros que está adquiriendo la situación política en Catalunya y, por consiguiente, en España pero sea cual sea su opinión, ayer vieron como el nombre de Catar aparecía por todas las televisiones ¿Quién sabe si ahora los responsables de marketing del Barça podrán pedir más dinero por el acuerdo de patrocinio que tiene firmado con este país árabe?
Por lo demás Vehils saca pecho por la «grandeza» -que nadie va a discutir aquí- del conjunto blaugrana, uno de los más importantes de Europa, justificando su orgullo por el hecho de que sus «socios y simpatizantes» son «de todas las ideologías políticas posibles». Pues como el resto de clubes, claro.
El Barça no pasó ajeno a la Via Catalana y cedió el Camp Nou en su particular contribución a la cadena humana que atravesó Catalunya. Esa es la grandeza del Barça. Un club profundamente catalanista pero formado por socios y simpatizantes de todas las ideologías políticas posibles, un club muy identificado con su tierra pero que es grande gracias a los miles de seguidores que tiene alrededor del mundo.

