La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) se ha visto obligada a salir al paso de las especulaciones y desmentir oficialmente el interés por el entrenador del Manchester City.
El rumor, potenciado por el portal The Athletic, sugería que Brasil preparaba una «gran jugada» para atraer a Guardiola, quien, según la versión, habría tenido varias conversaciones con directivos de la CBF en el último año. Pero Ednaldo Rodrigues, presidente de la Confederación, fue claro: «Es uno de los mejores entrenadores del mundo, lo respetamos. Pero la CBF no ha hecho ningún contacto».
Desde la línea de banda, Rodrigues reafirmó su confianza en el actual estratega brasileño, Dorival Júnior, el timonel que lleva a los pentacampeones en el rumbo hacia el Mundial de 2026. Dorival, quien asumió el rol tras una serie de cambios en el banquillo, tiene sobre sus hombros el desafío de devolverle la gloria a la «Canarinha», que lleva dos décadas sin levantar la Copa del Mundo desde aquella mágica victoria en Corea y Japón 2002.
A lo largo del partido de declaraciones, Pep Guardiola se ha mantenido firme en su postura. En octubre, el español dejó claro que su prioridad es el Manchester City, equipo que atraviesa una racha complicada con tres derrotas consecutivas. Sin embargo, las palabras del técnico de 53 años dejan una puerta entreabierta para el futuro: nunca ha escondido su deseo de entrenar a una selección, y Brasil parece ser la ilusión que aún no descarta.
En tanto, la verdeamarela ha logrado recuperar algo de su brillo en la última doble jornada de las eliminatorias sudamericanas, escalando al cuarto puesto y manteniéndose en zona de clasificación directa. A seis puntos de la imparable Argentina, Brasil sueña con retomar su lugar como el rey del fútbol mundial.
En el palco de los posibles entrenadores, Dorival Júnior se aferra al timón con la vista puesta en 2026, mientras la sombra de Guardiola sobrevuela como un espectáculo latente, listo para desatar una nueva “jogada de mestre” en el apasionado escenario del fútbol brasileño.