Banco Santander celebra mañana el día del inversor, el primero bajo mandato de Ana Botín

Banco Santander celebrará el Día del Inversor en Londres entre el miércoles y el jueves, el primero bajo el mandato de Ana Botín, quien cumplió recientemente un año al frente de la entidad tras el repentino fallecimiento de su padre, Emilio Botín.

La atención de los inversores se centrará en las perspectivas sobre Brasil, inmerso en una profunda crisis y con el real brasileño sufriendo una fuerte devaluación. Brasil aportó el 20% del beneficio atribuido ordinario del grupo en el primer semestre del año, sólo por detrás de Reino Unido, la filial que más contribuyó, con un 21%. España supone el 16% de la generación del beneficio del grupo liderado por Ana Botín.

Ana Botín también explicará ante los inversores en Londres la evolución del capital de la entidad, después de lanzar a inicios de este año una macroampliación de 7.500 millones de euros. Los analistas de las principales firmas de inversión estarán pendientes además del ritmo de recuperación que la entidad liderada por Botín espera en España, con la deriva soberanista de Cataluña en su momento álgido.

«Creemos que los objetivos que puedan proporcionar tanto a nivel grupo como por áreas no serán tan agresivos como en ediciones anteriores, un factor que entendemos haría más creíble el mensaje, en el contexto de incertidumbre actual, apoyando a la cotización», explican los analistas de Renta 4.

Banco Santander trabaja hoy día para consolidarse como un banco «sencillo, personal y justo», que lucha por alcanzar los 25 millones de clientes digitales dentro de dos años y los 17 millones de clientes particulares vinculados en 2017, un año después de que Ana Botín tomara las riendas de la entidad tras el fallecimiento, el 10 de septiembre de 2014, de su padre y presidente del banco en los últimos 30 años, Emilio Botín.

Ana Botín ha sido capaz de construir en el último año un banco a su medida, comenzando con el nombramiento de José Antonio Alvarez como su ‘número dos’ en sustitución de Javier Marín, el último consejero delegado del banco con Emilio Botín en la Presidencia.

Bajo su mandato, Santander ha afrontado una ampliación de capital por 7.500 millones de euros «para crecer más y más rápido» y ha modificado su política de dividendos, distribuyendo tres retribuciones en efectivo y un scrip dividend por valor de cinco céntimos de euros cada uno.

Estructuralmente, Botín decidió disolver al comienzo de su mandato el Consejo Asesor Internacional, –en el que se sentaba el expresidente de Bankia Rodrigo Rato– con el fin de reconfigurar las relaciones de asesoramiento que el banco tenía institucionalizadas tras los últimos cambios que se habían producido en la situación.

También redujo de 15 a 11 las divisiones corporativas del banco para dar mejor respuesta al cliente y nombró a José Manuel Campa, hasta entonces encargado de las relaciones con los inversores, responsable de la nueva área de relación con el Banco Central Europeo (BCE).

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