La exescolta de Irene Montero acorrala a la ministra: «Hice de chófer de su niñera y de familiares»

Dicen que la venganza es un plato que se sirve frío.

Y Elena González no duda en cobrarse facturas pendientes con los ‘marqueses de Galapagar‘.

Tal y como ha venido contando desde finales de 2019 Periodista Digital, a esta escolta al servicio de los mandamases de Unidas Podemos la trataron como una ‘chacha’ sin papeles y con un desprecio supino.

Durante los dos años en los que la chica trabajó para Irene Montero y Pablo Iglesias, la número 2 de Podemos, ante la indolente mirada de su marido, la obligó a realizar toda suerte de tareas, desde hacer recados personales a llevarle la comida a los perros.

Pero es más, también tuvo que ejercer de chófer de Teresa Arévalo, la niñera de la hoy ministra de Igualdad, al igual que también ejercer de conductora para familiares del clan podemita.

Elena González aseguró en una demanda presentada el 16 de agosto de 2019 por despido improcedente que:

Irene Montero me obligaba a hacer de chófer de la empleada doméstica y de la niñera, al igual que también tenía que cumplir ese cometido con familiares e invitados.

Así consta en el escrito que dirigió al Juzgado de lo Social número 3 de Madrid tras ser despedida de la formación morada y al que ha tenido acceso el diario La Razón.

Lo cierto es que los ‘Ceaucescu de Galapagar’ forzaron a la escolta a realizar trabajos que nada tenían que ver con su categoría profesional ni las funciones para las que fue contratada , como llevarle la cena a casa -a ella y a Pablo Iglesias- desde varios establecimientos concretos de la capital madrileña o «comprar comida para los perros» de la pareja.

Incluso que adelantase el comienzo de su jornada laboral para «calentar el habitáculo del coche», que la portavoz parlamentaria de Podemos utilizaba, a diario, en sus desplazamientos.

DESCENSO A LOS INFIERNOS LABORALES

Desde que en noviembre de 2017 la escolta pasó a estar al servicio casi en exclusiva de Irene Montero, comenzó su descenso a los infiernos laborales, cuando las órdenes, directrices y trato dispensado por ésta a la trabajadora, por la ‘explotadora’ Montero comenzaron a exceder con mucho de las normales.

La trabajadora denuncia cómo además de por razones profesionales, también por cuestiones personales, se impidió su descanso obligatorio entre jornada y jornada.

Los caprichos de la entonces portavoz de Unidas Podemos en el Congreso de los Diputados provocaron que se viese obligada a dormir «cuatro horas» antes de «hacer viajes de larga distancia conduciendo», dice la ex escolta en el escrito de ampliación de su demanda contra Podemos.

En vista del constante exceso de jornada realizado, que nunca fue abonado y la multitud de horas realizadas en horario nocturno que tampoco cobró, la trabajadora se negó a llevar a cabo las órdenes proporcionadas por Montero y le pidió, sin éxito, que regularizase su situación según el Convenio Colectivo.

UN MENSAJE QUE EMPEORÓ SU SITUACIÓN

En enero de 2019, en el grupo de Telegram ‘Primos Lejanos’, de militantes de Podemos, la demandante se quejó, abiertamente, por las tareas laborales que le imponía Montero.

Mensaje que, al poco tiempo de su publicación, fue eliminado del canal, no sin antes llegar a oídos de la portavoz de Podemos, lo que provocó un empeoramiento de la situación.

Las gestiones y quejas realizadas por la trabajadora, en orden a solventar esa situación y las exigencias de respeto de sus derechos laborales básicos y de su dignidad no sólo no fueron atendidas por Irene Montero sino que ésta la apartó.

Podemos decidió, entonces, reasignarla a Gloria Elizo bajo «motivaciones sin concreción alguna, ambiguas, indeterminadas y en absoluto objetivas».