Tal y como nos confesaba el otro día, Gemma Mengual se daba ayer el «Sí, quiero» con Enric Martín, después de 10 años de relación y dos hijos en común, de 8 y seis años. La deportista olímpica celebraba una ceremonia íntima en San Cugat, donde residen, con 70 invitados de su círculo más íntimo.
Aunque el día estuvo marcado por la lluvia y puede decirse que la boda estuvo pasada por agua, Gemma ha conseguido brillar y demostrando que el agua es su habitad natural ha acaparado todas las miradas por su vestido que se sale de todo lo establecido en cuanto a novias tradicionales se refiere. Un diseño blanco con escote ilusión con transparencias y encajes que combina falda larga y pantalón de corte asimétrico de la firma Inmaculada García. Para entrar a la iglesia Gemma tuvo que combinar el vestido con una estola blanca y paraguas a juego. Un atrevido look que nos recuerdan a los polémicos vestidos de Cristina Pedroche en las campanadas pero que la deportista luce como nadie.
Gemma se decantaba por un moño aspecto messy y pendientes, unas hojas de laurel que forman un aro en plateado. En cuanto al ramo, la catalana escogió un sencillo conjunto de flores silvestre en verde y violeta, a juego con su manicura.
Un íntima ceremonia de lo más especial en la que Gemma ha podido sellar así su amor de más de diez años y colgarse su mejor medalla. Pero esta no será la única fiesta de boda y es que Gemma ha dividido la celebración y el 24 de junio tendrá lugar otra fiesta mucho más veraniega y con los amigos, aprovechando la noche de San Juan.
