Hay ciertos temas que en nuestra sociedad siguen siendo tabúes. Es el caso del tamaño del pene y la ansiedad asociada que puede llegar a suponer que un hombre sienta que no se encuentra entre los estándares calificados como normales. Hoy en día cuando uno se encuentra con una problemática de este tipo, tiende a guardar silencio y recurrir a Internet porque es una fuente fácil a la que poder acceder en cualquier momento y lugar y es ahí donde se puede encontrar de todo, máxime cuando se opta por fuentes poco fiables.
En este sentido aparece la denominada como técnica Jelqing con la que, al parecer, a tenor de multitud de webs, se puede conseguir alargar el tamaño del pene sin pasar por el quirófano. Antes que nada, hemos de aclarar que esta técnica no cuenta con el consenso en la comunidad médica. De hecho, algunas de las agencias sanitarias con más sobrenombre en el mundo como es el caso de la International Society for Sexual Medicine o la Sociedad Americana de Urología, no la aprueban.
Pero, ¿qué es el Jelqing?
El Jelqing es un masaje u «ordeñado» que se aplica colocando los dedos índice y pulgar en forma de ‘OK’ alrededor y a lo largo de la base del pene. Cuando se va a aplicar dicha técnica el miembro viril ha de estar semi-erecto y lubricado lo que va a permitir mover esos dos dedos de arriba a abajo de su extensión rápidamente hasta el prepucio. El objetivo de todo esto es que el pene, con el paso del tiempo acabe por ser más grueso y más largo.
Consultamos con el Dr. Natalio Cruz, Andrólog y experto en Medicina Sexual en la clínica Andromedi de Sevilla, el cual nos comenta que «resultados pasajeros sí que podrían conseguirse porque, al final, no se deja de producirse una mayor irrigación de sangre en esa zona (que es lo que hace que el pene, efectivamente, esté erecto). Con este masaje donde se aprieta el pene y se acelera la presión intra-vascular el engrosamiento podría ser posible pero, además de no tener unos resultados duraderos (porque el pene puede volver a su estado natural) la salud se puede ver afectada, sobretodo si la técnica no se aplica correctamente».
Riesgo de provocar fuga venosa
Esta práctica del Jelqing no sólo no garantiza ningún resultado a largo plazo sino que puede suponer gravisimos riesgos para la salud de quien la práctica cuando no es bajo la supervisión de un profesional médico.
Entre algunos de los efectos no deseados que puede ocasionar se encuentra la inflamación del prepucio, enrojecimiento o dolor del glande, curvaturas y hasta impotencia de por vida en el peor de los casos. Si alguno de estos daños se presenta, siempre hay que tratar de recurrir a un especialista cuando antes.
Sabiendo que esta técnica del Jelqing puede llegar a causar problemas irreversibles que impidan mantener erecciones duraderas y, por tanto, disfrutar de una vida sexual plena, conviene prestar mucha atención a lo que esos vistosos banners de publicidad prometen. Aunque no sea un tema agradable e, incluso, pueda suponer algo de pudor al inicio, lo mejor será aconsejarse por profesionales de la salud, quienes mirarán en todo momento por el bienestar de sus pacientes y podrán evitar llegar a situaciones como la temida fuga venosa o saber cómo tratarla en el caso de que ya se padezca.
Si los médicos no se ponen de acuerdo con el Jelqing es, entre otras cosas, porque no hay una manera que se haya estandarizado para poder llevarla a cabo. Además, y también muy importante, no hay ningún resultado que se haya conseguido documentar científicamente en estudios con un método médico-científico homologado.
¿Qué es la fuga venosa?
A grandes rasgos podemos decir que la disfunción eréctil se presenta por cuestiones hormonales, farmacológicas, psicológicas o vasculares. Aunque cuando hablamos de fugas venosas podemos agrupar varios factores sobretodo suele verse condicionada por la parte vascular ya que el problema se manifiesta en última instancia como algo, fisiológico.
Cuando un pene está erecto es porque los vasos sanguíneos que lo componen están llenos de sangre y los espacios sinusoidales mantienen así su estado de firmeza no dejando que el pene pierda dureza pero es aquí, precisamente, donde algunos hombres pueden presentar esa llamada fuga venosa cuando esas zonas periféricas no son capaces de contener la sangre y, siendo así, la erección del pene se pierde.
«La fuga venosa puede ser congénita en casos muy raros, aparecer tras un traumatismo de forma más común, por alguna patología asociada o también en esta era de Internet por emplear alargadores del pene sin supervisión médica o por la ya comentada técnica Jelqing, que es hoy día una de los factores de mayor riesgo de provocar fuga venosa» – comenta el Dr. Cruz
La importancia de un buen diagnóstico y tratamiento
Es cierto que hasta el momento no era fácil de diagnosticar con precisión una fuga venosa y, por tanto, de tratarla. Normalmente se comienza realizando una Ecografía Doppler que indica si se padece esta dolencia o no. Será en un segundo diagnóstico donde se podrá determinar, de ser el caso, los vasos concretos que se ven afectados. Hoy en día con el empleo de la Angiografía por TAC multi-detector con reconstrucción en 3D se consigue saber exactamente las venas susceptibles de ligadura con micro-cirugía.
Si, finalmente, y con está técnica el médico decide que la operación es viable, las probabilidades de éxito son muy altas. Si esto no es posible se optará por la solución final para poder devolver al hombre su erección: una prótesis de pene. En cualquier caso, se tratará de dar con la mejor solución posible para el paciente de forma individualizada, estudiando cuales son los daños provocados y que ésta, además, sea duradera sin que su salud corra peligro.