El jurado ha declarado culpable a Iván Pardo de asesinar a su sobrina Naiara, de solo 8 años, después de torturarla en su domicilio de Sabiñánigo durante horas el 6 de julio de 2017.
Tras casi diez horas de deliberación, los nueve miembros del tribunal popular han considerado por unanimidad que «tuvo voluntad de matar a Naiara porque los golpes producidos en la cabeza fueron únicamente tendentes a su muerte teniendo en cuenta que el imputado tenía capacidad volitiva, intelectiva y cognitiva».
Asimismo, también se ha juzgado a Nieves Pardo (abuelastra de la niña y madre del acusado) y a Carlos Pardo (padrastro de Naiara e hijo y hermano de los otros acusados) por participar en los malos tratos previos a la pequeña, en el primer caso, y por consentirlos, en el segundo.
A la vista del veredicto del jurado, la Fiscalía y las acusaciones particulares han mantenido su petición de que a Iván Pardo se le aplique la condena de prisión permanente revisable.
El jurado ha considerado probado que el 6 de julio de 2017 Iván Pardo llegó a casa de trabajar en torno a las 8.30 horas de la mañana y que supervisó los estudios de Naiara, que había permanecido toda la noche despierta, estudiando arrodillada sobre grava por imposición del acusado y de Nieves Pardo, quien también ha sido considerada culpable de malos tratos a la niña por el jurado.
Al no encontrar estas tareas satisfactorias, comenzó a golpearle en la cabeza con los nudillos y a propinarle descargas eléctricas con una raqueta matamoscas, la ató de pies y manos, le introdujo un calcetín en la boca, le golpeó con un cinturón en la espalda y las plantas de los pies y le dio puñetazos y patadas con unas botas de puntera.
Finalmente, el jurado considera probado que la arrojó fuertemente contra el suelo, hasta que la niña quedó inconsciente.
Los miembros del tribunal popular han identificado la causa de la muerte con el traumatismo craneoencefálico «severo» ocasionado por los golpes infligidos en la cabeza, y se han mostrado en contra de suspender la pena o de otorgarle un posible indulto.
Además, el jurado ha dado «credibilidad» a los testimonios de las dos sobrinas menores de edad , que acusaron a su tío de obligarlas a colaborar en las torturas. A su juicio, el relato de hechos del día 6 de julio coincidió con las pruebas halladas en el domicilio y con las 56 lesiones recogidas en el informe de la autopsia, compatibles con instrumentos como la raqueta eléctrica, los grilletes, el calcetín o el cinturón que usó en las torturas.
En su declaración ante las defensas -no quiso contestar ninguna de las preguntas de las tres acusaciones, Iván Pardo negó que matara a Naiara «premeditadamente» y achacó su violenta acción a «al estrés y al cúmulo de problemas que tenía con la empresa porque no encuentro otra explicación», dijo.
Además, en la última sesión del juicio pidió perdón «a todos, sobre todo a mi cuñada Mariela, porque es a la que más le he amargado la vida, a mi familia y a mis sobrinas».
Con este veredicto, el juicio ha quedado visto para sentencia, que deberá redactar ahora el magistrado Santiago Serena, que podría dictar la primera condena de prisión permanente revisable en Aragón al tener la víctima menos de 16 años.