Martiño Ramos Soto, el profesor de música sentenciado por la Audiencia de Orense a 13 años y medio de cárcel por abusar y violar a una alumna menor, ha sido detenido en La Habana después de varios meses huyendo.
La Policía Nacional Revolucionaria (PNR) cubana lo arrestó hace unos días en la capital caribeña. El rostro del exlíder de En Marea y exsocio político de Yolanda Díaz y Pablo Iglesias cuando intentaban ‘asaltar los cielos’ de Galicia, trascendió en los últimos días, cuando se destapó que se encontraba en la capital de la isla caribeña.
Con esto se cierra una búsqueda internacional que lo colocaba entre los diez fugitivos más buscados por la justicia española.
El detenido abandonó España en julio, solo unos días antes de que el Tribunal Supremo confirmara su condena con una sentencia firme.
Martiño aprovechó la falta de una orden de busca y captura para salir del país con su pasaporte.
La Policía ha calificado su fuga como «muy planificada», indicando que contó con el apoyo de terceros en Cuba.
Su ruta fue compleja: primero cruzó a Portugal por carretera, luego viajó a Brasil, siguió hacia Perú y finalmente se ocultó en Cuba, un destino elegido deliberadamente porque España no tiene un acuerdo de extradición con la isla.
#Cuba 🇨🇺🇪🇸🚨
Martiño Ramos Soto, exdiputado de En Marea (coalición con Podemos), condenado a 13 años por violar y torturar sádicamente a una niña de 12 años, huyó a Cuba tras la sentencia y hoy vive libre y sonriente en La Habana disfrazado de “fotógrafo artístico”.Como… pic.twitter.com/di3NUUJ0Mj
— MARI@ REGLA 🇪🇸💚🇨🇺 (@Maria_Regla77) November 23, 2025
Activista político y depredador sexual
Antes de convertirse en un fugitivo internacional, Martiño Ramos era conocido en Orense como una figura prominente del movimiento político En Marea, donde participaba activamente en el activismo de izquierdas.
Su posición le proporcionaba un reconocimiento social que utilizó para llevar a cabo sus abusos.
La víctima, una alumna suya de entre 6 y 12 años, sufrió agresiones descritas en la sentencia como «sádicas y violentas», incluyendo puñetazos, bofetadas y azotes.
El proceso judicial se extendió durante cuatro años, tiempo durante el cual la Fiscalía no solicitó su ingreso en prisión provisional.
Esta decisión fue criticada por colectivos feministas. La Marcha Mundial das Mulleres denunció públicamente la «falta de medidas cautelares» en este caso, subrayando que el prestigio social del acusado dificultó que se creyera a la víctima al principio. Este aspecto fue clave para entender la lentitud del proceso y las dificultades que enfrentó la menor para obtener credibilidad.
El colectivo feminista había denunciado públicamente que Martiño Ramos estaba «construyendo una nueva vida y profesión con la impunidad que le otorgó escapar de la Justicia española». Esta crítica refleja preocupaciones sobre cómo el sistema permitió que un condenado por abusos sexuales pudiera abandonar el país sin medidas cautelares efectivas que impidieran tal fuga.
La doble vida en Cuba
Una vez establecido en La Habana, Ramos Soto adoptó una nueva identidad bajo el nombre de Martín Soto.
Se presentó como fotógrafo freelance y empresario exitoso, logrando infiltrarse en los círculos culturales y artísticos locales. Su base operativa fue el barrio de El Vedado, donde convivía con artistas, fotógrafos y galeristas. Utilizaba su faceta fotográfica como pretexto para acceder a entornos donde podía relacionarse con modelos jóvenes, perpetuando así el patrón de conducta que le valió su condena.
Quienes lo conocieron en la isla lo describieron como «amable, dispuesto y atento», aunque muchos coincidían en notar «algo extraño» en su comportamiento.
Mantenía activa una cuenta de Instagram donde compartía su supuesta nueva faceta artística, enviando mensajes como: «Buenos días, me gustaría hacer una colaboración contigo. Soy fotógrafo freelance dando mis primeros pasos». Esta fachada le servía para ganarse la confianza de galeristas y gestoras culturales, prometiendo colaboraciones económicas para futuras exposiciones.
El estilo de vida ostentoso y las prácticas depredadoras
Para mantener su imagen de solvencia económica, Ramos hacía inversiones notorias: vestía ropa cara, siempre portaba cámaras profesionales de última generación y era él quien pagaba todas las consumiciones durante fiestas, bares y eventos culturales.
Varias personas lo conocieron durante la inauguración de una exposición en la Fábrica de Arte Cubano, tras lo cual comenzó a encadenar «fiestas diarias», siempre acompañado por «mujeres hermosísimas» entre 20 y 24 años; sin embargo, algunos testigos aseguran haberlo visto con menores.
El propio fugitivo se vanagloriaba abiertamente sobre su nueva vida, proclamando que estaba «explorando su sexualidad» y alardeando sobre cómo siempre atraía a chicas muy jóvenes. En conversaciones privadas reforzaba su personaje relatando historias sobre su supuesta riqueza gallega e incluso afirmando con desparpajo que su tío «tomaba café cada día con Amancio Ortega«. Tres testigos aseguran haberlo visto durante días consecutivos con diferentes mujeres; otros lo vieron participar activamente en desfiles de modelos, combinando su labor como fotógrafo con el acceso a jóvenes modelos.
La búsqueda internacional y la orden de extradición
La Policía Nacional española incluyó a Martiño Ramos entre los diez fugitivos más buscados; esta decisión tenía como objetivo presionar a las autoridades cubanas para colaborar en su captura.
El jefe del Sección de Fugitivos de la Policía Nacional, Fernando González, explicó que aunque Cuba no tiene un acuerdo formal de extradición con España, eso no significa que sea imposible lograrla.
El pasado 31 de octubre se emitió una orden internacional de detención ante la Audiencia Provincial de Ourense solicitando formalmente la extradición del condenado. Después de que medios revelaran su paradero a finales de octubre, las autoridades españolas pidieron a Cuba aumentar la vigilancia sobre Ramos, temiendo que intentara escapar nuevamente hacia otro país. Esta precaución era justificada por el historial del fugitivo; ya había demostrado habilidad para moverse entre países evadiendo a las autoridades.
La detención en La Habana marca un punto crucial en este caso; sin embargo, ahora comienza otra fase: gestionar la extradición. Las autoridades españolas tendrán que negociar con Cuba para conseguir que el condenado regrese a España y cumpla los 13 años y medio impuestos por la justicia.
La incoherente izquierda española, los ‘progres’ de todo pelaje que han hecho del feminismo una de sus principales banderas, ofrece un prontuario escalofriante de personajes sentenciados por abusos sexuales a menores.
Lo de Martiñó es lo más reciente, pero hay mucho antes:
- Pedro Palacio Maguregui (2002)
Número 2 de Podemos en Castilla y León y diputado autonómico. Condenado por abusar de una niña de 5 años (él tenía 17). Dimitió en 2015 cuando salió a la luz. - Ramiro Santalices (2009-2016)
Mano derecha de Yolanda Díaz en Ferrol. Denunciado en 2009 por pornografía infantil en la sede de IU; la dirección expulsó a los denunciantes y lo protegió. Yolanda Díaz lo colocó de asesor en el Parlamento gallego hasta su detención en 2016. - Salvador Salvatierra de Toro (2017)
Concejal y candidato al Senado por Podemos en Badajoz. Detenido por corrupción de menores, prostitución infantil y posesión de pornografía pedófila. - Luis Eduardo Ramírez (2019)
Exmarido de Mónica Oltra (Compromís) y educador en un centro de menores tutelados de Valencia. Condenado por abusos sexuales continuados a una menor bajo su cuidado. Oltra dimitió por presunto encubrimiento y por el trato vejatorio a la víctima. - Caso menores tuteladas de Baleares (2019)
Explotación sexual sistemática de niñas tuteladas (algunas de 13 años). PSOE, Més y Unidas Podemos rechazaron en el Parlamento balear crear una comisión de investigación. - Casiano Antonio Hernández (2020)
Concejal de Unidas Podemos en Becerril de la Sierra.

