Peñíscola cuando salen sus muchas lunas

PEÑÍSCOLA CUANDO SALEN SUS MUCHAS LUNAS
 
Ya quedó la sombra en el este
de este castillo roquero.
El sol dice que atardece…
Al oeste, aún queda un blancor
que anuncia que horas siguientes
se ensombrecerán aún más
anunciando otros despueses.
 
Es un pueblo marinero.
Cruza el mar un blanco
barco, alto y velero.
El pan del sol ya llegó
hasta el final de su tiempo…
Se alza un monte en tierra
que resplandece, primero.
La línea del horizonte
comulga desde su suelo,
como siglo a siglo y siglo
y de milenio en milenio
-y desde que hay memoria-
cada atardecer lo ha hecho,
con el pan blanco al que nadie
logra mantener entero.
 
¡El monte lo va tragando!
Ya casi sólo se ve
un pedacito de algo…
¡La cabeza de alfiler
que desde tierra miramos!
La sombra ya viene, viene…
La sombra ya va escalando
hasta el castillo roquero…
Y se extiende por los campos
una luna que alumbra
roca, agua, palmeral, árbol…
Es luna de un papa Benedicto
que memora de ayer ocasos,
¡Ha subido hasta Peñíscola
desde muy viejos relatos!
 
¡Una luna y otra luna,
hay arriba y hay abajo!
¡La de arriba el cielo junta
con un solo párpado que mira!
¡Abajo riela la espuma
que suena entre la mar negra
mucho más breve y menuda!
¡Por algo a escueta Península
la llaman del Papa Luna!
Juan Pablo Mañueco

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Juan Pablo Mañueco

Nacido en Madrid en 1954. Licenciado en Filosofía y Letras, sección de Literatura Hispánica, por la Universidad Complutense de Madrid

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