DESCUBRE LA MAGIA DE LA TIERRA DEL HIELO Y EL FUEGO

Islandia: un viaje entre glaciares, auroras boreales y aguas termales

Una aventura única donde la naturaleza salvaje se muestra en su máximo esplendor entre volcanes activos y cascadas impresionantes

Parque Nacional de Thingvellir, Islandia
Parque Nacional de Thingvellir, Islandia. PD

Islandia se ha convertido en uno de los destinos más fascinantes para los viajeros que buscan experiencias únicas en paisajes de otro mundo.

Esta isla nórdica, situada en el límite del Círculo Polar Ártico, ofrece una combinación perfecta de fenómenos naturales extraordinarios: desde imponentes glaciares y géiseres en erupción hasta auroras boreales que iluminan el cielo nocturno con su danza de colores.

Un viaje a Islandia es adentrarse en un territorio donde la naturaleza muestra su poder más primigenio, con una belleza salvaje que cautiva a cualquier visitante.

La isla, conocida como la «tierra del hielo y el fuego», debe su apodo a la sorprendente coexistencia de glaciares y volcanes activos.

Esta dualidad crea paisajes únicos que parecen sacados de otro planeta: campos de lava cubiertos de musgo, piscinas naturales de aguas termales, cascadas majestuosas y playas de arena negra.

Todo ello bajo un cielo que, dependiendo de la época del año, puede ofrecer el espectáculo del sol de medianoche o las mágicas auroras boreales.

Los imprescindibles de Islandia

Reikiavik, la capital más septentrional del mundo, es el punto de partida ideal para explorar la isla. A pesar de su tamaño relativamente pequeño, esta ciudad cosmopolita sorprende con su vibrante escena cultural, su arquitectura colorida y su ambiente acogedor. No puedes perderte la icónica iglesia Hallgrímskirkja, cuya arquitectura futurista se inspira en las formaciones de basalto típicas de la isla, o el centro cultural Harpa, con su impresionante fachada de cristal que refleja los cambiantes colores del cielo islandés.

El Círculo Dorado es la ruta turística más popular y accesible, perfecta para una primera toma de contacto con los paisajes islandeses. Este recorrido incluye tres atracciones principales: el Parque Nacional Þingvellir, donde se puede caminar entre dos placas tectónicas; el área geotérmica de Geysir, donde el géiser Strokkur erupciona cada pocos minutos; y la impresionante cascada Gullfoss, cuyas aguas se precipitan en un cañón de 32 metros de profundidad.

La Laguna Azul es otro de los lugares emblemáticos de Islandia. Este spa geotérmico natural, con sus aguas ricas en minerales y su característico color azul lechoso, ofrece una experiencia relajante en medio de un paisaje lunar. Aunque es uno de los puntos más turísticos, sigue siendo una parada obligatoria para cualquier viajero.

Para los amantes de la naturaleza más salvaje, la Costa Sur ofrece algunos de los paisajes más impresionantes de la isla. Desde las cascadas de Seljalandsfoss y Skógafoss hasta la playa de arena negra de Reynisfjara y la laguna glaciar Jökulsárlón, donde enormes bloques de hielo flotan hacia el océano, creando un espectáculo visual único.

Mejor época para visitar Islandia

Elegir cuándo viajar a Islandia dependerá principalmente de qué experiencias buscas. Cada estación ofrece atractivos diferentes que harán de tu viaje una experiencia única.

El verano (junio a agosto) es la temporada alta por excelencia. Con temperaturas que oscilan entre los 10°C y 20°C, es la época más cálida del año. Los días son extremadamente largos, llegando a tener hasta 21 horas de luz en junio y julio gracias al fenómeno del sol de medianoche. Esto te permitirá maximizar tu tiempo de exploración y disfrutar de actividades al aire libre incluso a altas horas de la noche. Es también la mejor época para el avistamiento de ballenas y para acceder a las Tierras Altas de Landmannalaugar, con sus montañas de colores que solo son accesibles en esta época del año.

La primavera (marzo a mayo) ofrece un equilibrio interesante. Los días se alargan progresivamente, pasando de 12 horas de luz en marzo a casi 20 en mayo. Las temperaturas comienzan a ser más agradables y el paisaje se transforma con el deshielo, creando cascadas espectaculares. Además, hasta mediados de abril aún es posible avistar auroras boreales, combinando así lo mejor del invierno y el verano.

El otoño (septiembre a noviembre) es otra excelente opción para evitar las multitudes del verano mientras se disfruta de un clima aún relativamente templado. Los paisajes se tiñen de tonos ocres y rojizos, creando escenarios fotográficos impresionantes. A partir de mediados de septiembre, las noches son lo suficientemente oscuras para poder contemplar auroras boreales, uno de los espectáculos naturales más buscados por los viajeros.

El invierno (diciembre a febrero) ofrece la auténtica experiencia ártica. Aunque los días son cortos, con apenas 4-5 horas de luz, es la mejor época para ver auroras boreales y explorar cuevas de hielo en los glaciares. También coincide con la temporada navideña, cuando Reikiavik se ilumina creando una atmósfera mágica.

Cómo llegar a Islandia desde España

Viajar desde España a Islandia es relativamente sencillo gracias a los vuelos directos que operan desde Madrid y Barcelona hasta el Aeropuerto Internacional de Keflavík, situado a unos 50 kilómetros de Reikiavik. Aerolíneas como Icelandair, Vueling y Norwegian ofrecen estos trayectos con una duración aproximada de 4 a 5 horas.

Durante la temporada alta (verano), la frecuencia de vuelos aumenta considerablemente, mientras que en invierno puede ser necesario hacer escala en ciudades como Londres, París o Copenhague. Es recomendable reservar con varios meses de antelación, especialmente si viajas en verano, para conseguir las mejores tarifas.

Medios de transporte en Islandia

Una vez en Islandia, el medio de transporte más recomendable es sin duda el alquiler de un coche, que te dará la libertad de explorar la isla a tu ritmo. La carretera principal, conocida como Ring Road o Ruta 1, circunvala toda la isla y conecta la mayoría de los puntos de interés. Para recorrerla completamente se necesitan al menos 7-10 días.

Si planeas visitar las Tierras Altas o zonas más remotas, especialmente en verano, es imprescindible alquilar un vehículo 4×4, ya que muchas carreteras secundarias (denominadas F-roads) solo son accesibles con este tipo de vehículos. En invierno, incluso para la Ring Road, es recomendable un coche con tracción a las cuatro ruedas debido a las condiciones climáticas.

Para quienes prefieren no conducir, existen autobuses que conectan Reikiavik con las principales localidades, aunque con horarios limitados, especialmente fuera de temporada alta. También hay numerosas excursiones organizadas que parten de la capital para visitar los principales atractivos turísticos.

Documentación necesaria y moneda

Para los ciudadanos españoles, viajar a Islandia es relativamente sencillo en términos de documentación. Al ser parte del espacio Schengen, solo se necesita el DNI o pasaporte en vigor. No obstante, es recomendable llevar el pasaporte, ya que algunas compañías aéreas lo exigen y facilita cualquier trámite.

La moneda oficial es la corona islandesa (ISK), aunque las tarjetas de crédito son ampliamente aceptadas en prácticamente todos los establecimientos, incluso para pequeñas cantidades. De hecho, Islandia es prácticamente una sociedad sin efectivo, por lo que no es necesario cambiar grandes cantidades de dinero. En los pocos casos donde puedas necesitar efectivo, hay cajeros automáticos disponibles en todas las localidades de cierto tamaño.

Coste y presupuesto para dos personas

Islandia es conocida por ser uno de los destinos más caros de Europa, pero con una buena planificación es posible ajustar el presupuesto. Para una pareja, un viaje de una semana puede oscilar entre los 2.500€ y 4.000€, dependiendo de la temporada y el tipo de alojamiento.

El alojamiento representa uno de los mayores gastos. Una habitación doble en un hotel de categoría media puede costar entre 150€ y 250€ por noche, mientras que opciones más económicas como hostales, guesthouses o apartamentos pueden rondar los 100€-150€. El camping es la opción más económica (30€-50€ por tienda), pero solo es recomendable en verano.

En cuanto a la alimentación, los restaurantes son bastante caros, con comidas que pueden costar fácilmente 25€-40€ por persona. Una buena estrategia para ahorrar es comprar en supermercados como Bonus o Krónan y preparar algunas comidas, especialmente si te alojas en apartamentos con cocina.

El alquiler de coche supone otro gasto importante, con precios que van desde los 70€ diarios para un coche compacto hasta más de 150€ para un 4×4, sin incluir gasolina (más cara que en España) y seguros adicionales, muy recomendables debido a las condiciones climáticas y del terreno.

Restaurantes imprescindibles

La gastronomía islandesa, tradicionalmente basada en pescado, cordero y productos lácteos, ha evolucionado en los últimos años incorporando técnicas modernas y fusiones internacionales. Estos son algunos restaurantes que no deberías perderte:

En Reikiavik, Dill destaca por ser el primer y único restaurante con estrella Michelin en Islandia. Su cocina creativa nórdica contemporánea utiliza ingredientes locales, sostenibles y de temporada, con un precio medio por persona de 80€-120€.

Lækjarbrekka, también en la capital, ofrece cocina tradicional escandinava e islandesa en un edificio histórico del siglo XIX. Sus especialidades incluyen cordero de montaña, mariscos frescos y platos locales como el puffin (frailecillo), con un precio medio de 20€-30€.

Para opciones más informales, Reykjavík Fish cerca del puerto sirve excelente pescado y marisco, especialmente fish & chips al estilo islandés, por unos 15€-25€.

Fuera de la capital, Fröken Selfoss en la ciudad de Selfoss ofrece una interesante propuesta de «Nordic tapas» que combina sabores tradicionales y modernos, con precios entre 16€-32€ por persona.

No puedes irte de Islandia sin probar el famoso Pylsa o perrito caliente islandés. El puesto más conocido es Bæjarins Beztu Pylsur en Reikiavik, frecuentado tanto por locales como por turistas, donde podrás disfrutar de esta delicia callejera por unos 5€.

Claves y trucos para disfrutar al máximo

Para aprovechar al máximo tu viaje a Islandia, es fundamental una buena planificación y tener en cuenta algunos consejos prácticos:

  • Reserva con antelación, especialmente en temporada alta (junio-agosto), cuando alojamientos y coches de alquiler pueden agotarse rápidamente.
  • Descarga aplicaciones como Vedur (pronóstico meteorológico oficial) y Road.is (estado de las carreteras), imprescindibles para viajar seguro.
  • Si planeas ver auroras boreales (de septiembre a abril), utiliza aplicaciones como My Aurora Forecast para maximizar tus posibilidades.
  • Lleva ropa adecuada independientemente de la temporada. El clima islandés es impredecible y puede cambiar rápidamente. La clave está en vestirse por capas.
  • Para ahorrar en alimentación, aprovecha los desayunos incluidos en muchos alojamientos y compra en supermercados para picnics o cenas ligeras.
  • Si viajas en verano, lleva un antifaz para dormir debido a las largas horas de luz.
  • Las aguas termales naturales menos turísticas que la Laguna Azul son igualmente impresionantes y más económicas, como Secret Lagoon o Mývatn Nature Baths.
  • Respeta siempre las normas de seguridad y las señalizaciones. La naturaleza islandesa puede ser peligrosa si no se toman las precauciones adecuadas.

Curiosidades y anécdotas

Islandia es un país lleno de peculiaridades que lo hacen único. Los islandeses creen firmemente en la existencia de elfos y «huldufólk» (gente oculta), hasta el punto de que se han modificado trazados de carreteras para no perturbar sus supuestos hogares.

El país tiene una de las tasas de lectura más altas del mundo, y la tradición de regalar libros en Nochebuena (Jólabókaflóð) hace que el periodo navideño sea la temporada editorial más importante.

La app «Islendinga-App» permite a los islandeses comprobar si están emparentados con alguien antes de iniciar una relación romántica, algo necesario en un país con apenas 370.000 habitantes y un alto grado de parentesco entre la población.

A pesar de su nombre, Islandia no es tan fría como cabría esperar. Gracias a la corriente del Golfo, sus temperaturas invernales son más suaves que en muchas zonas de Canadá o el norte de Estados Unidos.

El cordero islandés tiene un sabor único debido a que las ovejas pastan libremente en verano, alimentándose de hierbas silvestres y bayas. Es uno de los platos tradicionales que no deberías dejar de probar, especialmente el «hangikjöt» o cordero ahumado.

Islandia fue el último país europeo en ser habitado y el primero en tener un parlamento democrático (Althing), establecido en el año 930. También fue pionero en la igualdad de género, siendo el primer país en elegir democráticamente a una mujer como presidenta en 1980.

Viajar a Islandia es adentrarse en un mundo donde la naturaleza sigue dictando sus propias reglas. Un destino que, más allá de sus paisajes de ensueño, ofrece una experiencia transformadora que cambiará para siempre tu forma de entender la relación entre el ser humano y el planeta. Ya sea bajo el sol de medianoche o contemplando auroras boreales, la «tierra del hielo y el fuego» te espera para mostrarte algunos de los escenarios naturales más impresionantes del planeta.

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