Es para estudiar.
La reelección de Donald Trump ha reconfigurado el tablero internacional y las expectativas sobre la economía global.
Si bien su primer mandato estuvo marcado por decisiones disruptivas, ahora, con experiencia y un entorno diferente, el republicano busca deshacer parte de su propio legado y corregir errores pasados.
Las palabras clave de enfoque—Trump 2.0, política económica, diferencias respecto a Trump 1.0—marcan el pulso de la actualidad.
El contexto actual no es el de 2017.
La economía estadounidense parte de un déficit fiscal cercano al 7% del PIB, frente al 2% en los inicios de Trump 1.0.
El ciclo bursátil es maduro, las tasas están altas y los mercados muestran una volatilidad desconocida en el primer mandato del expresidente.
Este nuevo escenario obliga a Trump a repensar su estrategia.
Cambios estructurales: más que una continuación
Durante su primer mandato, Trump apostó por aranceles selectivos bajo justificaciones de seguridad nacional o prácticas comerciales desleales. Ahora, en su segunda etapa, la escala ha cambiado: se aplican aranceles generalizados y de forma más inmediata, gracias a la invocación de poderes presidenciales extraordinarios con menos controles legales.
- Los nuevos aranceles afectan a más productos y países (Canadá, México y China), con potencial para elevar los precios internos y tensionar aún más las cadenas de suministro.
- En cifras: si los aranceles actuales permanecen todo el año, la recaudación podría alcanzar el 9,5% del total importado, una cifra inédita desde 1943.
- La velocidad y contundencia en la aplicación deja menos margen para exenciones empresariales o negociación.
En política regulatoria, Trump 2.0 llega con una maquinaria administrativa mucho más afinada. Se apoya en la experiencia previa y cuenta con equipos preparados desde antes de asumir el cargo. Además, suma apoyos externos notables del sector privado—como la influencia directa de Elon Musk al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental—y aplica desde el inicio mecanismos como Schedule F para facilitar despidos masivos en el funcionariado federal.
Este enfoque permite avanzar más rápido en los objetivos de desregulación, aunque persisten dudas sobre hasta dónde podrá llegar realmente. Las promesas siguen siendo ambiciosas: reducir regulación como nunca antes, pero los expertos recomiendan escepticismo ante cifras oficiales.
Impacto económico inmediato: incertidumbre elevada
Los mercados financieros reaccionaron inicialmente con optimismo tras la victoria republicana, anticipando recortes fiscales y un posible impulso al crecimiento, tal como ocurrió tras las elecciones de 2016. Sin embargo, las condiciones han cambiado:
- El margen fiscal es menor y se percibe dificultad para aprobar nuevos recortes fiscales sustanciales debido a la ajustada mayoría republicana en el Congreso.
- Se espera que los nuevos aranceles resten entre 0,2% y 0,3% al crecimiento económico estadounidense e impulsen la inflación hasta un 2,5% este año.
- La retirada parcial del apoyo a energías renovables (suspensión de más de $300 mil millones en fondos verdes) introduce riesgos adicionales para sectores dependientes del estímulo público.
Estas medidas pueden estimular determinados sectores en el corto plazo (finanzas, software), pero generan incertidumbre sobre la sostenibilidad del crecimiento y posibles revisiones negativas en las previsiones empresariales hacia final de año.
Correcciones estratégicas respecto a Trump 1.0
A diferencia del primer mandato, Trump ha aprendido a priorizar rapidez y contundencia sobre procesos largos o negociaciones extensas. Su equipo utiliza órdenes ejecutivas desde el primer día para marcar agenda—no solo en comercio o regulación—sino también en inmigración y fiscalidad internacional.
- Ejemplo: salida inmediata del acuerdo fiscal global OCDE sobre impuestos corporativos, generando presión competitiva entre economías avanzadas.
- Revisión acelerada (y reversión parcial) del Inflation Reduction Act adoptado por Biden.
La administración también busca corregir errores del pasado dotando al aparato gubernamental de mayor flexibilidad para ejecutar cambios drásticos (Schedule F) sin trabas sindicales ni judiciales inmediatas.
Perspectiva internacional: reacción global e incertidumbre
En el plano internacional, las diferencias son aún más marcadas:
- China responde desplazando cadenas productivas hacia Asia y América Latina para esquivar aranceles estadounidenses.
- Europa se enfrenta con menor flexibilidad ante los shocks comerciales e intenta acelerar reformas internas ante la nueva ola proteccionista liderada por Washington.
- Los analistas advierten que una escalada completa hacia una guerra comercial global sigue siendo una amenaza poco descontada por los mercados.
La postura exterior estadounidense ha ganado imprevisibilidad: cada anuncio o tuit presidencial puede cambiar expectativas en cuestión de horas. Ejecutivos globales observan con cautela ante posibles nuevas rondas arancelarias que ya no distinguen entre aliados o rivales económicos.
¿Hacia dónde evoluciona Trump 2.0?
Los próximos meses serán determinantes para medir si Trump 2.0 logra consolidar las correcciones respecto a su primer mandato o si las limitaciones políticas internas frenan su agenda. El equilibrio entre impulso desregulador, proteccionismo comercial y disciplina fiscal definirá tanto el rumbo económico estadounidense como la estabilidad global.
Por ahora:
- La administración parece decidida a imponer su visión sin concesiones iniciales.
- La economía muestra síntomas tempranos de fatiga tras años de política monetaria restrictiva.
- Los mercados financieros se mantienen expectantes ante cualquier giro brusco en política comercial o fiscal.
En definitiva, Trump 2.0 no es solo una continuación; es un intento deliberado por reescribir parte del guion anterior, corrigiendo lo que considera errores tácticos y apostando por una mayor eficacia ejecutiva. El resultado: un escenario internacional más incierto pero también más dinámico, donde cada movimiento cuenta.
