Tensión renovada en el frente diplomático y militar ucraniano

¿Está progresando Trump en la guerra entre Ucrania y Rusia o cayendo en la trampa de Putin?

Trump anuncia un posible encuentro con Putin mientras Kherson sufre una ofensiva rusa con drones y la población civil queda atrapada en la incertidumbre

Zelensky, Putin y Trump
Zelensky, Putin y Trump. PD

Todo está en el aire.

Y sobre el terreno, avanzan los rusos que parecen decididos ahora tomar la ucraniana Kherson.

Este jueves, 7 de agosto de 2025, el pulso internacional sobre la guerra en Ucrania se acelera tras el anuncio de Donald Trump sobre la posibilidad de reunirse con Vladimir Putin y Volodymyr Zelensky.

La noticia coincide con una intensificación de los ataques rusos sobre Kherson, ciudad que vuelve a ser epicentro del sufrimiento civil bajo la amenaza constante de drones y bombardeos.

Mientras tanto, la diplomacia estadounidense intenta abrir vías para un alto el fuego, aunque expertos advierten que estas maniobras podrían, en realidad, reforzar la posición de Moscú.

Las palabras clave del debate —Trump, Putin, drones rusos, Kherson— marcan el ritmo de una crisis que evoluciona a diario y que enfrenta a las grandes potencias en escenarios simultáneos: las mesas de negociación y los campos de batalla.

Un tablero diplomático incierto

En las últimas 24 horas, Trump ha confirmado a líderes europeos su intención de celebrar un encuentro cara a cara con Putin, posiblemente la próxima semana. Además, planea una cumbre a tres bandas con Zelensky, excluyendo a representantes europeos. El expresidente estadounidense sostiene que “todos están de acuerdo en que esta guerra debe llegar a su fin”, pero no ha detallado avances concretos tras el reciente viaje de su enviado especial, Steve Witkoff, a Moscú.

Pese al tono optimista mostrado por Trump en sus redes sociales, fuentes estadounidenses subrayan que no ha habido ningún “gran avance” tras la visita de Witkoff. La Casa Blanca mantiene su amenaza de imponer nuevas sanciones económicas severas si Rusia no acepta un alto el fuego antes del viernes. Sin embargo, el propio Trump ha expresado dudas sobre la eficacia real de estas medidas, recordando que Moscú ha demostrado “ser bastante hábil esquivando sanciones”.

Por su parte, el Kremlin califica los contactos como “constructivos”, pero insiste en que las sanciones occidentales han tenido un impacto limitado sobre su economía y capacidad militar. Zelensky reconoce cierta inclinación rusa hacia una tregua tras las últimas presiones estadounidenses, aunque advierte: “lo importante es que no nos engañen ni a nosotros ni a Estados Unidos en los detalles”.

¿Progreso real o trampa táctica?

La ausencia de avances tangibles y la exclusión europea alimentan las sospechas sobre una posible maniobra rusa para ganar tiempo o legitimar sus posiciones sobre el terreno. Analistas internacionales recuerdan precedentes donde Moscú ha utilizado negociaciones para reorganizarse militarmente o consolidar ocupaciones parciales.

  • Trump insiste en que hay “una buena probabilidad” de reunirse pronto con Putin.
  • No obstante, Washington considera “inevitable” aplicar nuevas sanciones.
  • Zelensky teme que Rusia use las conversaciones como cortina de humo mientras sigue hostigando objetivos civiles.

En este contexto, cabe preguntarse si Trump está logrando avanzar hacia una paz real o si está cayendo en una sofisticada estrategia dilatoria diseñada por Putin.

Kherson: drones rusos cazan civiles

Mientras se suceden los anuncios diplomáticos, Kherson —ciudad clave al sur de Ucrania— vive uno de sus peores momentos desde su liberación en 2022. La ofensiva rusa se centra en dividir físicamente la ciudad, especialmente tras los recientes bombardeos sobre el puente que conecta la isla Korabel (donde residen unos 2.000 ucranianos) con el centro urbano.

En los últimos días:

  • Drones rusos han atacado sistemáticamente carreteras principales y barrios residenciales.
  • El hospital principal reporta decenas de heridos diarios por metralla.
  • Los residentes describen un clima constante de terror: “Cada vez que sales sabes que algo puede pasar”, explica un superviviente local.

El objetivo ruso parece claro: cortar las rutas de abastecimiento y evacuación mediante ataques quirúrgicos con drones FPV (First Person View), cada vez más precisos y letales. Las autoridades ucranianas han organizado evacuaciones masivas desde Korabel ante el temor de un asalto terrestre ruso tras aislar completamente esa zona insular.

El uso intensivo de drones comerciales armados ha convertido Kherson en lo que los propios habitantes llaman “un safari humano”. Según Human Rights Watch, desde junio del año pasado al menos 30 civiles han muerto y cerca de 500 han resultado heridos por estos artefactos.

Estrategia militar rusa: presión total

Las fuerzas rusas mantienen posiciones al sur del río Dniéper y atacan tanto infraestructuras como convoyes civiles. El patrón es claro:

  1. Ataque inicial sobre viviendas o vehículos civiles.
  2. Espera breve para detectar movimientos de rescate o evacuación.
  3. Segundo ataque (“doble toque”) para maximizar víctimas y sembrar pánico.

Los bombardeos recientes buscan además impedir cualquier movimiento ucraniano hacia Mykolaiv o el interior del país. El despliegue ruso incluye amenazas directas contra cualquier intento civil o militar de cruzar rutas estratégicas ahora bajo vigilancia aérea constante.

La guerra relámpago tecnológica

El conflicto ha entrado en una fase donde los drones —tanto rusos como ucranianos— son protagonistas indiscutibles. Moscú emplea unos 250-270 drones diarios solo en Kherson y alrededores. Ucrania responde golpeando bases logísticas rusas e infraestructuras energéticas mediante sus propias aeronaves no tripuladas.

Esta guerra tecnológica genera efectos colaterales graves:

  • Cierre masivo de tiendas y servicios esenciales.
  • Interrupción frecuente del suministro eléctrico y agua potable.
  • Dificultades extremas para reparar infraestructuras dañadas ante nuevos ataques inmediatos.

La sensación entre los residentes es desoladora: “Estamos atrapados entre dos fuegos; ni siquiera podemos confiar en las pausas para evacuar”, relata un voluntario local encargado del traslado de ancianos fuera del área más castigada.

¿Hacia dónde evoluciona la crisis?

La situación actual presenta riesgos claros:

  • Si Trump logra reunir a Putin y Zelensky sin presencia europea, podría marcar un giro diplomático relevante pero arriesgado.
  • Sin garantías firmes ni supervisión internacional amplia, existe peligro real de que Rusia utilice cualquier tregua momentánea para reforzar sus posiciones militares.
  • Sobre el terreno, el cerco ruso sobre Kherson podría desembocar en una nueva oleada masiva de desplazados internos o incluso en una reocupación parcial si Ucrania no logra frenar los avances apoyados por drones.

La comunidad internacional observa con escepticismo la iniciativa estadounidense mientras crece la presión humanitaria sobre Ucrania. La capacidad real para forzar a Moscú a negociar dependerá tanto del músculo económico occidental como —sobre todo— del apoyo militar sostenido a Kyiv.

La evolución inmediata dependerá ahora tanto del éxito o fracaso del encuentro propuesto por Trump como del desarrollo militar en puntos calientes como Kherson, donde cada jornada añade nuevas víctimas a una guerra sin final claro.

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