No tiene muchas opciones Zelensky.
Porque la seguir la guerra y pelear terminará indefenctiblemente en una horrorosa derrota de Ucrania, que está ya exhausta.
El drama es que Putin no se conforma con Crimea, que ya es suyo y ni siquiera con los territorios que tenñía en 2014 en el Donbás o los que había conquistado en febrero de este año.
Lo quiere todo; hasta las lineas administrativas que marcan esa región y sigue avanzando.
La semana arranca con una tensión palpable en los pasillos del poder en Washington.
Tras años de resistencia feroz y desgaste militar, el destino del Donbás y la integridad territorial de Ucrania se negocian entre bambalinas diplomáticas, con el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky bajo una presión sin precedentes para considerar la entrega de parte de su territorio a Vladimir Putin.
El eco de la reciente cumbre entre Trump y Putin resuena en cada conversación: ¿puede el Donbás ser moneda de cambio para la paz o sería una traición irreparable?
A día de hoy, 18 de agosto de 2025, la situación es crítica.
La propuesta de un acuerdo «tierra por paz» ha dejado a Ucrania en una posición imposible tras más de tres años de guerra brutal.
Rusia ya controla aproximadamente un 19% del territorio ucraniano, incluida Crimea y partes del Donbás ocupadas antes de la invasión total de 2022.
Pero ahora Putin exige el control total del Donetsk Oblast como condición previa para cualquier alto el fuego serio. Trump, por su parte, ha verbalizado que Zelensky «puede acabar con la guerra si quiere», poniendo sobre la mesa el dilema del sacrificio territorial como vía para detener los combates.
El contexto: ¿cómo hemos llegado aquí?
Durante más de una década, Moscú ha intentado sin éxito tomar todo el Donetsk Oblast por la fuerza militar. Las líneas defensivas ucranianas –el conocido «cinturón fortaleza»– han frenado las ofensivas rusas desde 2014. Sin embargo, el cansancio bélico y la presión internacional han cambiado las reglas del juego. Estados Unidos ya no oculta que busca un acuerdo final más que un simple alto el fuego, y Europa se moviliza ante el temor de que Washington fuerce una solución desfavorable para Kiev.
- La última reunión Trump-Putin ha alineado posturas norteamericanas y rusas hacia un trato definitivo.
- Zelensky insiste en que no puede negociar bajo las bombas, reclamando antes un alto el fuego.
- Europa se une en bloque a Ucrania; líderes como Macron y Starmer han viajado a Washington para evitar una cesión unilateral ucraniana.
El antecedente inmediato es la exclusión de Ucrania en la cumbre entre Trump y Putin. Ahora, Zelensky acude al Despacho Oval acompañado por hasta cinco jefes de Estado europeos, en lo que se ha bautizado como la «coalición de los dispuestos».
¿Qué significaría entregar el Donbás?
Las consecuencias serían profundas y multidimensionales:
- Degradación militar: Perder Donetsk supondría perder infraestructuras clave para la defensa ucraniana y su base industrial militar.
- Desplazamiento masivo: Cientos de miles de civiles quedarían bajo administración rusa.
- Ventaja estratégica rusa: Moscú obtendría posiciones óptimas para renovar su agresión militar en mejores condiciones futuras.
- Desprotección internacional: Se requeriría un despliegue inmediato de fuerzas internacionales de paz para evitar nuevas ofensivas rusas, algo complicado sin un alto el fuego total.
Además, dejar zonas no ocupadas a Rusia permitiría a Moscú evitar los costes humanos y materiales del asalto directo, consolidando posiciones rápidamente y usando recursos locales para su esfuerzo bélico.
En palabras del primer ministro polaco Donald Tusk: «Sería muy poco atractivo para Ucrania y les dejaría vulnerables en el futuro».
El pulso diplomático en Washington
El encuentro en la Casa Blanca podría definir no solo el futuro ucraniano sino también el equilibrio europeo. La presencia masiva de líderes europeos busca impedir que Trump fuerce a Zelensky a aceptar un mal acuerdo tras su exclusión en la cumbre con Putin. Europa teme que Kiev sea presionada para aceptar concesiones inasumibles.
- Macron advierte: «Mostrar debilidad ante Rusia hoy es sembrar futuros conflictos».
- Polonia subraya: «No se puede negociar paz bajo bombardeos».
- Alemania, Francia, Italia y Finlandia se alinean con Ucrania; también asisten Ursula von der Leyen (Comisión Europea) y Mark Rutte (OTAN).
La postura europea es clara: rechazan cualquier acuerdo sin garantías sólidas para Kiev. Estados Unidos reconoce que solo un pacto equilibrado será legítimo; cualquier concesión unilateral sería una rendición.
¿Puede sobrevivir Zelensky políticamente?
Aceptar entregar territorio supondría un coste político altísimo. La sociedad ucraniana ha resistido durante años con enormes sacrificios. Conceder el Donbás podría ser visto como una traición por muchos ciudadanos y erosionaría gravemente la legitimidad del presidente.
Factores clave:
- El precedente del Minsk II (2015) ya fue percibido como una cesión excesiva a Rusia.
- Las demandas rusas incluyen controlar cuestiones internas ucranianas como el idioma oficial o privilegios religiosos –reminiscencias claras del control indirecto buscado desde Moscú.
- El riesgo es doble: pérdida territorial irreversible y debilitamiento institucional interno.
¿Qué puede pasar ahora?
El desenlace sigue abierto:
- Acuerdo rápido: Si Trump logra persuadir a Zelensky –con presión europea– podría cerrarse un pacto territorial que detenga los combates pero deje a Ucrania vulnerable a futuras agresiones.
- Estancamiento: Si Kiev resiste las presiones y Europa mantiene firmeza, puede prolongarse el conflicto con nuevas rondas diplomáticas.
- Repliegue ruso limitado: Algunos expertos sugieren que Moscú podría devolver zonas periféricas o instalaciones como la central nuclear de Zaporiyia para equilibrar la balanza, pero insistiendo en mantener acceso terrestre a Crimea y ciudades clave como Mariupol y Melitopol.
La única certeza es la incertidumbre. Como señaló Marco Rubio este domingo: «No estamos cerca aún de un acuerdo final pero hay movimientos suficientes para justificar seguir negociando».
En este tablero geopolítico, donde cada movimiento redefine fronteras físicas y morales, Ucrania lucha por evitar que resignación y traición marquen su historia reciente. La decisión sobre Donbás será recordada durante generaciones –y sigue pendiente bajo los focos internacionales.
