AUMENTAN LOS ATAQUES AÉREOS SOBRE DONBÁS

Las tropas rusas avanzan a sangre y fuego en Ucrania, bajo una nube de drones e intensos bombardeos aéreos

Moscú intensifica su ofensiva con ataques masivos, aunque los progresos en el terreno son limitados

Vladimir Putin y el mapa de la guerra entre Rusia y Ucrania
Vladimir Putin y el mapa de la guerra entre Rusia y Ucrania. PD

La ofensiva rusa en Ucrania ha entrado en una fase de violencia aún más aguda, caracterizada por bombardeos aéreos masivos y una presión constante sobre las defensas ucranianas en el este del país.

Mientras la artillería y los drones rusos atacan posiciones estratégicas en Donetsk y Luhansk, los avances logrados se dan a un alto coste y bajo una táctica que prioriza la superioridad aérea.

Recientes informes indican que la frecuencia de los ataques rusos ha aumentado notablemente desde principios de octubre.

El 7º Cuerpo de Reacción Rápida ucraniano reportó 121 bombardeos aéreos rusos en apenas dos semanas, una cifra que refleja el peso que Moscú otorga a la guerra aérea como motor de su ofensiva. Estos ataques no solo se dirigen a posiciones militares, sino que también afectan infraestructuras energéticas, con el objetivo de debilitar la capacidad logística y de resistencia de Ucrania.

La táctica rusa: bombardeo y presión constante

La estrategia militar rusa se basa en la adaptación y el uso intensivo de drones y misiles de largo alcance. Los últimos informes revelan cómo las fuerzas rusas han cambiado sus tácticas, realizando sus ataques desde zonas arboladas para evitar ser detectadas por las fuerzas ucranianas, además de aprovechar los puntos débiles en las defensas para golpear con mayor precisión. El objetivo es desgastar al enemigo y allanar el camino para asaltos mecanizados que, a pesar de su brutalidad, se encuentran con una resistencia feroz.

En el frente de Dobropillia, por ejemplo, los intentos rusos de avanzar hacia asentamientos como Shakhove han sido catastróficos. Un batallón ruso fue aniquilado gracias a la combinación eficaz de drones, artillería y minas ucranianas, lo que pone de manifiesto tanto la capacidad defensiva del ejército ucraniano como la elevada tasa de bajas sufridas por las tropas rusas en estos asaltos. A pesar de estos fracasos, Moscú sigue presionando, sacrificando cada vez más hombres y recursos con la intención de avanzar hacia ciudades estratégicas como Pokrovsk.

El pulso en Donetsk y Luhansk

Los avances rusos en Donetsk y Luhansk continúan siendo lentos y costosos. Las fuerzas del Kremlin concentran sus esfuerzos en capturar territorios todavía fuera de su control, especialmente al oeste de Luhansk y en el norte de Donetsk, donde intentan rodear posiciones ucranianas y abrir nuevas rutas hacia Dnipropetrovsk. Sin embargo, las evaluaciones de inteligencia británica sugieren que el ritmo del avance ruso se ha reducido a la mitad en septiembre comparado con agosto, siguiendo una tendencia que se ha mantenido desde el verano. Este descenso indica un desgaste considerable entre las tropas y evidencia las dificultades para mantener un impulso ofensivo eficaz, incluso con apoyo aéreo.

La situación en Kharkiv también refleja la complejidad del conflicto. Las fuerzas rusas han llevado a cabo operaciones cerca de la frontera con Bélgorod, buscando acercarse a la ciudad para ampliar su alcance artillero; sin embargo, hasta ahora no se han confirmado progresos significativos.

Ucrania responde: ataques en territorio ruso

Lejos de limitarse a una postura defensiva, Ucrania ha intensificado sus ataques a larga distancia sobre infraestructuras críticas dentro del territorio ruso. En las últimas 48 horas, drones ucranianos han impactado contra la refinería de Saratov y la planta Lukoil-Nizhegorodnefteorgsintez, ambas vitales para el abastecimiento del ejército ruso. Estas acciones buscan debilitar la capacidad logística de Moscú y desviar recursos esenciales para su ofensiva principal.

El impacto humano y político

La escalada en los bombardeos y los ataques mecanizados está dejando cifras alarmantes en cuanto a víctimas. En lo que va del año, las bajas rusas superan ya el millón, con más de 330.000 muertos y heridos solo durante 2025. Los testimonios recopilados por medios independientes describen cómo muchos soldados rusos son enviados al frente sin el equipo adecuado; esto ha dado lugar a lo que se conoce como “asaltos de carne”, una táctica que parece insostenible ante la contundente respuesta ucraniana.

Este desgaste está generando tensiones internas dentro de Rusia. La creciente dependencia del apoyo chino y norcoreano es cada vez más evidente, sobre todo en términos económicos y militares. El llamado “giro hacia el Este” promovido por Vladimir Putin podría terminar costándole influencia e incluso territorio dentro del propio país mientras la guerra en Ucrania continúa sin ofrecer un desenlace claro.

Perspectivas para los próximos meses

El escenario más probable es que asistamos a una guerra prolongada por desgaste. Los bombardeos aéreos y los ataques sobre infraestructuras seguirán marcando el ritmo del conflicto. La capacidad ucraniana para resistir e incluso responder con ataques profundos complica aún más los planes rusos, cada vez más dependientes del uso intensivo de recursos externos.

Las próximas semanas serán determinantes para averiguar si Moscú logra afianzar alguna posición en el este o si el coste humano y material termina por frenar su ofensiva. Lo evidente es que, pese al intenso bombardeo e intentos por avanzar, el frente continúa estancado; además, esta guerra deja una huella indeleble tanto sobre el terreno como en la política internacional.

La incertidumbre junto a la brutalidad del conflicto mantienen al mundo atento. La guerra en Ucrania sigue definiendo no solo el futuro europeo sino también aspectos cruciales relacionados con la seguridad global.

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