No más Mentiras

Antonio García Fuentes

INDIVIDUO, GRUPO, MASA

INDIVIDUO, GRUPO Y MASA

Creo recordar que fue “Voltaire”, el que más o menos afirmó cuanto sigue: “Prefiero ser juzgado por un tirano antes que por una asamblea de irresponsables”.
Matizó luego, que en tales juicios, estaba plenamente seguro que si lograba ser oído y escuchado con atención, por el tirano, creía firmemente poder argumentarle y con ello lograr una absolución o juicio justo, cosa que en una asamblea (cuanto más numerosa peor) lo dudaba totalmente, puesto que en ella y por no comprometerse individualmente nadie, los resultados serían catastróficos, puesto que “las voces anónimas” y con su perversidad (el cobarde no suele dar nunca la cara) llevaría el tal juicio a la parte más perniciosa para el juzgado; luego todos “se lavarían las manos”, diciendo individualmente (eso sí) que: “había sido la asamblea la que había dictaminado”.
Mis propias deducciones (lo he escrito infinidad de veces) me han llevado a la conclusión de que el individuo es superior a la masa y ello, sencillamente, por cuanto ese individuo se cultiva como tal y luego, deja sentir su influencia (buena o mala) en el grupo y éste es el encargado de controlar, dominar o dirigir a la masa. Así ha sido siempre y por lógica, va a seguir siéndolo en el futuro.

De ahí la conveniencia (mejor dicho, la necesidad) de que sean formados individuos responsables y al máximo nivel de formación, puesto que de ello dependerá la subsiguiente formación de grupos y masas, las que siempre necesitarán “la tutela” de esos individuos que por sí mismos formarán la verdadera elite natural y que a todos beneficiaría. ¿Utópico? De momento puede que sí, pero ese será el futuro en verdadero progreso, sino ocurrirá lo que viene ocurriendo multirrepetido desde que se escribe la historia del hombre sobre ésta Tierra.
Y no es que hayan faltado individuos (ni mucho menos) pero lo que ocurre es que, desaparecido el tal (o fundador) el grupo que le sucede, a duras penas se va manteniendo, hasta que llegan a él, los que yo denominé “enanos”1, los que cambiando el sentido de la idea primigenia, simplemente establecen “su negocio” y de él viven o vegetan hasta que desaparecen; o puede llegar una renovación y se vuelve a los orígenes, en espera de que llegue otro individuo que mejore lo que dejara instaurado el anterior; puesto que todo es mejorable en éste pobre mundo.
Por ello “malo” cuando aparece la consabida nota o declaración que afirma que: “El grupo, el partido, el colectivo, la agrupación, etc. Manifiesta y condena lo que sea y que muchas veces sólo es condenable por la cobardía que se atrinchera tras las indefinibles barreras o muros del tal grupo, que generalmente, sólo defenderá los intereses de la camarilla que lo domina y que rara vez serán más de cuatro gatos”.
Y ello es así de sencillo, por cuanto “el grupo” no tiene voz, porque no la posee, pero sí que con toda pomposidad se le atribuye a un ente abstracto, para que los verdaderamente responsables del comunicado o hecho consumado, permanezcan en el anonimato que es lo que interesa a los tales, generalmente pobres diablos.
Otra cosa es cuando el comunicado o la declaración, la respalda la firma de un determinado individuo perteneciente al grupo que sea; mi mayor respeto –entonces- a quien como cualquier otro; tiene perfecto derecho a manifestar lo que le parezca mejor y aguante la respuesta que merezca, o incluso, la actuación de leyes y jueces que las hagan cumplir, con.. “esa justicia equilibrada con la que todos soñamos y que en este concreto caso no le ejerce un tirano, sino por el contrario un juez legal y que está revestido de la autoridad institucional que corresponde”.
Viene “a cuento”, lo que antecede, por cuanto, si bien pocas veces, “alguien” se suele dirigir a los medios donde yo publico mis artículos y lo hacen en un sentido u otro, generalmente de forma verbal; escribir escriben muy pocos: apenas nadie.
Es claro que cuando lo hacen para “atacar”, lo hacen en nombre de un determinado “colectivo o grupo”, mandando incluso el escrito sin firmar ni membrete que lo identifique, por lo que ya el hecho se comenta por si sólo y es digno del mayor de los desprecios, puesto que al igual que yo doy la cara, es lógico que espere igual reciprocidad, tanto en la crítica como en el elogio; por descontado que no contesto escritos de índole anónima, e igualmente me reservo para los otros , el hacerlo o no; sencillamente por cuanto soy respetuoso con la opinión de los demás, si es que la saben manifestar con las mismas normas que yo practico desde hace ya muchod años, pues es absurdo por mi parte, el pretender tener razón en todo, ya que como ser humano que me considero, sujeto a errores como cualquier otro; pero no tengo tendencia alguna para defender intereses de grupo o colectivo de los ya referidos, puesto que suelo encaminar mis comentarios al interés general de la sociedad a que pertenezco y que empieza en la ciudad donde nací y vivo y puede terminar, en cualquier lugar del planeta Tierra, e incluso “más allá” y hasta donde mi imaginación me sepa llevar.
Así es que ánimo y a escribir, puesto que en la diversidad de opiniones es donde se encuentra el enriquecimiento mutuo, siempre que ello se practique en paz y concordia, e incluso sabiendo pedir disculpas llegado el caso, puesto que lo que nunca debe llegar es… “la sangre al río”.

Febrero de 2000

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (Aquí más)

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Antonio García Fuentes

Empezó a escribir en prensa y revistas en 1975 en el “Diario Jaén”. Tiene en su haber miles de artículos publicados y, actualmente, publica incluso en Estados Unidos. Tiene también una docena de libros publicados, el primero escrito en 1.965, otros tantos sin publicar y mucho material escrito y archivado. Ha pronunciado conferencias, charlas y coloquios y otras actividades similares.

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