AGUR, INFIEL REDOMADO
Vaya por delante que lo que va a leer el lector (ella o él) a continuación es, pura y simplemente, literatura, quiero decir, mentira. Urdiré, empero, antes de empezar a trenzar el embeleco, lo que tomo por verdad. Considero que dos personas adultas y con plena capacidad de decisión, si así lo pactan, a ambos les gusta o no ponen objeción al respecto, pueden hacer juntas y/o por separado lo que les venga en gana en la cama o donde sea, siempre que cumplan este inexcusable requisito, que pongan todo el cuidado del mundo en que no salgan perjudicadas por ello terceras personas.
En la película “The Emperor’s Club” (“El Club de los Emperadores” o “Lección de honor”), dirigida por Michael Hoffman en el año 2002, el profesor William Hundert reprende a cuatro alumnos del colegio por una trastada que han cometido. Las palabras que usa el docente/educador me han servido para, mutatis mutandis, antes de dar cuenta de la décima hodierna, que remata o corona el texto, elaborar lo que obra en el párrafo siguiente, el apócrifo, falso o simulado rapapolvo que le echa una esposa a su marido por el enésimo amancebamiento, apaño, coito o polvo que el último ha echado con otra:
“—En esta casa, nuestra, bajo este techo, nuestro, tú y yo, siendo novios, acordamos que, tras las nupcias, nuestra convivencia se regiría por un código de conducta basado en la confianza mutua. Tú te has hartado de traicionar dicha confianza y has comprometido ene veces la reputación de nuestro matrimonio. Si pensara que no das para más, tendrías disculpa, pero ya te has pasado de castaño oscuro y/o tu empedernida negligencia voluntaria hoy me resulta inaceptable”.
Edurne Gotor, “Metonimia”
—Si ha acaecido una vez,
Dos, tres, cuatro…, y no has logrado
Salir de la hez de buen grado,
¿No te has sentido tal vez
En el agua como un pez?
—Es esta la última vez
(Barrunto —mientras tu tez
Observo—, sin temer daño),
Porque “agur” dirá a otro engaño
Mío tu asidua endeblez.
Ángel Sáez García
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