Hombres, asesinos

Acabamos de celebrar el día contra la violencia de género. Un año más, no importa que España sea uno de los países en los que las mujeres sufren menos violencia. De género, de género. Como si las mujeres fuesen palabras, no tienen sexo, tienen género. Las mujeres tienen género, como si fuesen un adjetivo en vez de una persona. La sociedad es tan idiota que ha comprado este discurso a vendedores de crecepelo con asiento en un parlamento.

Somos, lo dicen las estadísticas, uno de los mejores países para ser mujer pero los que viven del cuento del feminismo rampante y cobrante se empeñan en hacernos ver que las mujeres ( españolas, se entiende) mueren, las mujeres lloran, las mujeres gritan y los hombres matan. Así, textualmente, tal cual lo escribo, lo ha dicho Guillermo Fernández Vara. Los hombres matamos, todos; yo mato, tú matas (si eres hombre) y él mata. Ellas mueren, sufren y lloran.

La simplificación y la grandilocuencia son típicos de los políticos actuales, simples, grandilocuentes y demagogos. El caso es mantener el chiringuito cobrante (de subvenciones) y votante. Demagogia. Populismo. Políticos baratos. Lo que molesta no es ya la existencia de unas leyes injustas que prevean dar más razón o ayudas a unos españoles que a otros por razones de sexo, sino que los españoles hayan aceptado esas verdades baratas y demagógicas como el evangelio, ahora en la España anticlerical del siglo XXI, evangelio laico y carcomido de resentimiento como la propia sociedad española.

Hermana, yo no te creo sin más, hay que demostrar la culpabilidad de aquél al que acusas, él no tiene que demostrar ser inocente. Me duele una España imbécil, iletrada e inculta que se lanza sobre los teclados de cualquier red social para, sin haber estudiado Derecho, sin haberse leído las sentencias, sin haber escuchado a testigos, sin haber escuchado a denunciante y acusado, acusar de machismo a los jueces que la dictan.

Esa España que han fabricado Telecinco y Antena 3 tiene derecho a voto aunque no haya pisado un aula desde los doce años, tiene derecho a patalear y vociferar en Tweeter o Facebook aunque no sepa diferenciar un ujier de un fiscal, aunque no sepan diferenciar un libro de un bocata de caballa.

Los hombres matan, las mujeres mueren. Todos y todas, como diría Fernández Vara. Váyanse a la mierda, payasos.

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Pedro de Hoyos

Escribir me permite disfrutar más y mejor de la vida, conocerme mejor y esforzarme en entender el mundo y a sus habitantes... porque ya os digo que de eso me gusta escribir: de la vida y de los que la viven.

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