Soplapollez en el madrileño barrio de la Estrella

Hasta que llegaron las autonomías Madrid siempre fue Castilla. “La Nueva”, más concretamente. Cuando se instauró el sistema autonómico, Santander –el puerto de Castilla-, La Rioja y lo que hasta entonces se conocía como Castilla La Nueva se transformaron en… otra cosa. No, no voy a entretenerme en ello, no es el objeto de este artículo…

Es solo Madrid. El Barrio de La Estrella, más concretamente. Un colegio de este barrio. No hay más idioma que el castellano. Oficialmente, quiero decir. Madrid es esa ciudad que acepta y acoge a todos, con indiferencia de sus orígenes, cultura o idioma. Pero oficialmente no hay más que uno, este que estoy utilizando, llamado castellano desde tiempos de Berceo. Sí, allá en la Rioja que hoy no es parte de Castilla.

En el barrio de la Estrella al pan se le llama pan. Como mucho hay quien dice “Un bocata calamares, oye, tú…”. Los niños dicen “cole” y “profe”. A Cádiz se le llama “Cádiz” y a Granada se le dice “Granada”. Y cuando tienen que decir Nueva York dicen “Nueva York”, nadie dice “Niu Yor”. Ni London. Ni Graná ni Cai.
Excepto los niños de este colegio. De este “cole”. Supongo que no todos. Quizás solo los niños de un aula concreta de este cole. Cuando se les pregunta en un examen sobre las regiones o provincias de España deben contestar en su grafía en la lengua propia de cada región. Si alguno tiene la osadía de contestar “Valencia” se le corrige y se le indica que debe escribir “València” si quiere aprobar. No digamos si el incauto infante ha cometido el delito de escribir “Lérida”. Mal. No pasas, guapo, estás fuera. Tienes que escribir “Lleida” que para eso estamos en Madrid.

Ah, y ojito con escribir “País Vasco”. Mal. El profe te pone la temida equis que indica que has hecho mal, muy mal. ¡Equis! Debes decir “Euskadi”. Y efectivamente, amable lector, como está usted sospechando decir “Cataluña” también está penado con la lamentable equis. Mal. Los niños (Iba a escribir “l@s niñ@s” pero les ahorro la impronunciable expresión) …los niños, estaba diciendo, deben escribir “Catalunya” si quieren aprobar. Y también deben escribir “Illes Balears” y “Gipuzkoa”. O les cae la equis desde lo alto del bolígrafo del profesor. Del teacher, perdón. El lector puede comprobarlo pinchando aquí.

Era un examen de las regiones de España. Cole de primaria. Barrio de la Estrella, Madrid. Y nos reímos de Rufián. Pero hay que escribir “Lleida”, “Euskadi”, “València” y “Catalunya”. O te chafan. Seguramente por malcriado centralista. Me pregunto mientras salgo al balcón a recuperar el resuello si cuando estas tiernas criaturas lleguen a Secundaria tendrán que escribir “Москва” en vez de Moscú… Si es así y la soplapoyez colectiva se impone les veo sudar tinta para escribir lugares como Llanfairpwllgwyngyllgogerychwyrndrobwllllantysiliogogogoch, en el Reino Unido. O Chargoggagoggmanchauggagoggchaubunagungamaugg, en Estados Unidos. (Ufffff, en “USA” quise decir.)

Somos una sociedad en ocaso. No hablo de la escasa natalidad, que también. Hablo de las escasas luces. En ocaso.

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Pedro de Hoyos

Escribir me permite disfrutar más y mejor de la vida, conocerme mejor y esforzarme en entender el mundo y a sus habitantes... porque ya os digo que de eso me gusta escribir: de la vida y de los que la viven.

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