No tienen vergüenza y tampoco dignidad.
Tampoco límites éticos.
Y lo han vuelto a dejar patente con el bulo de la ‘bomba lapa´ contra Pedro Sánchez, difundido por miembros del Gobierno El 31 de mayo de 2025, tres ministros del Gobierno Frankenstein—María Jesús Montero, Pilar Alegría y Óscar López ademas del portavoz socialista Patxi López— promovieron una ‘fake news’ basada en una conversación de WhatsApp de 2021 entre el exagente de la UCO, Juan Vicente Bonilla, y un confidente.
Esta conversación, publicada inicialmente por El Plural, uno de los medios más sumisos de la ‘Brunete Pedrete’ periodistica, fue interpretada erróneamente como una amenaza de Bonilla de atentar contra Sánchez con una «bomba lapa”.
The Objective no tardó en aclarar -con documentos escritos y sonoros- que el contexto real de la conversación indicaba que Bonilla y su confidente bromeaban sobre la posibilidad de que ellos mismos fueran víctimas de una bomba lapa por parte del «sanchismo», no al revés.
A pesar de las rectificaciones de medios como La Sexta —donde con gesto contrito Rodrigo Blázquez trató de taparse el culo hablando de un «error de comprensión lectora» en X— y EDiario.es, que publicó una fe de errores, el Gobierno del marido de Begoña no ha emitido una rectificación oficial hasta la fecha disponible.
Todo lo contrario, porque los ministros mencionados arriba continuaron utilizando la narrativa para atacar a la oposición, particularmente a Isabel Díaz Ayuso, ya que Bonilla trabaja para la Comunidad de Madrid. El PSOE también exigió el cese de Bonilla, calificando sus mensajes como «barbaridades impropias«.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y la secretaria general, Cuca Gamarra, han exigido una rectificación del Gobierno Sánchez, acusándolo de propagar un «bulo sanchista» para desviar la atención de otros escándalos, como el caso de Leire Díez.
Algunos medios y usuarios en X han calificado esta acción como un intento deliberado de desprestigiar a la UCO, que investiga casos de corrupción relacionados con el entorno del PSOE, como el caso Koldo.
LA BOMBA LAPA
BASURA pic.twitter.com/sy65giTYPB
— Bertrand Ndongo (@bertrandmyd) May 31, 2025
LA FABRICA OFICIAL DE FANGO
La política española, que nunca defrauda en cuanto a intensidad dramática, ha vivido en las últimas horas un episodio digno de un guion de suspense: el llamado ‘bulo de la bomba lapa’.
La historia arranca con la difusión, por parte del Gobierno y varios ministros, de una conversación en la que un exagente de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil habría fantaseado con colocar un explosivo bajo el coche del presidente Pedro Sánchez.
Era todo mentira, una burda maniupulación, porque el agente lo que manifestaba era el temor a que el Gobierno Sánchez le colocase a él y a los suyos una ‘bomba lapa’, pero el escándalo mediático estalló y, como suele ocurrir, la realidad era menos novelesca pero mucho más reveladora sobre el clima político actual.
Las palabras clave —bulo, manipulación, rectificación, UCO, Moncloa— han marcado una semana en la que se ha puesto a prueba el termómetro ético y periodístico del país.
Mientras los ministros agitaban la amenaza de magnicidio, algunos medios afines al Ejecutivo, como LaSexta, acabaron pidiendo disculpas y rectificando. Pero Moncloa decidió atrincherarse en el silencio y mantener el relato original. ¿Qué hay detrás de este episodio? ¿Por qué se ha convertido en símbolo del actual desgaste institucional?
Aquí la prueba de que las Ministras Pilar Alegría y María Jesús Montero han difundido hoy el bulo de la bomba lapa en dos mítines del PSOE de forma deliberada. Es muy grave, se han inventado un complot para desprestigiar a la UCO que investiga su corrupción.
Qué rule, pásalo👇 pic.twitter.com/oBfmCECXjC
— Sr.Liberal (@SrLiberal) May 31, 2025
De los mensajes privados al linchamiento público
El origen del embrollo está en unos mensajes privados entre Juan Vicente Bonilla, exjefe de la UCO, y un confidente implicado en el caso Gaslow.
En estos mensajes, Bonilla expresa su temor (en tono irónico o resignado) a que “el sanchismo” le ponga una bomba lapa como represalia por sus investigaciones sobre tramas vinculadas al PSOE y al entorno familiar de Sánchez.
Sin embargo, varios medios —inicialmente incluyendo LaSexta— interpretaron erróneamente que Bonilla hablaba de atentar contra el presidente.
La maquinaria gubernamental no tardó ni medio café en subirse al carro: ministros como Pilar Alegría, Óscar López y María Jesús Montero dieron por buena la versión manipulada e incluso exigieron el cese inmediato del exagente, contratado actualmente por el Gobierno madrileño para tareas de seguridad sanitaria.
El mensaje era claro: vincular cualquier amenaza o conspiración con las filas de la oposición y sus colaboradores.
Pero apenas unas horas después, estalló la bomba —figurada— en los informativos.
La propia LaSexta, habitualmente alineada con Moncloa, tuvo que pedir disculpas públicas por lo que calificaron como “un error incomprensible”, reconociendo que habían interpretado justo al revés los mensajes: el agente no amenazaba a Sánchez; temía ser víctima él mismo o sus compañeros.
Medios como eldiario.es también admitieron haber corregido su cobertura inicial tras revisar los mensajes completos.
‼️ Con una 'Última Hora' en horario de máxima audiencia: así propagó Silvia Intxaurrondo en TVE el bulo de la «bomba lapa» a Pedro Sánchez, solo 24 horas después de afirmar que era «alérgica a publicar filtraciones ajenas» en alusión a los audios de Leire Díez. pic.twitter.com/tj8uUMHMn5
— THE OBJECTIVE (@TheObjective_es) May 31, 2025
El Gobierno calla… y Twitter arde
La reacción gubernamental tras las rectificaciones fue tan sonora como un telegrama: silencio absoluto. Ni una sola disculpa pública ni matización por parte del PSOE o los ministros implicados. Los perfiles oficiales borraron mensajes comprometedores y optaron por el mutismo. Mientras tanto, la controversia crecía alimentada por las redes sociales y las portadas digitales. El líder popular Alberto Núñez Feijóo exigió una rectificación inmediata del Gobierno; respuesta: silencio administrativo.
En paralelo, las redes sociales ardían entre memes sobre bombas lapa, alusiones a películas de espías e ironías sobre “la mafia del PSOE”, como ironizaba algún comentarista digital. El efecto bumerán era ya imparable: lo que pretendía ser una campaña para desacreditar a un agente incómodo terminó retratando a un Gobierno dispuesto a mantener un bulo aun cuando hasta sus aliados mediáticos lo desmienten.
POR FAVOR, AVISAD A @iescolar DE QUE SE LE HA BORRADO EL BULO DE LA BOMBA LAPA DE LA UCO A PEDRO SÁNCHEZ, QUE ME TIENE BLOQUEADO. pic.twitter.com/eaNWyvmGfy
— Tabarnia BCN (@Tabarnia_BCN) May 31, 2025
El abogado de la cloaca socialista y la estrategia contra la UCO
En este vodevil político-mediático aparece otro personaje clave: el abogado apodado como ‘la cloaca del PSOE’, quien habría marcado desde hace semanas la hoja de ruta para desacreditar a miembros incómodos de las fuerzas policiales que investigan los casos más sensibles para el Ejecutivo. Según algunas informaciones recientes, este letrado habría sugerido activar campañas públicas contra mandos destacados como Bonilla para restar credibilidad a futuras investigaciones incómodas.
En pleno auge del ‘caso Koldo’, con ramificaciones directas hacia familiares cercanos a Sánchez (como su esposa Begoña Gómez), esta estrategia resulta doblemente significativa. La presión sobre los órganos investigadores —especialmente cuando han sido contratados por gobiernos rivales, como es el caso con Madrid— es vista por muchos analistas como un síntoma preocupante del deterioro institucional. De hecho, el intento de asociar al PP madrileño con supuestas amenazas extremistas apunta más al tacticismo electoral que al interés real por aclarar los hechos.
Rectificaciones selectivas y periodismo bajo presión
El episodio deja varias lecciones sobre los límites éticos del poder y los riesgos del periodismo acelerado:
- Varios medios afines demostraron mayor capacidad autocrítica que los propios responsables políticos: LaSexta pidió perdón en directo, mientras Moncloa seguía aferrada al relato.
- La manipulación informativa (por omisión o interpretación interesada) puede tener efectos devastadores sobre la confianza institucional.
- El papel de los abogados vinculados a estructuras partidistas vuelve a estar bajo foco por su influencia directa sobre las estrategias mediáticas y judiciales.
- El caso evidencia también cómo se emplean bulos para desviar la atención sobre investigaciones judiciales sensibles.
- La tendencia a utilizar figuras policiales o judiciales como chivos expiatorios se consolida como patrón defensivo ante crisis reputacionales.
Datos curiosos y anécdotas recientes
- El término “bomba lapa” llegó a ser trending topic nacional antes incluso de que los principales noticieros reconocieran su error.
- Es reseñable que hasta eldiario.es —referente progresista— haya tenido que modificar su versión inicial tras acceder a los mensajes completos.
- Algunos ministros borraron rápidamente sus tuits acusatorios sin pedir disculpas ni aclaraciones públicas; otros bloquearon usuarios críticos en redes sociales.
- El exagente Bonilla acumula más de 6.000 mensajes relacionados con investigaciones sensibles desde 2016; ninguno contiene indicios reales de conspiración violenta contra ningún político.
- Hasta personajes conocidos del humor político han ironizado con “la bomba lapa invisible”, preguntándose si algún día veremos una rectificación tan rápida desde Moncloa como desde LaSexta.
El caso está lejos de cerrarse: mientras unos piden dimisiones y otros exigen excusas públicas, lo cierto es que España asiste atónita a una nueva muestra de cómo política, justicia y periodismo pueden cruzarse peligrosamente… incluso cuando todo empieza por una frase sacada (muy) fuera de contexto.
