La semana pasada el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pensó que había cerrado el curso político y que finalmente iba a poder descansar. O al menos, enfocarse con cierta calma en trazar una estrategia para sobrevivir los dos años que restan -por ley- a la Legislatura.
Sin embargo, cada día un nuevo escándalo saca canas verdes al marido de Begoña que está hundido en la corrupción de su Ejecutivo, su partido y su círculo íntimo.
Por todo esto, no es de extrañar que los vecinos de Lanzarote no quieran que el líder del PSOE pase sus vacaciones en Canarias.
Bertrand Ndongo analiza la actualidad en el ‘24×7’ edición verano de este viernes, 1 de agosto, junto a los influencers y reporteros, Rescue You y David Santos.
¡Pedro Sánchez se atrinchera en La Mareta: lujo, abucheos y un cordón policial de película!
Este verano, Pedro Sánchez, el marido de Begoña Gómez, ha decidido refugiarse en el paraíso canario de La Mareta, una residencia de ensueño en Lanzarote que, ojo, pagamos todos los contribuyentes. Este palacete, cedido en su día por el rey Hussein de Jordania, es el escenario donde el presidente del Gobierno busca desconectar… o más bien, blindarse. Porque, según cuentan, Sánchez está harto de los abucheos que le persiguen como una sombra. ¡Y no es para menos! Entre cánticos poco cariñosos y protestas que le quitan el sueño, ha montado un cordón policial de 400 metros con 40 agentes de élite del Grupo de Reserva y Seguridad de la Guardia Civil. ¡Casi nada! Parece que el presidente no quiere ni un silbido cerca de su oasis veraniego.
Pero, ¿qué pasa con La Mareta? Esta joya gestionada por Patrimonio Nacional no es precisamente una casita humilde. Estamos hablando de un lugar de lujo absoluto, donde Sánchez y su familia disfrutan mientras el resto de España se rasca el bolsillo. Y no es solo el lugar: el despliegue de seguridad es de otro mundo. Calles cortadas, escoltas motorizados, vehículos blindados que parecen sacados de una peli de acción… Todo para que el presidente pueda tomar el sol sin que le molesten los manifestantes que, según parece, no le tienen mucho aprecio últimamente.
El runrún de los abucheos no es nuevo. Sánchez, que polariza como nadie, ha decidido que mejor mantener las distancias. Su equipo ya no intenta venderlo como el político cercano que conquista corazones, porque, según admiten en Moncloa, los silbidos y cánticos subidos de tono son un clásico en sus apariciones. Así que, ¿la solución? Un búnker de seguridad para que nadie se acerque a menos de medio kilómetro. ¡Eso es querer paz a lo grande!
Y luego está el informe GECO… ¿Qué dice este misterioso documento? Bueno, no es exactamente un informe, sino más bien un eco de las críticas que llueven sobre el Gobierno. El GECO (acrónimo que suena a operación secreta) no es más que una forma de señalar las sombras de corrupción que persiguen al Ejecutivo de Sánchez. Desde el caso Begoña Gómez, con su esposa investigada por presunto tráfico de influencias y corrupción, hasta otros escándalos que salpican a figuras cercanas al PSOE, como Santos Cerdán o la dimisión del comisionado de la DANA por un título falso. ¡Un culebrón político en toda regla! La oposición, con el PP y Vox a la cabeza, no para de pedir dimisiones, mientras Sánchez se refugia en La Mareta como si fuera un castillo medieval.
Hablando de Begoña, su caso sigue dando titulares. La esposa del presidente está en el ojo del huracán por supuestos tejemanejes en la Universidad Complutense y contactos con empresarios que levantan sospechas. La denuncia, impulsada por Manos Limpias, ha llevado a una investigación judicial que tiene al Gobierno en vilo. Y mientras tanto, Sánchez, en plan estratega, intenta capear el temporal desde su retiro de lujo, quizá planeando con Zapatero (otro habitual de Lanzarote) cómo salir de este embrollo.
Curiosidad morbosa: Dicen que el cordón de seguridad no solo es para evitar abucheos, sino para que las cámaras no capturen imágenes incómodas que arruinen la postal veraniega del presidente. Y, por si fuera poco, las encuestas señalan que el voto femenino está empezando a darle la espalda al PSOE, en parte por los escándalos que tocan de cerca a Begoña y su familia. ¡Hasta el suegro de Sánchez, con sus negocios de saunas, ha salido en los titulares!
En fin, mientras Sánchez disfruta de sus vacaciones de lujo a cuenta del contribuyente, con un cordón policial que parece de película de espionaje, el runrún de la corrupción y los abucheos no para. La Mareta puede ser un paraíso, pero este verano, para Sánchez, parece más un refugio en medio de una tormenta política. ¿Aguantará el chaparrón? ¡Seguiremos informando!